Área Pequeña

Poli-AlbaLamentablemente, poco ha durado  el “efecto 2006”. Tras encadenar una serie de buenos resultados, provocando así, no diré yo el delirio, pero sí una cierta euforia, parece que el globo se ha vuelto a desinflar, de manera que en estos momentos ya no queda demasiada esperanza de que el Alba pueda aspirar a algo más que la simple y llana permanencia. Por cierto, se da por hecho que mantenerse en Segunda está hecho, aunque hay que recordar que hay que conseguir los puntos que faltan.

El domingo, ante el Poli Ejido, vuelta a las andadas; se unieron todos los factores que conducen irremisiblemente al fracaso en el fútbol. Dominio estéril, se crean ocasiones que no se aprovechan, y en la mente de todos planea que con la posesión del balón llegarán los goles por arte de magia. En esto que en una contra, el adversario se adelanta en el marcador, y el castillo de naipes se derrumba. De ahí al quiero y no puedo no hay más que un paso. Si a eso le unimos que las ausencias (Álvaro y Ferrón en este caso) parecieron decisivas, y a que el árbitro tampoco demostró ser excesivamente amistoso, llegamos al resultado desfavorable y a la consiguiente decepción.

Otra vez la falta de contundencia en defensa, plasmada en un gol, no a balón parado esta vez, gracias a Dios, sino en un ataque por la banda cubierta por Garrido, el valenciano que no estuvo a la altura a la que venía rayando Ferrón, los centrales blandos, Cañas se quedó mirando el centro, y a Catalá lo tiró el delantero que terminó marcando. De acuerdo que el árbitro pudo señalar falta, pero no es menos cierto que se pudo actuar con más contundencia en esa jugada, como después apuntaría Ferrando en una rueda de prensa “caliente”.

Como las ilusiones de [.....]

[.....] ascenso parecen aparcadas para mejor ocasión, empieza el mercado de rumores. Hay que hacerse eco de ellos, porque también son parte de la salsa que adereza el alocado universo del fútbol. En el punto de mira, para empezar, la figura de Ferrando, se duda de la continuidad del de Tavernes. En los mentideros, y entre las fuentes generalmente bien informadas, no ha parado de suscitar el asunto comentarios; todos ellos apuntando en la dirección de que Ferrando no tiene firmado ningún contrato para las dos próximas temporadas, sino más bien un acuerdo verbal, más o menos vinculado al resultado del equipo en la tabla clasificatoria. Las renovaciones de jugadores pasan también a primer plano, y Ferrón, Peña y Álvaro están en la cola.

El problema económico comienza a acuciar, después de que esté resultando complejo para Contreras y los suyos conseguir un par de millones de euros que le hacen falta. La CCM se hace la sueca, dice que más bien va a ser que no, el club anda escaso de liquidez, devolviendo pagarés a algunos proveedores y a otros cuantos exjugadores, y va a ser complicado llegar a final de ejercicio decorosamente. Para más INRI se deja de explorar una buena oportunidad de negocio, como podría ser pleitear por el incumplimiento de las condiciones pactadas en el traspaso de Pablo, argumentando la paupérrima excusa de que no conviene enfadar al Atleti.

Y, el domingo, a todo esto, a las cinco de la tarde un domingo, sin que sirva de precedente, a lo que parece, mientras siga existiendo CMTV y no coincida que hay toros en sábado, recibimos al Ferrol en lo que parece que puede ser un encuentro asequible, dada la situación de los gallegos en la tabla. Bien sabido es, sin embargo, que acudiendo a las claves de la segunda división, un partido asequible es aquel en que te pasas ochenta y cinco minutos sufriendo, y cinco resoplando; con la esperanza puesta en que el sufrimiento no se prolongue tanto en esta ocasión, hasta la semana que viene.