Punto con sabor a tres

La brillante actuación defensiva del Albacete ofreció un premio enorme a los manchegos por los méritos mostrados. Rascaron un empate en un campo complicado ante un rival en racha, ante un equipo que, en su campo, se agiganta.

Verza anotó el gol del Albacete nada más comenzar el encuentro

Verza anotó el gol del Alba justo al inicio. Foto: GacetaCartagonova.com

Nunca un argumento previo necesitó tan poco para sostenerse. Ni en los mejores guiones esperaban los manchegos que todo se deslizara de forma tan halagüeña. Por partes: los de Calderón salen más enchufados, con más presión -pese a los segundos discurridos- y con el balón pegado a sus botas. Cincuenta segundos que muestran el todo y la nada, la duda y la respuesta. Toni rebatió, con poco, el dibujo de Juan Ignacio, que resucita, como siempre, al rival con la falta de intensidad inicial de los suyos. Por eso Toni paseó por su banda como quien da un paseo, sin trincheras que sortear, con metros y la velocidad parada, por lentitud, de un Cala que llegó tan tarde al choque como para ofrecer una pena máxima en bandeja de plata a los visitantes. Verza, con paciencia, resolvió el primero cuando aún quedaba un mundo que jugar.

En contra de lo imaginado, el gol no desvirtuó el partido. Los de casa se sientieron obligados a ser más, a creerse mejores. El Albacete, por su parte, se encogió unos metros para emerger con las contras. Al cuarto de hora, entre Tato y Asen pudieron exhibir unas credenciales que certificaron que los visitantes no iban de farol. Habían tenido suerte hasta el momento. Se intuía, por dominio, más el empate que la firma del segundo, siempre, eso sí, a pelota parada. Repitió Cygan, en el ecuador de la primera mitad, anticipando el empate de los mediterráneos. Fue de nuevo tras jugada de estrategia. Un córner, un balón suelto y Longás, al borde del área, el que sella un gol que hacía justicia por la insistencia de los caseros. Un partido nuevo se avecinaba con dos tercios de duelo abiertos a las embestidas.

 

El Alba jugó en Cartagena con una peculiar camiseta roja

El Alba jugó en Cartagena con una peculiar camiseta roja. Foto: GacetaCartagonova.com

Pero la realidad se alejó de los indicios. Durmió el balón como nunca lo había hecho, algo paradójico cuando a los de Juan Ignacio tanto les había costado alcanzar las tablas. A ello ayudaba la labor defensiva del Albacete, creciendo por momentos con una seguridad tremenda. Los locales comenzaron a mostrar impotencia con mucho por delante. Tarjetas innecesarias y juego por detrás del balón, en su propio campo, una alternativa a defender más a domicilio que como local. A gusto se sentían los de Claderón ante una exposición tan pobre de los locales. De ahí que comenzaran a ocupar espacios, a interrumpir en la creación casera, a soñar con las contras. De todas formas sí que expusieron muchos de los defctos que les han llevado a anclarse en la cola de la tabla; descoordinación en el pase, poca intensidad con la posesión, escasas ayudas en defensa... menos mal que los de Cartagena no eran, hasta ese momento, los mismos que llevaban dos victorias consecutivas ante dos grandes; Betis y Valladolid. Pero aún así, la sentencia del segundo estuvo a punto sde llegar para los de Calderón cuando casi se alcanzaba el tiempo de descanso. Era Kike el que encogía la zaga local para sacarse un centro desde la banda tras un sprint que Asen, rematando en plancha, enviaba por escasos centímetros alejado del poste derecho de Casilla. Se rumió un gol que no hubiera hecho justicia en la exposición de motivos.

Kike Tortosa junto a Hernández Hernández

Kike Tortosa junto a Hernández Hernández.  Protagonistas del encuentro. Foto: GacetaCartagonova.com

Plagió su salida el Albacete en la reanudación. Con rapidez llegó de nuevo a pisar el área de Casilla en una contra lanzada, como no, por Tato. Lerma, el final, era el que remataba aunque su disparo era atajado por el meta local sin problemas. Tan abierto estaba el duelo que, en apenas cinco minutos, hubo más llegadas con el balón sobre el piso, que en toda la primera mitad. El Cartagena esta vez salió más despierto. Pese a Lerma, Tato y la velocidad del Alba, el cuadro de casa estaba con los plomos en acción. Hizo recular a los de Calderón y les metió el miedo en la sangre, Toché, poco después, avisaba de lo que les esperaba con un remate ajustado al palo.

Pero llegó la salida de Kike, expulsado por suy imnpotencia en la marca ante Botelho, y cambió el partido. Se atrincheró el Albacete y el Cartagena, con más corazón que juego, apeló a la actitud para hacerse con los tres puntos. Llegaban y dominaban pero no eran capaces de definir su diana. Estaban espesos, sin el poderío que les había caracterizado. Ante un rival encogido con diez, el Cartagena en ningún momento se encontró. Y eso qyue se buscó, con el balón y sin él, con un dibujo volcado sobre la meta de Navas. Los cambios también ayudaron a ello. Martínez fue valiente e hizo jugar a los suyos con una defensa de tres tras la entrada de Goiria, un punta para lograr el gol. Y la tuvo el vasco, a los tres minutos que estuvo sobre el césped, cuando remató ajustado a la cruceta el que pudo ser el segundo. Keko, a continuación, enviaba por encima un disparo escorado en pleno desajuste en la zaga albaceteña. Sufrió el Albacete hasta el final para lograr un punto con sabor a tres.