El canterano Samu anotó el tanto del Alba en Tarragona aunque finalmente la lotería de los penalties dictó sentencia

Concluye el periplo del Albacete Balompié en la Copa del Rey. El conjunto manchego cayó eliminado a manos del Gimnàstic de Tarragona, después 120 minutos y una tanda de penalties aciaga para los de Luis César. El tiempo reglamentario acabó con empate a un gol. David Querol adelantó a los catalanes, aunque los albaceteños no tardaron en replicar y pusieron el empate gracias a Samu. Luis César consumió los tres cambios antes del noventa y eso lastró a los manchegos en la prórroga, puesto que Samu sufrió calambres por el esfuerzo y no pudo estar al cien por cien.

La lesión de Samu con continuos calambres lastró mucho al equipo en la prórroga

Con un jugador fuera de combate durante el tiempo extra, el Albacete se vio obligado a echarse a atrás y esperar a que el tiempo pasara y forzar la tanda de penaltis. Aún más cuando Núñez vio la tarjeta roja en el 113´. Los lanzamientos desde los once metros fueron un suplicio, puesto que sólo Antonio Calle logró batir a un inconmensurable Tomeu, que atajó a Israel y José Carlos.

Jesús Perera, David Rocha y Davi Sánchez, tres ex- del Alba en las filas del Nástic y que guardan muy buenos recuerdos del club y la ciudad

El partido empezó con la lesión de Reina, habitual portero suplente del Nàstic, que tuvo que ser reemplazado por Tomeu, guardameta titular. El Albacete Balompié, no obstante, había salido dispuesto a hacerse con el control del partido, logrando generar los primeros miedos a la retaguardia catalana, como un lanzamiento Jorge Díaz que detuvo bien el arquero grana. Fueron los de Luis César los que llevaron el peso del partido, monopolizando la pelota y creando mucha incertidumbre. Los tarraconenses, por su parte, se dedicaron a defender y mirar de ejecutar rápidas transiciones de ataque para sorprender a la zaga visitante. Giner la tuvo en un contragolpe que detuvo bien Alberto.

Significativa la presencia del consejero Natalio Lozano en el palco y la ausencia de Julián Echevarria

La gente que acudió al Nou Estadi de Tarragona, buena afluencia al ser festivo en Cataluña, estaba disfrutando con un partido vistoso, con alternativas y ocasiones de gol en ambas área. Aún así, el marcador continuaba impoluto y se mantuvo de esta forma al descanso. Antes del asueto, Jorge Díaz dispuso de un disparo en el interior del área bien rechazado por Verdú. Aunque fueron los locales los que pudieron irse a vestuarios con 1-0. En el 43´ Giner penetró por banda izquierda, ganó línea de fondo y la puso atrás para la llegada de un compañero. Núñez, atento, cortó casi sobre la misma línea de gol. Instantes después reclamarían los granas un posible penalti y Verdú estuvo cerca de anotar.  

El Nástic se adelantó en el segundo tiempo con un gran gol de David Querol

El final del primer tiempo y el inicio del segundo fueron los peores minutos del Albacete Balompié, afectados por la presión tarraconense y el trabajo en el centro del campo local de un gran Beñat. Así llegaría el 1-0 obra de David Querol con un taconazo que culminó una jugada colectiva. Luis César empezó a mover el banquillo y optó por dos jugadores de marcado carácter ofensivo, como Sergio Molina y Antonio Calle, éste silbado desde la grada tras su discreto paso por Tarragona. Las sustituciones sentaron bien al Albacete que a los pocos minutos ya había empatado la contienda. Samu agarró el cuero en el área y con un lanzamiento cruzado superó a Tomeu.

Miguel Núñez y Luis César Sampedro fueron expulsados por el ínclito Gil Coscolla

El empate sentó de maravilla al Alba que empezó a desplegar su mejor versión. Fútbol de toque, preciso aunque le faltó pegada en los metros finales para llevarse la eliminatoria, como un remate de Rubén Cruz que detuvo un gran Tomeu. El Nàstic estaba fundido y entregado al cronómetro, buscando la prórroga para tomar algo de oxígeno.

Algunos se empeñan en mezclar política con deporte. La bandera independentista catalana nada pintaba en el Nou Estadi

El tiempo extra fue local. Tarraconenses y albaceteños notaron el cansancio físico, aunque fueron los manchegos los que más lo acusaron puesto que Samu empezó a sufrir calambres. Luis César había realizado los tres cambios y se vio obligado a mantener al autor del gol sobre el césped. Con un hombre menos, el Albacete se encastó atrás y sudó sangre para llegar a los lanzamientos de penaltis, donde el Nàstic transformó todo y los de Luis César erraron en dos ocasiones. El sueño de ver a un Primera en el Carlos Belmonte murió esta temporada en el Nou Estadi de Tarragona.

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