EFE.- El miedo a perder en el Carlos Belmonte dio como resultado un empate a uno que a no satisface a nadie para que es justo con lo visto sobre el césped. El Osasuna se adelantó por medio del 'Chengue' Morales y vio como el Albacete le empataba de penalti a ocho minutos del final.

Un espectador ajeno a la situación clasificatoria de ambos equipos podría pensar que la primera parte respondía más al último encuentro del campeonato, donde no hubiera nada en juego, que el drama que en realidad se vivía. Drama, especialmente, del Albacete, que jugaba su gran final con vistas a la permanencia. Sin embargo, su juego no respondió, ni por asomo, a las urgencias clasificatorias, mientras que los navarros, con un guión estructurado para no perder, se encontraron con la indolencia manchega pero ni siquiera apostaron por buscar el partido.
La mejor y única ocasión de gol de toda la primera mitad llegó a los 19 minutos, cuando el chileno Mark González remató a placer y desviado un centro de Peralta. Así, en la segunda parte, náufrago de sus propias ideas y con la defensa hecha añicos, el Albacete comprobó que lo más fácil que le podía pasar es que le hicieran un gol. Tanto que llegó a los sesenta y ocho minutos cuando Morales, que había saltado al campo 13 minutos antes sustituyendo a Milosevic, aprovechó un barullo en el área manchega.

El oxigeno para el 'Alba' llegó a los ochenta y dos minutos. Rubén Castro fue trabado en el área y Velasco Carballo señaló penalti. Pena máxima que materializó Pacheco y dio energías a los locales que buscaron un segundo tanto que ya no llegaría. La única lectura positiva, si es que se puede sacar alguna para los manchegos es que rompen con su racha de derrotas.