El día de Begoña.

Un gol de Iker a la salida de un corner rubricó la victoria del Alba frente al Rayo Vallecano. El vasco estuvo en todas: volvió a desviar un balón con peligro sobre su propia portería, golpeó la cabeza de su portero y le abrió una brecha, no estuvo fino en el tanto de Aganzo ni en su marcaje, evitó por dos veces el segundo tanto rayista en sendos remates a bocajarro y, a renglón seguido, peinó el balón que supuso tres puntos tras servicio de esquina de Ibón Gutiérrez. Si la semana pasada Iker lloraba su infortunio, ésta el destino ha sido benévolo con uno de los futbolistas más controvertidos del Alba.

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Va por Ustedes!! Iker Begoña, exultante, celebra el tanto de la victoria. Imagen: Gente.

alba-rayo-2008-2009-02.jpgLa primera incognita a despejar era el equipo que pondría en liza JIM dada la ausencia forzada de Merino por su esguince de Córdoba. Las apuestas se cumplieron y fue Xavi Jiménez quien ocupó la banda derecha. Más sorpresiva fue la entrada de Kike al lateral completando la renovación total de la banda derecha, pero no por exenta de lógica: el Alba había tenido en el lado derecho de la defensa su punto más vulnerable puesto que dicho carril venía siendo ocupado por un central reconvertido a lateral, Pablo Gil, y por un media punta llegador, Merino, que en banda desaparece completamente. Y la decisión fue acertada: tanto Kike como Xavi cumplieron con su cometido demostrando una vez más el teorema de que, en el fútbol entre otros ambitos, si colocas cada pieza en su sitio para que haga lo que sabe, ya tienes bastante camino recorrido. Todas las imágenes pertenecen al semanario Gente.

alba-rayo-2008-2009-03.jpgEnfrente, un Rayo con una señora plantilla pero con la asignatura pendiente de la victoria fuera de casa. Comprensible, después de ver como se desarrolló la primera fase del choque porque los vallecanos, aunque Pepe Mel viese otro partido, salieron dormidos y podían haber tirado en encuentro en los primeros veinte minutos. El Alba los pudo matar fácil. A los cuatro, Ritchie ponía en franquicia el marcador con un zapatazo desde la frontal absolutamente imposible para Cobeño. Al segundo gol del belga en liga seguiría la mejor media hora del Alba este año.

Ejerciendo presión ya en el campo del rival y con bastante fluidez en ataque fruto de la participación de Xavi Jiménez y Jaime, el Alba apabullaba al Rayo. Costa (en dos ocasiones), Jaime, Xavi Jiménez y sobre todo Alberto, que remató al palo, pudieron hacer que nos fuesemos a la caseta con más de uno de ventaja. A todo esto Jonathan se había sacado de encima de un manotazo un rechace de Begoña que se colaba tras un saque de esquina en la única ocasión que los madrileños pusieron en riesgo su portería. Parece que los visitantes se tomaron el cabezazo a la madera como todo un aviso y estiraron sus lineas ganando algo de presencia en ataque gracias a la labor en el centro del campo de un incansable Diamé, pero no generaron más que algún remate flojo y centrado facil para Jonathan.
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alba-rayo-2008-2009-05.jpgLa reanudación fue rayista. Nuestra acostumbrada torrija de cada día apareció puntual a su cita y la calidad del Rayo les hizo ganar terreno. Perera, recien entrado, perdonó el empate al rematar (en posición dudosa) totalmente solo un servicio desde la izquierda. El que no erró fue Aganzo aprovechando un fallo en cadena de Begoña, Trotta y Jonathan para empujar con la cabeza el empate pegado al poste izquierdo.

El Rayo habíadado la vuelta a la tortilla: el partido estaba para ellos. Pero bajaron incosncintemente un tanto el ritmo y comenzaron a llegar los problemas musculares y las solicitudes de mandar el balón fuera. No se, pero el Alba estaba tocado y reducir una marcha los engranajes no parecía lo más apropiado. Todo pasó en cinco minutos: un barullo en el área local con dos remates a bocajarro de Perera. El primero lo saca Begoña y el segundo se marcha fuera. Xavi Jiménez pifia totalmente solo ante Cobeño a un metro de la linea de gol cuando lo difícil era mandarla fuera. Pachón hace lo propio rematando blando a las manos de Jonathan.

Y... otra vez Begoña, recién incorporado al centro del campo tras la entrada de Mainz, peina un buen servicio de esquina de Ibón que entra rozando el palo lejos del alcance de Cobeño. Iker venía completando un encuentro mediocre, había tenido la mala fortuna de evitar que sumásemos un punto en Córdoba al introducir el balón en su propia portería. Ayer el fútbol le permitió, en contrapartida, gozar de las sensaciones de introducir la pelota en la portería correcta y de hacer sumar a su equipo tres puntos que se antojaban complicados.

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Faltaban 10 más el descuento, pero mi amiguete Riverol se encargó de matar el partido. Echó a Alberto, ya sustituido y en el banquillo. Echó a Llorens, pero no cuando debió hacerlo, sino cuando se dirigió a él protestandole algo, como buen chuleta que es. Y echó a Pepe Mel vaya usted a saber por qué. La cosa solo dio para un par de balones colgados que solventó bien Mainz y para un latigazo de Costa al que Cobeño sacó el 3-1 con los pies. JIM pierde para el encuentro frente al Levante a Costa por acumulación y veremos que ocurre con Alberto, aunque puede recuperar a Merino: sea como fuere obligatoriamente deberá presentar novedade sen el once que salte al Ciutat de Valencia.

Bien: Xavi Jiménez. Dejando a Costa aparte, el catalán (aun sin grandes alardes) aportó en ataque y sobre todo ayudó a Kike a tapar nuestra banda más endeble.

Mal: la empanada. ¿Cómo es posible que once tíos que te firman una notable primera mitad puedan perder el rumbo y parecer un pelele quince minutos después, tras pasar por el vestuario? Concentración o disposición o lo que quiera que sea, pero hay que mejorarlo.

El del pito: Pérez Riverol. Incomprensible que dejen a este majadero dirigir encuentros de fútbol profesional: muy malo (no sabe apreciar faltas ni infraciones), más que chulo (es amarilla una protesta ante su excelsa persona e inapelable decisión pero no tumbar a alguien desentendiendose del balón), muy suspicaz (más pendiente de los banquillos que del juego) y con vocación barata hollywoodiense (le gusta al muy pánfilo tener sus minutos de protagonismo y si es pot televisión, mejor): una combinación nefasta para dedicarse al arbitraje.