Área Pequeña

Albacete Balompié - C.D. NumanciaHay sábados y sábados. Los hay que andas como desorientado por la casa, te tumbas en el sofá, holgazaneas un rato, ahora coges un libro, un poco más tarde te das una sesión de mando a distancia. Bueno, también te puedes divertir. Entonces te vas al cine, llamas a algún amigo, sales con tu pareja de compras. O hay fútbol en vivo y en directo. No hay más que hablar. El éxtasis, el acabóse. Ambientazo en las gradas, emoción, espectáculo asegurado. Vamos, te arreglas corriendo, coges el abono, sales de tu casa y… ¿qué vas a ver? Albacete versus Numancia. ¡Horror! La primera imagen que sale de mi disco duro es la de José González con el abrigo y la botella sempiterna. Escarbando un poco más se adivina un gol de Mark González, y, tras el descanso, se precipitan los acontecimientos. Empatan los sorianos, llega el segundo, cambian a Álvaro Rubio (sí, ese jugador ahora titular indiscutible en el gallito pucelano, alabado por su perfección en los aspectos tácticos, el mismo que viste y calza, como te lo estoy contando), se expulsa el llamado Jaime Sánchez, de infausto recuerdo. 1 2 y pañuelos a Contreras. Y no le tembló la mano (primera y última vez), se cepilló al gaditano de la botella, al que entrenaba por la tarde (pecado mortal habemus )y colorín colorado, el cuento de las estrellas se ha terminado. Enfrascado en tales cavilaciones me sitúo ya por la esquina del Dover (emblemática donde las haya en la corta historia dorada del Albacete Balompié) en la que otrora encontrabas un río de bufandas (vale, tampoco hay que exagerar, unas cuantas) cuando el runrún de los grandes acontecimientos y todos aquellos tópicos, los galácticos, el drimtím, para qué seguir. Pasado ya el [.....]

[.....] kiosco me empiezo a interrogar, para qué voy yo un sábado por la tarde a ver un partido del Alba; mis antiguos compañeros de asiento cambiaron su abono por llevar a los niños al cine o al macdonalds, me quedan algunos conocidos desperdigados por la señera grada de preferencia, cambio impresiones con ellos en el descanso, pues aquí, ya ves, mientras de fondo alguno despotrica contra el de las lámparas y otro se deshace en improperios contra Ferrando. Ante una disquisición metafísica del tipo ¿qué hago yo aquí?, respondería castizo "pos yo qué sé" , o, dicho de otro modo, inercia existencial sabatina. A todo esto, ya he cruzado por la circunvalación en obras (A ver si van encontrando el tesoro, dicen que dijo Danny de Vito al ver Madrid en similar estado), así que no me voy a volver atrás. De cabeza al campo, a echarle un ojo al calentamiento (sorprende menos César que un conocido DJ, se decía por Foroalba), agua mineral y a comentar con los vecinos de asiento los prolegómenos. Buena gente, este matrimonio. Exquisitos en el trato, sólo se trastoca su calma proverbial un poquito cuando el árbitro empieza a perder el norte, o cuando se interrogan por cuál será el misterio iniciático, el arcano indescifrable, el impulso etéreo por el que, invariablemente, juega Buades.

Espérate, que  en el minuto uno va Parri y se va a quedar solo delante del portero, cuando, oooooohhhh, llega unAlba-Numancia defensa corriendo desde Soria y desface el entuerto. Fin del espejismo (¡Oh D’Alessandro, qué tiempos! ). A partir de ahí, comienza una nueva entrega de espectáculo infumable, con las conocidas bazas ofensivas de Barkero y Azkorra, delantero fichado con las credenciales de media de un gol por temporada. Dicen los no tan viejos que el año pasado había un tal Mario no se qué y bla, bla. Batallitas de abuelo, en fin. Con eso, añadiendo a un Héctor Bueno que todavía andaba con la inercia del partido de sanción, sumando al tal Buades, con Kike debutando en el lateral, y con Noguerol para terminar tapando los agujeros y las carencias de los demás, tenemos un equipo con pinta de sufrir. Se apagó la luz de David Sánchez; la grada saltará, hará cabriolas, correrá como un látigo la ola mexicana, el día que el corajudo Ferrón ponga un centro medido. Y Parri desesperado es mucho menos Parri. Al descanso, 0 2. Revulsivo para la segunda parte con César Díaz y Gato. Y luego el defenestrado JC Sanz (un "expediente X" más a sumar a la larga lista de despropósitos del entrenador) que plantea algo distinto, por muy acelerado que salga; opciones de juego, uno contra uno, desequilibrio. Para terminar sonrojando a una grada cada día más desvaída, el tercero de los sorianos, y, por si fuera poco, para subrayar aún más las carencias ofensivas locales, el mal llamado gol del honor lo meten en propia puerta. Humillación para la artillería atacante del Alba, con la pólvora mojada desde hace ya, y sin visos de secarse. ¿Bermejo? ¿Pacheco? ¿quiénes son ésos?

Aquellos polvos trajeron estos lodos, y lo de los polvos no va por ningún escarceo erótico-festivo, no se me vaya a interpretar torcidamente y salga alguno con lo de la vida privada y tal. Los polvos de Numancia, allá por marzo de 2005, se fueron compactando y endureciendo y son verdaderos charcos de lodo ahora que los numantinos, que con aquello de que no se rindieron ni al gran Escipión ya se sabe, nos han vuelto a sacar los colores. Quiero expresar mi deseo de que el lodo no devenga arena movediza y que se trague todo lo que se ponga por delante. Por si acaso, haré acopio, de nuevo, de los consabidos tranquilizantes y seguiré el consejo del oriental: Be water, my friend