El Alba encadena la cuarta derrota consecutiva al salir derrotado del Belmonte por 0 a 1 en el encuentro ante el Girona. Un tanto de Felipe al filo de la media hora fue suficiente para que los catalanes superasen a un equipo que pese al trabajo sobre el verde, mejor en la primera y peor en la segunda mitad, paga carísimo no perforar la meta rival.
Sin gol. 360 minutos sin hacer un gol tras jugada.
El once
Luis César, ya nos habían llegado cantos de sirena durante la semana, iba a reformar el armazón del equipo. Entre lesiones y decisiones técnicas, la reforma resultó ser una pequeña revolución frente a lo que habíamos visto en semanas pasadas. Diego Rivas, Antoñito, Rojas, Gonzalo, Carlos, Mario Ortiz, Edu Ramos, Samu, César Díaz, Portu y Rubén Cruz fueron los elegidos.
El Alba y la chiquillería local.
Contracorriente
No es la primera vez que al Alba le toca remar en el Belmonte. Hoy la decoración fue algo distinta pero desafortunadamente el resultado el mismo. El arranque hoy fue nuestro obligando a los catalanes a pertrecharse atrás y con opciones serias para Antoñito y César Díaz. El castillo de naipes tardó poco en venirse abajo: bastó con un saque de esquina, nuestra blandura defensiva y un par de rebotes en el área para que Felipe hiciera el 0-1 que a la postre sería definitivo.
Felipe superando a Edu Ramos y a Diego Rivas
Curiosamente, tras anotar el Girona jugó el Alba sus mejores minutos. Seguro que a nadie que lo haya visto extraña leer que los visitantes de fueron por delante en el marcador gracias a un par de portentosas actuaciones de su guardameta Becerra, uno de los mejores hoy sobre el tapete.
Buena parte del triunfo catalán se debe a este muchacho: Becerra.
El Alba se apaga
Cuando los equipos comparecieron tras el receso la decoración ya había cambiado. El Girona se reordenaba defendiendo con una línea de cinco y contragolpeando con peligro y los blancos no tenían ni la clarividencia ni el físico exhibido el final de los primeros cuarenta y cinco.
César Díaz derrochó trabajo y velocidad
Poco, por no decir nada, gustó a la parroquia la salida de Mario Ortiz y César Díaz del campo (César lo había pedido al sentir unas molestias)para dejar su lugar a Chumbi y a Jorge Díaz. Y lo que acontecía en el campo apoyaba la teoría del graderío. Y si los cambios no le sentaron bien al Alba, justo lo contrario le sucedió al Girona con las entradas de Aday, por el goleador Felipe, y de Gerard Bordas, por Sandaza. Lo que faltaba.
El Alba se apagaba, el partido se agotaba con la impresión de que la suerte estaba echada, con una sensación a medio camino entre la impotencia y la incapacidad. Y eso que Cidoncha se sacó de le chistera un golpe franco magistral sobre el tiempo reglamentario. Becerra volvió a volar y lo sacó para completar su buena tarde.
El Girona
No voy a descubrir yo ahora a los catalanes. Dan la impresión de equipo muy trabajado: rocosos en defensa y con un excelente guardameta, rápidos en salida y transición y con unas contras peligrosísimas. Además, Machín debe trabajar la pizarra de lo lindo porque tienen más peligro en la estrategia y balón parado que una piraña en un bidé. Personalmente, el equipo que más me ha gustado de los que hemos tenido enfrente.
El del pito y sus amigos.
Hemos tenido hoy el inmenso placer de tener entre nosotros a Ricardo de Burgos Bengoetxea al pito y a Javier Rodríguez Echavarri y a Raúl Gago Santaolalla a las banderas, todos ellos del ínclito comité Vasco. Como la mayoría, saben de esto lo justo aunque por lo menos no influyeron. Yo en el campo lo ví enseñar tres amarillas: una a Juncà, otra a Ramalho y otra a Rojas. El pájaro solo refleja las de Ramalho y las de Rojas en el acta. ¿Corto de memoria? ¿Se le mojó la cartulina con el chaparrón? ¿Rellenó el acta después del carajillo? Cualquiera sabe.
Dichoso criterio
Criterio es una palabra que hace que se me erice el vello si se aplica en el contexto del arbitraje patrio. La semana pasada sufrimos la expulsión de un jugador por doble amarilla por a) poner el codo en la chepa de un rival y b) por cortar un balón con la mano. Bien, pues hoy dos jugadas idénticas, con el agravante de que el jugador que corta con la mano está tendido en el suelo y superado por el rival, no han supuesto ni amonestación. ¿Criterio? Y un pijo!!
Galería
Acabamos como siempre con las mejores fotos de Josema Moreno
