Área Pequeña

Ante la visita del Hércules, ya avisa nuestro querido técnico del peligro del rival, echando mano del repertorioCésar Ferrando en rueda de prensa de tópicos usual. Ya empieza a cansar un poco, al menos a mí me parece algo cargante, que sea obligatoria la comparecencia del entrenador ante los medios para soltar como un papagayo las manidas referencias a la duración de los partidos (habitualmente noventa minutos), al modo de ganar (nunca sin esfuerzo), a la entidad del enemigo (que nunca es pequeño, como bien es sabido), por no hablar del llamamiento a la afición (esa cuyo número va después del once). Después de haberlas visto de todos los colores, como se dice habitualmente, he llegado a la conclusión de que los partidos en Segunda hay que sudarlos, que hay que correr más que el rival, que te pueden meter un gol en el descuento, y que si la gente no aplaude, el ánimo de los jugadores suele flaquear. Así que ya podían los técnicos variar un poco el discurso. Tampoco hay que ser Lillo, no vayamos a los extremos, siempre en el término medio está la virtud.

Hay algunos soniquetes, muletillas, dichos y discursitos, con los que mis nervios no pueden. Hizo fortuna, hace algún tiempo, el muy parodiado "Sííí, bueno…" del discutido Raúl. Sonando no demasiado católico, no me parece tan esperpéntico como esa forma de responder cualquier pregunta que utilizan invariablemente el ochenta por cierto de los futbolistas: Ese "Bueno, la verdad es que…." Termina por atragantarse al más paciente de los escuchas. Claro que, nada comparable a esa pregunta tan incisiva a aquel jugador que el domingo siguiente va a enfrentarse a un equipo en el que militó en alguna ocasión, ya fuera como parche en el mercado de invierno o con una vida dedicada a los colores en cuestión. "¿Será un partido especial?" me deja sin habla. Yo recuerdo que un periodista le hizo tal pregunta al mismísimo Miquel Soler, para el [....]

[....] cual todos los partidos eran especiales, ya que pocos equipos en primera no habían tenido el honor de contar con sus servicios. Lo del "partido especial" viene habitualmente aderezado con otra tremenda pregunta "si marcas un gol ¿lo vas a celebrar?" Estoy esperando con ansiedad el enfrentamiento Albacete-Valladolid para ver si se lo preguntan a Álvaro ¿Lo celebrará si marca un gol? Decisión ardua, casi metafísica. Estoy seguro de que si Álvaro marca un gol, aun con la elástica de los pucelanos, la grada del Belmonte será un clamor. Después de no sé cuántas temporadas, un gol de Álvaro en el Belmonte. Aunque sea en nuestra portería. Sólo de pensarlo se me ponen los vellos de punta.

Como se rompió la racha de derrotas a domicilio, seguimos en los puestos altos. Así que tampoco hoy toca hablar de economía, o de presupuestos. Ante una situación acuciante (la deuda con la Agencia Tributaria) se consigue un préstamo, y el Consejo saca las fanfarrias como si los dos millones de euros que va a prestar la CCM sean el maná caído del cielo que nos sacará de pobres. Después de poner la campaña de abonos de la próxima temporada como garantía de la rescisión del contrato de Pacheco, más le vale a las huestes de Contreras taparse detrás del burladero y esperar sacar adelante las cuentas en la próxima Junta General. Pueden darle las vueltas que quieran, la viabilidad económica del Albacete sigue pasando por la innombrable: por la ampliación de capital. Decir que va a venir un Piterman es ignorancia con su punto de mala fe, o, más llanamente, hipocresía. ¿Y si viene Abramovich? Hombre, siempre que no se traiga al payaso portugués, no diría yo que no… Más vale Ferrando conocido que Mourinho por conocer.