La casa, por los cimientos
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- Escrito por Lui
El mister no se complicó (al menos de salida) con la alineación y el posicionamiento de sus hombres y alineó de inicio a los que vienen siendo habituales (Imagen: Gente) con la salvedad de la entrada en el lateral derecho de Blanco en lugar del sancionado Kike. Sigue llamando poderosamente la atención que hombres como Hidalgo no sean de la partida o que otros, como Sousa, pasen del doble pivote al lateral derecho tan tranquilamente.
Infiltrados.
No eran pocos los aficionados vestidos de blanquiverde que estaban diseminados en el graderío del Carlos Belmonte fuera de la zona habilitada a la afición visitante. Algunos, bastantes, accedieron al campo con una entrad adquirida para la ocasión. Pero otros, y no uno ni dos (esto nos llamó más la atención), lo hicieron con su abono del Alba y cambiaron de chaqueta para la ocasión. Que no seré yo quien diga a cada cual lo que tiene que hacer, pero ya puestos a no entender, ésto tampoco lo entiendo. Es más, hasta me chincha, ea!
Ocho mil y pico
Sin duda entre lo más positivo de la tarde a ayer está el ver a más de 8000 personas en el Carlos Belmonte. Si exceptuamos algún encuentro muy puntual, con precios reducidos y otras facilidades, hacia mucho tiempo que no asistía tal cantidad de público al campo. Claro que el Betis arrastró aficionados, pero los ¡Alba, Alba! sonaron como hacía tiempo que no lo hacían. Y es que 8000 gasgantas suenan mejor que 4000. ¿Será esto a lo que se refiere Salva Ballesta?
¿Por qué Stuani y su juego suscitan gran aceptación o rechazo frontal, sin medias tintas?
Mientras el Alba se había quedado en los vestuarios, en especial sus centrocampistas, el Betis aprovechaba una pérdida en el centro del campo y un grave error en la cobertura para ponerse por delante en el minuto diez. Solo con presionar la salida del balón, los de Tapia jugaron con una comodidad pasmosa. Pavone no desdeñó un regalito de López Rámos para hacer el segundo y cerrar una primera mitad infausta.
En la segunda sí que salimos de los vestuarios a su hora y en diez minutos ya nos habían birlado un penalti sobre Sales y Stuani había recortado el marcador remachando un disparo de Antonio López. Puede parecer raro, pero el partido estaba para el Alba. Sin embargo, otro error de la zaga en un envío desde la izquierda permite a Pavone, con una facilidad pasmosa, hacer el tercero y matar la reacción (Imagen: Gente). Ni los cambios ni la grada consiguió que el equipo se levantase de nuevo.
Notario: 6. Vendido en los tres tantos, espectacular despeje a disparo envenenado de Emana.
Blanco: 2. Falto de ritmo y fuera de sitio.
César: 2. De central y de lateral. Se lo merendaron.
López Rámos: 1. Mal en los tres goles, tarde para olvidar.
Amantegui: 6. Cumpliendo.
Alberto: 4. El cordobés no acaba de dar equilibrio a la transición entre ataque y defensa. Superado.
Sousa: 2. Ni se le vio.
Sales: 3. Inactivo, solo progresó alguna vez los pocos minutos que coincidió con Hidalgo.
Antonio López: 6. Lo intentó cuanto pudo, pero no estuvo fino. Un par de remates con intención.
Callejón: 4. No estuvo cómodo en ningún momento. Apenas conectó con Stuani.
Stuani: 6. A lo suyo. Muy solo arriba.
Hevia Obras confirmó ayer lo mal arbitro que es, ninguna novedad. Lo que nos sorprendió, y para mal, es la pareja de asistentes tan calamidades que se ha buscado.: lo son hasta el punto de superar a su jefe. En especial, el de la raya ancha que corría la banda de tribuna no quiso ver (bueno, es imposible que no lo viera, lo que no quiso es complicarse la vida) un penalti a Fernando Sales como la copa de un pino ante sus excelsas narices. Hevia, situado como el culo para variar siguiendo la jugada a 50 metros, tampoco quiso saber nada. Por lo demás, nada nuevo bajo el sol: gesticulante, showman, amonestando cuando no debe y no haciendolo cuando es menester e ignorando la ley de la ventaja, como siempre.
Nuestra valoración: un 1, por ponerle algo.