Perdidos en el espacio

Alba-Murcia Infumable, malo, pésimo, dantesco, inaguantable, horrible, deprimente,.....

Para intentar definir lo visto ayer en el Belmonte podríamos recurrir al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua y, añadir toda la lista de sinónimos con mismo significado a los anteriores que nuestro rico idioma nos ofrece, y no tendríamos suficientes calificativos.

Albacete Balompié y Real Murcia ofrecieron un espectáculo lamentable, impropio de dos equipos que conjuntamente se aproximan a los 30 millones de Euros de presupuesto y que, al inicio de temporada, partían como serios y claros candidatos al ascenso a primera división. Nada más lejos de la realidad, ambos clubes han realizado una decepcionante campaña y vagan por los puestos peligrosos de la tabla clasificatoria sin otro objetivo distinto al de salvar la categoría.

Si realmente hay algún término que realmente refleje lo ofrecido ayer por nuestro equipo quizás "apatía" es el que mejor se ajuste... El Alba es hoy por hoy un equipo sin ideas, con nula iniciativa, inseguro en la zaga, sin convicción en ataque y con impotencia en el banquillo. Finalizado el encuentro el técnico local se retiraba cabizbajo a vestuarios y, en un gesto que le honra, en solitario, dispuesto a aguantar el "chaparrón" de pitidos con el que la afición "premió" al equipo. Sr. Ferrando eso no es suficiente..., está bien como gesto pero solo es eso: mero teatro. Usted es un profesional muy bien pagado al que se ha contratado para que, ante situaciones complicadas busque soluciones y, sobre todo, de la cara y asuma responsabilidades. Sin embargo, sus declaraciones jornada tras jornada esconden tras una cortina de humo la triste realidad: no encuentra alternativas y se siente incapaz de hacer reaccionar a este grupo.

El Albacete es  [.....]

[.....] una muy buena plantilla, con un mal juego y una presión que atenaza con claridad a los futbolistas. El empate cosechado ante los pimentoneros es, desgraciadamente, casi una victoria porque, en ningún momento, salvo diez minutos aislados al inicio del segundo tiempo, el equipo mostro coherencia alguna en el juego. Tampoco podemos alabar al conjunto de Sergio Kresic ya que lo único bueno que mostraron los murcianos durante todo el partido fue fundamentalmente su orden defensivo. El equipo visitante no tiene gol e incluso mira menos a portería que el Alba (cosa que ya es dificil), ayer justificó al igual que nuestro equipo lo merecido de su mal puesto en la tabla.

El resultado, por ocasiones, se puede entender como justo, pero lo cierto, es que los pitos de los aficionados estaban más que justificados, innumerables perdidas de balón, entregas continuas al rival, y sobre todo, ausencia de un líder que mande y ordene a sus compañeros ¿dónde está Líbero Parri? ¿a qué juega en esa posición artificial de mediapunta?.

El público ayer no sabía dónde mirar..., en el terreno de juego nada, en el banquillo sin reacción y, en el palco ¿qué había en el palco?. Pues no lo sabemos pero en la afición si que sabemos lo que hay.... Miedo e intranquilidad....