El culebrón Dady se enreda todavía más si cabe. De las informaciones publicadas ayer por la prensa lusa, y de las que se hacía eco este portal de noticias, que situaban al jugador en el Olhanense hemos pasado, en menos de 24 horas, a tener al jugador alojado en un hotel de nuestra capital a la espera de poder firmar por el Albacete y, al club de la Avenida de la Estación expectante en tanto en cuanto no se resuelva la desvinculación total del futbolista de su actual club.

El jugador caboverdiano, al que el Bucaspor adeuda varias mensualidades y al que incluso habían forzado a jugar con el equipo filial como medida de presión, rescindió el pasado miércoles de manera unilateral (al igual que hizo semanas atrás el angoleño Manucho) el acuerdo por 2 temporadas y 930000€ que le unía al conjunto turco alegando incumplimiento de contrato y esperando una resolución favorable de la FIFA al respecto.

La respuesta del Bucaspor no se ha hecho esperar y, en el día de hoy (por ayer jueves), el club de Ízmir ha interpuesto ante el Comité de Disputas de la Federación Turca, una demanda por un importe de 50000€ en concepto de "daños y resolución de contrato injusta". El jugador, según indica el gabinete jurídico del Bucaspor, dispone ahora de 30 días naturales para realizar el pago y, supedita el caso exclusivamente a la jurisdicción de la Federación Turca sin que el máximo organismo del fútbol mundial pueda intervenir en el mismo.

Parece por tanto que, salvo que el asunto vuelva a dar un giro radical en las próximas horas, tendremos "caso Dady" durante algún tiempo más si es que el Albacete no se cansa antes de esperar la llegada del ariete.