La vida puede ser maravillosa

Esta es la frase que un veterano periodista deportivo, descubierto por la gran masa este verano, nos haceALBA-MÁLAGA. David Sánchez vs Salva Ballesta llegar hasta casi la saciedad en todas su retransmisiones y que, con licencia del bueno de Andrés, podemos aplicar al periodo de "Jardín de Rosas" que vive nuestro ALBA en este recién estrenado curso 2006-2007.

Nueve de nueve puntos posibles, tres partidos ganados de otros tantos disputados establecen la pequeña base, seámos sensatos, de lo que puede llegar a ser la salida de ese tenebroso tunel oscuro de hastío al que el equipo de nuestros amores había abocado a su afición en las dos últimas temporadas.

Cuando, allá por el mes de junio pasado, un conjunto elaborado a base de talonario y con el único objetivo del ascenso a primera ponía punto final a una penosa campaña, nadie podía imaginar que a estas alturas del nuevo campeonato, la ilusión podría volver a las gradas del Belmonte, máxime cuando en el mercado veraniego se producía una completa renovación de la plantilla que, a la vista de todos parecía más que nada motivada por las penurias económicas y que suponía la salida del plantel de las quizás mal llamadas "estrellas".

Sin embargo, y esa es una de las cosas que hace grande este deporte, la ilusión no se compra con dinero. Un conjunto elaborado "a retales" tal y como muchos han comentado, y con el único objetivo de salvar la categoría al menor coste (el económico) posible, ha conseguido volver a teñir de verde esperanza el corazón de todos los albacetistas.

Excelente inicio de [.....]

[.....]  temporada que rompe la mejor de las rachas que mi buen amigo Paco Villaescusa pueda encontrar en su base de datos sobre el ALBA. No solo en los números, también en el juego, y en la sensación de equipo que el proyecto Ferrando IV transmite a la grada.

Por lo que respecta al partido, nos visitaba hoy un recién descendido al infierno y, que llegaba al Estadio de la Avenida de España con la vitola de invicto y con el cartel de claro candidato al ascenso. Sin embargo, y a tenor de lo visto en el Belmonte, mucho tienen que mejorar los de Marcos Alonso si quieren estar en la pomada al final de la liga ya que, hoy se han mostrado, en tres cuartas partes del encuentro, como un equipo especulador y falto de ambición.

Comenzaba el choque con un Málaga "empalagoso" tal y como había anunciado Ferrando en la rueda de prensa pre-partido. Los de la Costa del Sol cerraban los espacios al Albacete y se desentendieron por completo de la salida al ataque. David Sánchez y Parri, asumieron la "manija" del equipo y, ayudados de un muy activo Juan Carlos Sanz ganaban una y otra vez la espalda de la defensa malagueña aunque con escaso acierto en los metros finales.

Tal y como hemos dicho, enfrente, el Málaga no dió excesivas señales de peligro a pesar de la presión desarrollada por los andaluces en el centro del campo. Prueba de ello es que Valbuena apenas entró en juego. Los balones largos, enviados sobre Salva Ballesta, quedaban en nada y tan sólo un par de disparos lejanos e imprecisos completaron las señales de vida del conjunto andaluz. Por su parte el ALBA, cuando se cumplía la media hora de juego, apuntaba fuerte con sendos remates de Biagini y Parri que se marchaban desviados. Sin embargo, la ocasión más clara para el Albacete llegaba en el último minuto del primer tiempo cuando una excelente combinación de las líneas medular y ofensiva de los manchegos propiciaron una vaselina de David Sánchez que, aunque se marchó desviada recordó aquel magnífico gol del Sevillano ante la Real Sociedad hace tres años.

Tras la reanudación, y cuando todo parecía preparado para el sufrimiento de la afición local y sólo faltaba que el Málaga se animara a meter presión al ALBA, un tiro magistral de Parri suponía el primer tanto de Santi Denia tras su regreso a esta su casa merced a un inapelable remate en el segundo palo. Casi sin tiempo para celebrar el 1-0 llegaba el segundo con un nuevo golpe franco que, en jugada de estrategia llegaba a Ferrón en línea de fondo, y que el catalán prolongaba para que Leo Biagini cabeceara al fondo de las mallas y terminara de tranquilizar a la parroquia blanca.

Sin embargo no todo podía ser esa "balsa de aceite", cuando mejor tocaba y controlaba el Alba, en una caída de Salva Ballesta en nuestra área, el auxiliar de la banda izquierda del Albacete corregía la primera decisión del colegiado del encuentro y hacía que este señalara el punto de penalti. El propio Salva se encargó del lanzamiento y anotaba el gol que acortaba distancias. Los malagueños se vieron expoleados, y, aunque lo intentaron con mayor intensidad y con balones altos al "Chengue" Morales, no lograron llegar al área de Valbuena con peligro.