Ante la imporisibidad de colgar el partido entero, de lo que sin duda es merecedora la faena de Figueroa Vázquez, vamos a analizar hoy dos jugadas de las acontecidas en el Alba - Osasuna: 1) penalti de Gentiletti y 2) segunda amonestación a Zozulia.

Pensarán uds., sobre todo si no tuvieron la ocasión de ver el show de Figueroa, que tampoco estaría tan mal cuando únicamente rescatamos dos polémicas y, además, le damos la razón en una. Pues nada más lejos de la realidad, el enfoque es el siguiente: Figueroa es un indocumentado de calibre tal que, aún dándole la razón en lo que puede ser la jugada más polémica de la tarde, fue capaz de completar una actuación putapénica a base de buscar protagonismo y tres pies al gato cada vez que una camiseta blanca se le cruzaba por delante. Y no solo eso, este tipo es la prueba palpable de que se podrían ahorrar la pasta del VAR real para la temporada que viene porque actuaciones como la suya, a todas luces sancionables por quien correspondiese, van a segir quedando impunes a pesar del concurso de la tecnología.

1) penalti de Gentiletti. Ahí tenéis la jugada, a nosotros no nos parecerá falta y a los pamplonicas sí, normal por otra parte. Lo que es innegable es que Santiago no toca el balón y peca de pardillo. Pero mucho. Aquí entra el juego el criterio de Figueroa, del que dios nos libre. De hecho, el sevillano habría salvado la jugada más polémica del partido y se habría ido tan contento a su casa. Pero no, tuvo que entrar en modo cuñao y dar la nota, como en él es habitual.

2) segunda amonestación a Zozulia. Si, honestamente, Figueroa ve aquí que Roman golpea en la cara al rival de forma temeraria, que es lo que escribe en el acta, tiene un problema serio. Y si no lo ve y lo sanciona y amonesta, también. Y más gordo. Con la primera vuelta casi finalizada y habiendo visto lo que hemos visto, no nos queda otro remedio que creernos que los del pito vienen aleccionados de casa. Personajes como Figueroa son los que lo dejan más en evidencia, porque se le ve el plumero desde que viene por la A4 desde su pueblo. Nota: fijaos en el detalle de Oier, que no sabe muy bien donde ponerse la mano para decir que tiene pupa: en la nuca, en la oreja, en la frente.... se ve que el brazo de Roman es de grande como una espuerta.