La cabezonería de Quique

Quique Hernández: don erre que erreMira que lo llevo tiempo pensando, pero después del partido de ayer ya tengo claro que voy a hacer el curso de entrenador de fútbol, porque si no lo hago nunca entenderé el duelo táctico que se vivió ayer en el Carlos Belmonte. Vaya dos entrenadores malos. No me extraña que en Alicante pidan la cabeza de Goikoetxea. Aquí estamos tranquilos, no pasa nada, estamos en una buena racha y las críticas son porque la prensa no quiere ver la realidad.

La realidad por lo visto es que Iker Begoña es mejor que Bauzá y también que Cañas, que Juan Carlos no valía para este equipo y que estamos reservando a Álex Pérez para sorprender a los rivales en los últimos partidos. La realidad es que Quique Hernández es el Bernd Schuster de la Segunda División y que Máximo Hernández ficha igual que Monchi en el Sevilla.

La cabezonería del entrenador nos va a tener en vilo en lo que queda de temporada, todo ello si realmente es el que hace las alineaciones, porque viendo su escasa capacidad para reaccionar ante la expulsión de Jonathan uno piensa que hace lo que dicen antes de empezar el partido y sigue los ‘consejos’ también tras el descanso.

El  caso es que [.....]

[.....] ayer se sacó un punto en un partido donde la actuación arbitral será una buena cortina de humo para que no hablemos del pésimo planteamiento, de los errores en la confección del once, de la incapacidad para reaccionar desde el banquillo y del esperpento de partido que nos ofrecieron ambos conjuntos.

Nos siguen vendiendo motos cuando es una bicicleta pinchada y sin sillín. Pero hay que confiar en la honestidad de este Consejo, en su capacidad de gestión, en su responsabilidad, en las 14 horas al día que le echan al Albacete, en lo mucho que Máximo Hernández sabe de fútbol, que lo está demostrando desde que llegó al Albacete. En el buen trabajo de Quique Hernández. Si es que los que critican no saben, pero no os preocupéis, que están esperando a ganar tres partidos seguidos para sacar pecho y decirles cuatro cosas a todos esos que critican, que no saben lo que dicen.