Mala lectura del partido, sustituciones que empeoran más que enmendar, jugadores clave desaparecidos y un rival que tiene el balón y es paciente. Ingredientes más que de sobra para que ayer, en el partido más flojo del Alba hasta la fecha en casa, volasen los tres puntos del Belmonte con una facilidad pasmosa. Y lo que es peor, la bofetada duele. Por la manera en la que se produce: mostrando impotencia. Porque es consecuencia de lo que todos apuntamos: plantilla corta. Y porque aclara meridianamente el panorama: la realidad es que no estamos a tres puntos del tercero (¿dónde he oido yo eso?) sino a dos del decimooctavo.
El Alba mostró ayer poco juego y mucho barullo y descontrol. Imagen: Gente.
Xavi Jiménez se rompió en el penultimo entreno. Tiene para cuatro semanas. No es la banda derecha nuestra posición más floja, pero también Marco Navas se quedó fuera por unas molestias. Mala fortuna. El agujero en el volante derecho estaba servido y JIM eligió a Álex Pérez para remendarlo consiguiendo de una tacada dos cosas: inutilizar la banda derecha y matar al bueno de Álex. Parece que es complicado asumir que simplemente con poner a cada jugador en su sitio ya hay bastante camino andado. Aparte, Tarantino cumplia su sanción motivada por la expulsión en Eibar. En esta ocasión, Begoña fue el polivalente elegido para formar en el centro de la defensa dejando a su vez su espacio habitual para Alberto.
El Tenerfe, buena plantilla y dirección, no vino de paseo. Ni partido de Copa, ni bajas (Kome y Ricardo no viajaron) ni monsergas: quisieron la pelota. Mandando en la zona ancha desde el pitido inicial, donde acumulaban hasta cuatro efectivos, su primer achuchón ya rindio varios saques de esquina y un remate con peligro de Richi que Jonathan despejó con bastantes apuros. La linea más floja de los insulares es sin duda la retaguardia. De hecho, a poco que el Alba tomó la iniciativa, solo un cuarto de hora en la primera mitad, se llegó con relativa comodidad. Jaime lo intentaba por su banda sin suerte, Diego Costa se dejaba caer incluso con el defensa a metro y medio y Merino era el de las intermitencias. El denostado Álex Pérez, no olvidemos que fuera de sitio y a pierna cambiada, fue el que más peligro llevó a la meta de un inseguro Luis García: forzó un saque de banda que Merino remató a la media vuelta a la pierna del portero visitante que apenas se agachó (en la imagen de Gente) y una internada que acabó con un remate horroroso del zurdo. Un disparo de Jaime rebotado a corner completa nuestro bagage ofensivo de la primera mitad.
La primera parte acabó con otro arreón del Tenerife, dueño y señor del centro del campo. Óscar Díaz (en la imagen de La Opinión) se bastaba para sacar locos a Verza y Alberto, que no se enteraban. Y eso que este muchacho es el sustituto de Ricardo. Igual Oltra cuando recupere a su medio centro titular nos presta al calvito que nos vendría de perlas: menudo partidazo se marcó el amigo. Otro aspecto negativo fue la presión en la salida de los chicharreros, porque brillaba por su ausencia. Consecuencia: los centrales la sacaban jugada y Richi se encontraba como pez en el agua. Por fortuna carecieron de inspiración arriba: cabezazo muy forzado de Iriome, disparo lejano de Nino y, lo más peligroso, libre directo de Alfaro que Jonathan saca a corner con una buena estirada. Los primeros cuatenta y cinco acababan con el regusto de que el Tenerife pudo ahogarnos en un rato pero que habíamos ganado la orilla a salvo. Y que igual una buena arenga y algún retoque nos valdría para meternos en el partido.
Ignoro si hubo perorata y sus términos. En lo que no anduvo fino JIM fue en los retoques. El mister quiso poner fin a la, por momentos, insultante facilidad con la que Óscar Díaz y compañía controlaban la parcela ancha y dio entrada a Ritchie por Ález Pérez. Buena la observación, pero horrible la ejecución y su precio: la banda derecha pasó de coja a desaparecida. Verza, flojito en la primera mitad, acabó de perderse al escorarse a banda y el tapón en el centro del campo era formidable. Justo es reconocer que el Tenerife no movió tan a placer como en la primera mitad en la parcela ancha aunque fuese por imposibilidad material de hacerlo. Incluso el dominio del juego, aunque de manera infructuosa, volvió a ser blanco. Merino tuvo una pero la mandó fuera. Un espejismo.
Faltaba que Trotta (que se acercó a la banda a hablar con el fisio y con JIM) empezase a renquear. No ha trascendido nada de sus dolencias pero el central argentino anduvo arrastrando la pierna casi veinticinco minutos. Hasta Begoña le hizo un par de coberturas. Nino, que listo es el tío, se emparejó con él y empezó a buscarle las cosquillas. La desaparecida banda derecha a estas alturas era ya una autopista sin peaje por la que un buen interior habría penetrado a placer hasta cansarse. Sin embargo, el Tenerife se mostraba bastante inoperante por la zona. Especialmente el lateral Héctor aprovechaba el carril hasta tres cuartos pero parecía encendersele el piloto rojo y reculaba. Hasta que Oltra, este sí que hace bien los cambios, metió a Cristo por banda junto a Kike y ordenó cargar el juego por la izquierda. Cinco minutos fueron suficientes para que el recién ingresado Cristo aprovechase en agujero defensivo. Imagen: Gente.
Quince minutos por delante, pero no había nada que hacer. Entró Belencoso y JIM quemó las naves (en el 86', no creais) cargandose definitivamente la banda derecha metiendo a Carletes por kike. Ya no se si dispuso defensa de tres, o si metió a Verza de lateral (en la imagen de La Opinión trata de frenar a Héctor), o que diantres pretendía. Tampoco es que tenga mucha importancia al margen de la sensación de empanada gallega que se extiende hasta a la grada. Un inocente cabezazo de Merino, fuera, la brega de Belencoso, esteril, y la cara de Carletes cuando se giraba y veía la banda derecha expedita a sus espaldas era todo lo que nos quedaba por ver mientras el Tenerife dormía el partido y se cumplia el tiempo.
El caso es que anotamos la primera derrota en casa de la temporada, los tres primeros puntos que vuelan del Carlos Belmonte. Se los lleva el Tenerife, que los mereció. Aunque no lo consiguió cuando hizo merecimientos. Imagino yo que éste es el matíz que trata de apreciar quien reseña en www.albacetebalompie.com que "El Alba no mereció la derrota": que pudimos amarrar un punto a poco que hubiesemos andado listos, vamos.
Bien: Ritchie. Cumplió con su cometido dentro del desbarajuste general de la segunda mitad. Igual no era mala idea darle minutos pese a lo poblado de la nómina de centrocampistas.... Imagen: Gente.
Bien: Ritchie. Cumplió con su cometido dentro del desbarajuste general de la segunda mitad. Igual no era mala idea darle minutos pese a lo poblado de la nómina de centrocampistas.... Imagen: Gente.
Mal: la vanguardia. Merino, intermitente. A Costa le gusta más la pelota que a un tonto un lápiz. Si éstos dos no carburan, apaga y vámonos.
El del pito: Caballero Herréros. Es de los que sigue el juego desde su casa, pero no tuvo problemas. Eso sí, criterio tarjeteril totalmente opuesto al de mi amiguete Melero, el la semana pasada. La pena es que no nos pusieran a Melero como locales y a éste como visitantes.