Son pocos partidos para calibrar el potencial de los equipos, pero la primera parte dejó claras algunas cosas como que: el Albacete es un equipo, a día de hoy, descompensado entre su línea defensiva y la ofensiva, y el Valladolid, todo lo contrario, es un equipo que deja entrever equilibrio entre todas sus líneas. Esa descompensación propició que, a pesar de adelantarse en el marcador a los seis minutos por mediación de Parri, dos fallos defensivos propiciarán sendos goles vallisoletanos, ambos de penalti.
El primero de Catalá, bastante dudoso, y el segundo de Buades clarísimo. Aduriz y Víctor fueron los encargados de lanzarlos y marcar. Dos zarpazos que llegaron en los minutos 14 y 31, y que permitieron al equipo de Marcos darle la vuelta al partido. Además, en la jugada del segundo, el Alba se quedó con diez por expulsión con tarjeta roja directa del mallorquín Buades. Con uno menos y uno a dos, se llegó al descanso.
A los cuatro minutos de la reanudación, el colegiado no señaló penalti en una acción sobre Santamaría que habría podido meter de nuevo a los manchegos en el partido.
A los sesenta y cuatro minutos, el colegiado señaló como falta una acción en la que un delantero pucelano se cayó por pisar el balón. La falta fue lanzada por Víctor y Curbelo peinó el balón a gol. Cuatro minutos más tarde, el Alba se metió en el partido y al final Aranda falló el empate.