El choque de ayer entre el Alicante y el Alba tuvo un protagonista absoluto: Diego Costa. Fue el mejor sobre el Rico Pérez, amargó la tarde de la defensa local, anotó un gol que merece la pena verse unas cuantas veces repetido, le anularon otro también de bella factura y acabó expulsado por repeler desde el suelo una fea, y a la postre impune, patada por detrás de Germán. Segunda victoria consecutiva a domicilio que nos deja enganchados al grupo de arriba. ¿Qué Diego Costa tiene mala cabeza? Pues sí. Si no la tuviera.... ¿lo tendríamos en el Alba? Pues eso: bendita mala cabeza.
Costa remata acrobáticamente batiendo a Unanua. Lesma señaló posición incorrecta. Imagen: Gente.
La vuelta a la convocatoria, y al equipo inicial, de Merino, Begoña y Peña no liberaba a JIM de hacer las cábalas semanales para diseñar el once a oponer al Alicante. El mayor quebradero de cabeza es el agujero de la banda derecha, y que seguirá unas semanas porque Navas va a pasar por el quirófano. Por lo demás, Ritchie ha mostrado bien a las claras que debe estar y donde debe estar a la par que el centro de la defensa no se ha distinguido por su seguridad y Pablo Gil se ha asentado en el lateral derecho tres partidos consecutivos aprovechando a la perfección su ocasión.
JIM resolvió el puzzle, no era difícil como el de hace siete días, del mismo modo que lo hizo en Huesca. La solución es un parche en banda derecha: Merino. Parche porque Carlos no es hombre de banda y tiende a irse al centro en cuanto puede. Pero puestos a componer, el remiendo es la solución más plausible: tiene su lado positivo exactamente en el mismo sitio donde tiene el negativo: Merino tiende a irse al centro en cuanto puede ganando en presencia arriba y tiene a Verza más próximo a su posición que cuando actúa por detrás de Costa (Imagen: Gente).
A los cinco minutos escasos Jonathan ya se había agachado a recoger el balón del fondo de nuestra portería. Lo había mandado allí un viejo conocido nuestro, Francisco, de un soberano cabezazo en el único despiste defensivo serio del Alba en todo el partido ganándole la posición a Trotta (Imagen: Gente). Antes de que nos diese tiempo a pensar en la mala pinta que tenía el tema, Verza había colocado el empate con un perfecto lanzamiento directo desde la frontal de una falta cometida sobre Alberto dando un golpe de timón para cambiar el rumbo que habían tomado las cosas. Por cierto que el señor Lesma, luego iremos con él, le perdonó la amarilla a Urbano por la segada.
No le sentó bien el tanto al Alicante. Ritchie y Alberto empezaban a dominar en la parcela ancha y Verza, con dos escuderos por detrás, también se movía y llegaba con peligro. Una jugada de Francisco, que perdió la ocasión por querer entrar conduciendo hasta la cocina, fue todo lo que mostró en cuadro local en lo que quedaba de primera mitad y, apurando, en lo que quedaba de encuentro. A todo esto Costa empezaba a sacar locos a los defensores azules. A la segunda entrada merecedora de ello vio Urbano la amarilla. De tal modo lo hizo, que quedó dolido fuera del terreno de juego (en la imagen de Gente se aprecia al fondo como solicita entrar de nuevo al campo aunque posteriormente tuvo que retirarse). Con la defensa local fuera de sitio, Costa cazó una pelota escorado a la derecha y con calidad y potencia, evitando varias tarascadas. Muy fea la de Germán con los dos pies abajo como muestra la imagen, (ay, amigo Lerma, lo que nos cuesta amonestar lo que sí debe ser amonestado). Se marchó de dos, se plantó delante Unanua, otro ex, y le batió potente abajo a la derecha: otro golazo.
Verza, buen partido el suyo ayer, y Merino pudieron rematar a un Alicante desdibujado y dubidativo pero ambos se entretuvieron en exceso. Desafortunadamente para el cuadro local , Garitano tuvo que realizar dos sustituciones antes de finalizar la primera mitad, retirando del terreno de juego al mencionado Urbano y a Borja. El partido pudo tomar otro camino cuando Lesma explusó a Costa por repeler (en la imagen de Gente) desde el suelo una dura entrada de Germán que lo cazó a conciencia y por detrás. El alicantino quedó otra vez impune por gentileza de la extraña vara de medir de Lesma. Que no es que lo de Costa no esté bien hecho: lo está. Es que es de nuevo el que da patadas quien sale beneficiado y eso es precisamente lo que un árbitro tiene que evitar.
