Un punto que hay que hacer bueno

El Alba se trajo un punto de su visita a Cartagena en un encuentro marcado por la expulsión de Kike Tortosa, que dejó al equipo en inferioridad durante la última media hora. Por fortuna, en esta ocasión el trabajo defensivo en inferioridad permitió mojar y, si bien se acumula una semana más sin sumar de tres en tres, nos ofrece la enésima ocasión de hacer bueno el resultado venciendo la semana próxima en el Belmonte.

 

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Verza, seguro. El centrocampista anotó el penalti con un gran lanzamiento. (Imagenes: Gente para Quesomecanico.com)

 

 
Los sistemas de Antonio

Calderón optó por plantar en Cartagena, como ya hizo semanas atrás ante el Girona, un equipo sin ningún delantero nato. Línea de cuatro en defensa con Kike, De la Cuesta, Tarantino y Toni con Sumi (aunque los centrocampistas intercambiaban sus posiciones). Línea de tres por delante de ellos formada por Núñez, Verza y De Lerma. Y Asen y Tato como hombres más adelantados.

La idea, como en otras ocasiones, no funcionó. Ambos carriles por donde, teóricamente, nuestros laterales debían prodigarse en ataque sirvieron para que Botelho y Queco les amargasen la tarde por que no contaban con la ayuda de sus interiores, hecho que bien pudo costarnos el partido. La acumulación de hombres en la zona ancha no facilitaba ni la salida desde atrás ni el juego combinativo porque los apoyos, ayudas y ofrecimientos no existen en ningún momento y la velocidad brilla por su ausencia. Mientras, Víctor, Longás y Toché, aun sin poner a prueba a Navas, generaban la duda en nuestra zaga con su sola presencia. Pero vamos por partes.

 

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El paraíso

Lo mejor que te puede suceder cuando plantas un equipo como ayer Calderón plantó al Alba es marcar en el minuto uno, para poder estar a verlas venir los otros ochenta y nueve. Y eso es lo que hizo Verza ejecutando a la perfección un penalti que el árbitro de turno (luego iremos con él) señaló por empujón de Cala sobre Toni. Por cierto, que pese a lo aficionado a las tarjetitas que es, Alejandro José se olvidó de amonestar a Cala.

Pues nada más lejos de la realidad. El Alba, aun mandando en el marcador, se mostraba sin intensidad alguna. Un equipo plano, miedoso y ramplón que ni aprovechaba las escandalosas dificultades de los locales en la salida del balón (por fases mayores que las nuestras) ni mostraba la más mínima intención de tener y retener la pelota, ni la ambición suficiente para buscar algo arriba.

Curiosamente, lo que consiguió espabilar algo al equipo fue el tanto del empate conseguido por Longás merced a la enésima blandura y falta de concentración defensiva en el único disparo del Cartagena entre los tres palos de Navas durante los primeros cuarenta y cinco minutos: desde este momento hasta el intermedio, el Alba jugó sus mejores minutos.

 

El infierno

El partido se acabó para nosotros cuando el del pito echó a Kike por doble amarilla. Hablaremos de Alejandro José luego, pero considero que no se puede expulsar a alguien por lo que ayer este tipo expulsó a Kike, por muy licenciado en arte dramático que sea Botelho o por muchas dioptrías que tú tengas, o por mucho que (como debe ser) la parroquia local clame. Y no me sirve lo de que nos había pitado un penalti a favor en el minuto dos: ¡bastante tendrá que ver!

El caso es que no había otra que apretar los dientes.  Sufrir y sufrir, agazapados atrás. Se renunció por completo a intentar nada arriba, sobre todo tras la retirada de Tato y la entrada al terreno de juego de un apático Alfredo, que no aportó ni lo único que se le podía exigir: trabajo y kilómetros.

Por fortuna, y pese a su dominio y posesión casi constante, los locales no consiguieron ni siquiera enviar el balón entre los tres palos de Navas, excepción hecha de un despeje de Núñez que Keylor tuvo que afanarse en despejar, y el Alba pudo volverse con un punto que a muchos de nosotros se nos antojaba imposible media hora antes.

 

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El del pito y sus amigos: Alejandro José Hernández Hernández.

Patético lo de este papanatas y lo de sus asistentes. Son capaces de dejar en ridículo a un colegio arbitral de nivel tan bajo como el canario. Dos partidos ha dirigido este año el pavo de Alejandro José y nos ha tenido que tocar a nosotros. Es un colegiado absolutamente infame, nulo e ignorante del reglamento. De los que desesperan a unos y otros, de los que no dan una a derechas por pura incapacidad. Lo triste es que pese a todo no podemos decir que influyese en el resultado. A mi entender el penalti a Toni es de lo poco en lo que acertó: creo que Cala, lejos de pretender jugar la pelota, solo busca el contacto con el jugador cedido por el Betis.  No diré que estuvo horrible en la señalización de faltas porque la mayoría las señalaban los jugadores del Cartagena. Lo de las tarjetas no tiene nombre: doce enseñó en un partido limpio e impoluto. Mención especial a Miguel Bosch Domenech, cuarto árbitro del Comité valenciano, artífice de las amonestaciones a De la Cuesta y a Asen cuando no estaban en el terreno de juego, porque el muchachito apunta maneras. Dios los cría y ellos de juntan.

 

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Y lo de las amonestaciones por tocar el balón con la mano, mejor vamos a dejarlo porque os juro que el tema me supera. Cuando lo hace Kike, ve la amarilla. Cuando lo hace Toni, ve la amarilla y penalti. Pero es que cuando lo hace (por poner solo un ejemplo, tengo más) Momo, el que ve la amarilla es Calderón. Si alguien conoce algún artículo del reglamente que se me haya pasado por alto que me lo comunique, por favor.

 

 

 

 


En dos palabras


Keylor: poco trabajo. Kike: acabó expulsado. De la Cuesta: algún despiste. Tarantino: trabajó mucho. Toni: sufrió atras. Sumi: trabajo sucio. Verza: segundo gol. Núñez: acabó roto. De Lerma: se vació. Asen: estuvo desaparecido. Tato: pudo marcar. Zubiaurre: sin ritmo. Alfredo: sin ganas. Alan Baró: poco tiempo.



Pa matarlo

Kike Tortosa. No creo que el capitán mereciese irse a la ducha antes de tiempo, pero le damos tirón de orejas por darle al inepto del pito la ocasión de expulsarlo y dejar al equipo en inferioridad más de media hora.

Pa comerselo

Tato. Excepción hecha del gol, suyas fueron las mejores opciones del Alba en ataque. Fue aplaudido por la grada cuando fue sustituido.