Un presidente del Consejo se lava las manos; un expresidente reconoce que defraudó a la Hacienda
Pública; un vicepresidente económico suplica a los accionistas que acudan a una ampliación de capital ridícula; otro expresidente vota sin estar acreditado; un vicepresidente deportivo se quita el muerto de encima; un exconsejero, profesor, no sabe lo que es la amortización. Entre todos la mataron y ella sola se murió, siendo ella la sociedad anónima deportiva Albacete Balompié.
El sueño de la razón produce monstruos; así también, la desidia de los accionistas produce Ubaldos. A fuerza de pasar años sin preocuparse por quién lleva las riendas del club, hemos oficiado, todos, de doctores Frankenstein; hemos engendrado a un ser indefinible, que va dando el pego a base de rollo pseudo-jurídico, caminando al borde del precipicio con aire engolado y prepotente, haciéndose pasar por experto. Descubridor de la nada, charlatán incontinente, con aire de ligonzuelo trasnochado, okupa del sillón presidencial por obra y gracia del tocomocho de la bandera blanca, pretende ahora, desde la pretendida solemnidad que subraya con su oratoria afectada y torpe, convencer a la masa de accionistas de que la prensa es el coco, las instituciones públicas son insolidarias, y de que sacando doce puntos cada diez partidos la marcha no es preocupante.
Ubaldo González Garrote, responsable máximo del [.....]
[.....] desaguisado organizativo y de resultados que es ahora el Albacete Balompié, es el enemigo visible. Enemigo de la prensa, de la afición, enemigo de la razón y de la cordura. Enemigo de la poca ilusión que queda en la grada.
Se inició la Junta General Ordinaria con un informe presidencial que tuvo dos partes diferenciadas. La primera estuvo preñada de acusaciones hacia el anterior Consejo; acusaciones que, en algunos casos, implicaban carácter delictivo, desde el pago de comisiones desorbitadas hasta la apropiación de las cantidades que se deben ingresar en las arcas públicas en concepto de retenciones salariales. La segunda parte la dedicó a enumerar todas las acciones que ha venido desarrollando el Consejo desde que entró, atribuyéndose el mérito de todas sin excepción.
Claro que, como dice el manchego castizo, una cosa es llamar y otra salir a abrir. Cuando alguien le dijo a Ubaldo que lo que había que hacer con toda la munición que había desgranado era irse al juez derecho, el presidente vaciló y puso a los accionistas en la tesitura de proponer la acción judicial contra el Consejo anterior, obteniendo un lógico silencio como respuesta. Dejación de funciones o conducta irresponsable, como se quiera llamar. El caso es que a Contreras lo salvó, otra vez, la campana, estando contra las cuerdas y al borde del KO. Se me olvidaba, Contreras intentó defenderse, pero de donde no hay no se puede sacar, es inútil. Contreras y el intento; ambos inútiles. Con decir que reconoció el fraude fiscal de las retenciones todo queda dicho.
Se aprobaron las cuentas y el presupuesto con más pena que gloria. No tienen por donde cogerlos, unas y otro. La anécdota estuvo en el recuento de votos. Salían más votos que acciones acreditadas. Tras ardua gestión del asesor, se llegó a la conclusión de que a Rafael Candel le habían dejado pasar (y le habían dado las papeletas) una vez comenzada la junta y contadas las acciones presentes. Tamaña irregularidad la veía Ubaldo como “un tema sin importancia”. Una chapuza de consideración para el resto, para el consejo un detallito.
Mayor enjundia tuvo la indicación de Ubaldo respecto de la segunda votación, en la que no solamente propuso que se introdujeran únicamente los votos de rechazo al presupuesto en la urna correspondiente, sino que se atrevió a sugerir que el voto negativo debería incluir el nombre del votante, ante el delirio del público, que asistió atónito a la novedosa concepción de la democracia societaria que esgrime el presunto experto en legalidad mercantil.
Ante lo dilatado de las exposiciones y votaciones precedentes, quedó un exiguo turno de preguntas dentro del cual cabría destacar la intervención del ex-presidente García Palazón haciéndose eco del malestar de los medios informativos con la política de comunicación que ejerce D. Javier León; Ubaldo se hizo el sueco y pasó de puntillas sobre el tema, considerando que se trata de un tema menor y que con una reunión, recalcó “informal”. También el ex-vicepresidente García Navarro pronunció palabras de apoyo hacia los profesionales de la prensa, destacando la importancia de su trabajo a la hora de difundir la imagen del Albacete Balompié, así como de los graves “daños colaterales” que para dichos profesionales supondría un eventual descenso de categoría.
Así terminaba la primera Junta del mandato ubaldiano; con una sabor muy agrio, con pocas esperanzas, con la sensación de que la nave se hunde sin remisión, con una masa social hecha trizas, sin ánimo alguno. Cuando esta tarde Barkero marcó el penalti, la gente salía con prisas del estadio, sin esperar a aplaudir a su equipo; preferían coger sitio para el Barça – Real Madrid. Imagen que vale mil palabras, como la de esta mañana, con el asesor haciendo y deshaciendo desde su asiento en la grada. Como tantas otras de este Consejo.