Pero claro, Lesma es muy malo. Este tipo es extremadamente casero en la manera de llevar el partido, con las amonestaciones y con sus decisiones en general. Ya tuvimos el placer de verlo en el Belmonte en la primera jornada de liga, cuando dejó al Sevilla At. con nueve: si bien es cierto que los filiales repartieron en aquella ocasión cera no lo es menos que la presteza de Lesma a la hora de amonestar a locales y visitantes es diferente. Resumiendo, que si nos ha de dirigir otra vez lo haga en Albacete. Y que espabile el visitante de turno.
Y lo que pudo ser una ayuda para los locales no hizo más que dejarlos con el culo al aire, mostrando un equipo con muchas carencias. El Alicante estuvo ñoño, sin movilidad ni pegada y no agobió apenas limitándose a colgar una y otra vez balones en busca de Jodrá. Y a las pruebas me remito: solo un cabezazo blandito a las manos de Jonathan y ni un solo disparo más entre los tres palos en la segunda mitad. Y eso que gozó de media hora de superioridad numérica. Lo más peligroso, a cargo del Alba. Amén de un gol anulado a Costa por fuera de juego (quien lo vio in situ me comenta que no lo era y la TV no aclara nada) fueron sendas ocasiones de Merino y Verza que anduvieron, una vez más, lentos a la hora de definir. En la imagen de Gente Jaime se marcha de su par.
Y con Costa voy a acabar. No seré yo quien defienda el comportamiento del brasileño en el terreno de juego ni fuera de él, pero es mi obligación llamar la atención sobre la cantidad de patadas que recibe, alguna de ellas con muy mala folla (como ayer). Es más, hasta me gusta ver en mi equipo a un tío que se pega con su padre. Por recriminarle algo, mencionaría las ocasiones en las que se deja caer. Y solo por lo contraproducente que es dado los papasfritas que pululan por nuestro arbitraje patrio.Y puesto que parece que su fama le precede, bien podrían los colegiados prestar tanta atención a las reacciones fuera de tono de nuestro hombre como a los recaditos que recibe a lo largo de un partido.
Me he molestado en mirar los números de Diego en lo que va de temporada, casi un cuarto de ejercicio, porque otros aspectos de su juego son más difíciles de cuantificar. Y no son malos. Costa ha hecho tres goles, que nos han supuesto seis puntos, y ha sido expulsado en una ocasión. Multipliquen esos números por cuatro y piensen: ¿quieren ustedes a Diego Costa en su equipo? Yo, sí. El Club se encargará de multarlo, si le parece oportuno. JIM lo abroncará si le parece pertinente e intentará domesticarlo. Sus compañeros le echarán en cara el esfuerzo extra al que los obligó ayer en Alicante, y con razón. Costa pedirá disculpas lo sienta o no para cubrir el expediente.... y mientras tanto ahí tenemos al Alba con 15 hermosos puntos y a tiro de piedra de la cabeza. Moraleja: demos gracias a la mala cabeza de la que hace gala el brasileño ya que de otro modo un jugador así no estaría en nuestro equipo. Ni posiblemente en el Atlético.
Bien: Costa. Marca la diferencia, desequilibra, anota y además ayer aisitió a sus compañeros más de lo habitual. Dio la tarde a la defensa alicantina. En la imagen (Gente), celebrando el tanto con Trotta que le sirvió el balón con el que anotó ayer.
Mal: Costa. Entra al trapo con facilidad y acaba por desquiciarse en cuanto lo cazan un par de veces. A expensas del recurso de turno, es posible que nos deje sin pólvora arriba alguna semana.
El del pito: Lesma López. casero hasta decir basta en todos los aspectos, permitiendo más patadas de la cuenta al Alicante. Anuló a instancias de su juez de línea un gol a Costa que pareció legal.