El epílogo más cruel posible

La ruleta de penalties dejo al Albacete apeado de la lucha por el ascenso

Al final no pudo ser y el sueño del ascenso a Segunda A se esfumó para el Alba en la presente temporada. De nuevo era un todo o nada en el partido de vuelta con el factor campo también en contra pero en esta ocasión los manchegos no conseguieron superar esta segunda eliminatoria del playoff. El equipo peleó, luchó hasta el final, dio todo lo que tuvo durante los 120 minutos que duró el partido pero al final la tanda de penaltis premió al que menos falló desde los 11 metros. Pero empecemos desde el principio…

 

300 aficionados albaceteños estuvieron animando al equipo en Carranza

300 aficionados albaceteños estuvieron animando al equipo en Carranza

Se presentaba el Albacete en el Ramón de Carranza después del empate a 0 en el Carlos Belmonte de la semana anterior. Puede sonar ventajista ahora que todo ha terminado, pero fue realmente ahí donde los blancos empezaron a perder la eliminatoria: un rácano Cádiz cosechó un combate nulo muy positivo conforme a los méritos de uno y otro equipo. El cruce se decidió en el Ramón de Carranza, sin duda, pero el Albacete sobretodo perdió sus bazas en el primer asalto.

Fue un partido vibrante el que se vivió en Cádiz, jugado de poder a poder, en el que ambos equipos tuvieron sus ocasiones y donde se vio desde el minuto 1 que quien conseguiera marcar se llevaría el gato al agua. El Alba fue mejor en la primera parte, gozó de ocasiones más claras en las botas de Adriá primero y posteriormente en un mano a mano de Calle con Aulestia que el meta amarillo resolvió con acierto.

Al igual que ocurrió en el partido de Albacete, a partir del minuto 60, fue el Cádiz quien poco a poco se fue haciendo con las riendas del juego y quien tuvo las mejores ocasiones a lo largo de los 60 minutos restantes. Cualquier equipo pudo marcar en cualquier momento, a ratos los ataques era auténticos correcalles donde, con más corazón que cabeza, los equipos conseguían llegar al aire sin mucho toque ni preciosismo, pero con fútbol directo especialmente por las bandas donde el Alba, una vez más, volvió a echar de menos a alguien de garantías en los centros al área.

 

Cruel desenlace: Álvaro Campos consuela a su compañero Miguel

Cruel desenlace: Álvaro Campos consuela a su compañero Miguel

En los pupilos de Antonio Gómez hubo un antes y un después en el juego del equipo y su solidez llevando el peso del partido: el cambio de Candela por Raúl Ruiz, jugador que desde mi punto de vista ha rendido de una forma muy errática desde que se le fichó no ha justificado la desaparición de David Añón en las convocatorias. También echó mucho de menos el Alba a Tete, un jugador vital para desequilibrar partidos trabados como el de ayer. O al propio Viguera, que podría quizá haber aportado algo para derribar la muralla gaditana.

Después de una prórroga muy larga donde los manchegos llegaban con las fuerzas muy justitas para intentar marcar el gol definitivo, llegamos a una tanda de penaltis en la que pasó quien más acertado estuvo lanzando, que no gracias al mérito de sus guardametas: ni Miguel ni Aulestia detuvieron ninguno de los 10 lanzamientos, si bien quizá el portero local estuvo algo más acertado que el carcerbero manchego. Quiso el destino, cruel con el Alba una vez más, que fueran Miguel Núñez (lanzó fuera el primer penalti) y Víctor Curto (marró enviando al palo en el cuarto) los que con su falta de acierto dieran el pase a la ronda final del playoff al Cádiz.

 

La afición albaceteña ha estado con el equipo en esta dificil temporada. Seguro que el año que viene seguira a su lado

La afición albaceteña ha estado con el equipo en esta dificil temporada. Seguro que el año que viene seguira a su lado

Una clasificación épica, por la mínima y sufriendo pero que, como suele suceder en esto del fútbol, nos enseña en un momento las dos caras de la moneda: la alegría desbordada del vencedor y las lágrimas inconsolables del que habiéndolo tenido al alcance de la mano, se ve privado del premio.

Muchas gracias a todos por vuestra atención y especialmente al equipo de quesomecanico.com por permitirme escribir esta crónica casi 24 horas y 1300 kilómetros después del partido cuando todavía perduran en mi retina todas las emociones y sinsabores de un partido para recordar largo tiempo.