25 años después el Alba vive otra vez su particular 11M

Hoy 11 de mayo se cumplía exactamente un cuarto de siglo desde el último descenso del Albacete Balompié a Segunda División B. La pérdida de la categoría se consumó precisamente otro 11 de Mayo, el de 1986 cuando el equipo dirigido por Pachín caía por 3-1 en el Luis Sitjar ante el Mallorca.

 

Adriá se retira cabizbajo tras confirmarse el descenso del Albacete

Adriá se retira cabizbajo tras confirmarse el descenso del Albacete. Foto: Gente para Quesomecanico.com

El conjunto albaceteño se quedó entonces sin opciones de salvación a falta de una jornada para el final de una liga que reunió a veinte equipos y en la que bajaron los cuatro últimos. Además del Alba, que finalmente acabó en el puesto 17º, esa campaña perdieron su plaza dos filiales: el Aragón y el Atlético Madrileño y, curiosamente también el Tenerife que, ahora, veinticinco años después acompaña a los manchegos a ese pozo negro que es la tercera categoría del fútbol español.

Ya es un hecho, el Alba es de Segunda B. En la noche de hoy, ni siquiera la fortuna quiso acompañar a los jóvenes de Simón, que recibieron el mazazo del 1-2 justo cuando mejor estaban, recién empatado el encuentro y con el Numancia encerrado. Pero fue la historia de siempre, los puntos vuelan del Belmonte y ya no queda ni el derecho a la utopia.

  

Del Pino anota el primer tanto para el Numancia

Del Pino anota el primer tanto para el Numancia. Foto: Gente para Quesomecanico.com

Sobre el partido en si, poco que comentar, el mismo comenzó con una primera aproximación del Albacete, tras un lanzamiento de falta directa de Miguel Núñez que atajaba Lafuente sin problemas. La respuesta del cuadro numantino llegaba pronto, en el minuto cuatro a partir de un robo de Miguel Flaño en la línea de tres cuartos del Albacete. El zaguero hizo la pared con Del Pino y el lanzamiento del lateral salió desviado por poco. Durante estos primeros minutos, el Albacete parecía mejor colocado sobre el campo, y dispuso de hasta cuatro córners en el primer cuarto de hora, todos ellos sin peligro.

Poco a poco, la lógica clasificatoria se fue imponiendo en el verde del Carlos Belmonte y el once de Juan Carlos Unzué se fue haciendo con el control de la pelota gracias en parte a la velocidad en las bandas de Cedric y Del Pino, y con la movilidad del ariete Ibrahima en la punta de ataque. La primera ocasión clara para un necesitado conjunto soriano llegó en el minuto veinte tras un servicio de córner que botaba la zurda del ex- Barkero y el cabezazo del central Jaio, adelantándose a los zagueros manchegos, salía alto.

  

Jorge Pina enfila el tunel de vestuarios en la soledad y tristeza del Belmonte

Pina enfila el tunel de vestuarios en la soledad del Belmonte. Foto: Gente para Quesomecanico.com

Un minuto después, más peligro visitante en un nuevo contragolpe de los sorianos, con internada de Cedric por banda izquierda y el disparo final de Ibrahima que acababa en córner tras rechazar en el zaguero local Gonzalo. El partido ya se había decantado por completo hacia la meta de Navas, con el joven once local casi rendido a su destino de Segunda B. El equipo de Soria se adelantó cuando se cumplía el minuto 27. La jugada llegaba en un centro de Nano desde el costado izquierdo, que Barkero cabeceaba solo en el punto de penalty, al que respondía el meta local Keylor Navas con un paradón, pero el rechace le caía a Del Pino para que el mediapunta marcara sin oposición, haciendo justicia a lo que se estaba viendo.

Sólo dos minutos después, nueva oportunidad en pos del cero a dos tras un lanzamiento en largo sobre Ibrahima, quien se iba en velocidad de Alan Baró pero disparaba alto. A raíz de esa ocasión visitante, el Albacete, plagado de jóvenes del filial, intentó igualar el encuentro pero sin aproximarse a la meta de un Lafuente que no tuvo trabajo en esta primera mitad.

 

Lo mejor de este Albacete Balompié; su afición, escasa pero fiel

Lo mejor de este Albacete: su afición, escasa pero fiel. Foto: Gente para Quesomecanico.com

La segunda parte comenzaba con un tiro alto del local Tato a los seis minutos, susto para Lafuente. A partir de esa jugada, el Numancia controló el partido al ritmo que marcaba Barkero, el futbolista de más clase sobre el campo, si bien fue de nuevo Albacete el que se acercó en el minuto 58, con un centro de De Lerma que remató Alfredo de zurda, por encima del travesaño. El Numancia controlaba el juego, y tuvo una buena oportunidad a los veinte minutos con un lanzamiento de falta directa de Barkero al que Navas respondió con una excelente intervención. Un minuto después la tuvo Del Pino con un tiro cruzado rozando el poste.

Ya en el minuto 73, Dimas metía un balón en profundidad a Cedric pero Navas, muy atento, salía al borde del área para evitar el peligro. Fue el preludio, curiosamente, del gol del Albacete pues apenas un minuto después, tras buena jugada de Perico en banda izquierda, el balón le llegaba a Adrià y su envío cruzado sólo tuvo que empujarlo Tato en boca de gol. Un gol de coraje que daba esperanzas de milagro.

El tanto espoleó al equipo local, que buscó el dos a uno. Un remate de Ramón muy desviado asustaba, y después un centro de Adrià lo cortaba Nano adelantándose a Verza. El Alba parecía cerca del 2-1 pero en el minuto 79, una internada de Sunny por banda derecha acababa con el cuero en el fondo de las mallas tras desviarlo el local Gonzalo. La eterna desgracia.

  

Los aficionados animaron a canteranos y a otros jugadores comprometidos

Los aficionados animaron a canteranos y a otros jugadores comprometidos. Foto: Gente para Quesomecanico.com

Respiraban los de Unzué, con el marcador a favor y todo controlado, y pudieron ampliar cuando Ion Vélez le dejaba un esférico a Cedric ya en el 81, pero el disparo del extremo salía alto. Los minutos fueron pasando, y ya en el 88, córner que botaba Verza para los locales y Cristian remató alto en el último susto local.

En definitiva, epílogo a muchos años de fútbol profesional en Albacete, ya viejos tiempos, ya pura nostalgia, esperemos, por el bien de este equipo y de esta ciudad, que la debacle de hoy sea solo un mal recuerdo en el menor plazo de tiempo posible. Aunque, que nadie se engañe: no será nada fácil.