No hay que perder la ilusión

Es la típica disyuntiva de considerar la botella medio-llena o medio-vacía. Todo depende de la perspectiva y, aunque actualmente no veamos nada más que fantasmas y un largo tunel sin atisbo de luz al fondo, hay que ser positivo y pensar que si bien estamos a solo dos puntos del descenso, no menos cierto es que después de la que está cayendo únicamente nos separan ocho del ascenso.

César FerrandoEs verdad que todos los aficionados al Alba esperabamos mucho más en esta campaña y apuntábamos al ascenso rápido y con buen juego pero, aunque manida, la frase de que la segunda es muy dificil toma aquí toda su actualidad.

Así podríamos catalogar el partido disputado hoy ante el filial del Málaga, partido típico de la categoría de plata, con un rival incómodo en el juego, bien cerrado atrás, que venía a no perder y se ha encontrado, de forma injusta, con tres puntos de oro ante un rival superior, a priori, tanto en nombre como en hombres.

El Málaga B, tras su brillante triunfo (2-0) de la pasada jornada ante uno de los candidatos al ascenso, el Real Murcia, llegaba ilusionado al Carlos Belmonte con la intención de seguir la buena racha que le ha llevado a salir de los puestos de descenso. Su técnico, Juan Carlos Añón, contaba con varias bajas muy importantes para el partido tanto en el centro del campo como en el lateral derecho. Este último puesto ha sido finalmente cubierto por Luisja, hermano del albacetense Sergio Santamaría y, que nos ha permito ver en el Belmonte un emparejamiento familiar.

Por su parte el Alba llegaba a este partido, tras la positiva imagen que la pasada semana dejó el equipo ante el Recreativo de Huelva, con la baja del central Santi Denia al que finalmente el comité de apelación no retiró la segunda tarjeta amarilla que supuso su expulsión en tierras andaluzas. De esta forma César Ferrando presentó el mismo once que tan buen resultado le había dado ocho días atrás con la entrada obligada de David Catalá para cubrir el puesto libre en la zaga.

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En los compases iniciales el Alba, con un Pacheco más activo que otras veces, probó fortuna y tuvo en los pies del mediapunta uruguayo un par de ocasiones claras que no fueron materializadas debido a una gran falta de puntería. A la media de hora de juego los malacitanos nos metieron el susto en el cuerpo con una vaselina que se estrelló en el larguero. Esta ocasión visitante tuvo, justo a renglón seguido, su réplica en una oportunidad desperdiciada por el cántabro Bermejo que con un meta visitante batido no pudo superar al último defensa andaluz.

La segunda mitad comenzó de la misma forma que la primera, el Alba dominando el encuentro pero con gran carencia de ideas en el ataque. Mientras, el Málaga B se encargaba de perder tiempo y ralentizar el juego una y otra vez.

El técnico albacetense se jugó el todo por el todo cuando al cuarto de hora sustituyó a Davíd Sánchez por Aranda; cambio que no entendemos porque tener muchos delanteros no sirve de nada si en el centro del campo no hay alguien que les haga llegar balones en condiciones.

Esta ausencia de alguien que lleve la manija del partido hizo que el equipo recurriera continuamente a colgar balones de forma infructuosa sobre el área malagueña.

Presa del aburrimiento y del frío ambiente se retiraba la parroquia albacetense cuando ya en tiempo de prolongación y, aprovechándose de un clamoroso fuera de juego anterior el delantero Saúl hacía el 0-1 tan injusto como definitivo.

En fin, solo queda pensar ya en el partido ante el filial del Real Madrid....