El miedo a perder aburre

Casi completada la cuarta parte del campeonato podemos comprobar como la segunda división sigue tal y como la dejamos hace dos años... disputada, reñida y sin grandes diferencias entre los de arriba y abajo.

Esta jornada nos ha dejado claro que no existe ningún candidato fijo al ascenso, que todos los equipos atraviesan malas rachas y que perder un par de partidos te lleva de la gloria al infierno y viceversa.

Después de los últimos resultados adversos, el Alba se había colocado en posiciones comprometidas, sin embargo, tras la jornada de hoy, echándole un vistazo a la tabla clasificatoria y siendo positivos podemos ver la botella medio llena y afirmar que únicamente nos separan dos partidos de los puestos de ascenso que actualmente ocupan Xérez, Recreativo y Murcia. Por tanto en mi opinión el mensaje que debe de llevarse el aficionado es el de que la liga es larga y lo realmente importante es el puesto final independientemente del juego exhibido a lo largo de la misma.

Repetimos por tanto lo que comentabamos al principio de temporada, hay que ser efectivista y lo cierto a día de hoy es que sin encontrar el juego que todos deseamos, el equipo se encuentra con 14 puntos, con las posibilidades de ascenso intactas y todo esto con únicamente 11 goles en nuestro casillero, cuando todos sabemos que contamos con una de las mejores delanteras de la categoría.

No cometamos por tanto el error de la pasada temporada dando por perdida la categoría cuando aún había posibilidades... en este caso sigamos siendo optimistas de cara al ascenso, con toda seguridad vendrán tiempos mejores.

Por lo que respecta al partido, creemos que el titular de este artículo los describe claramente: Nada de Fútbol.

El Alba buscó desde el inicio la puerta rival pero sin acierto alguno. Las llegadas lo hacían fundamentalmente por banda derecha con un Santamaría en la misma línea positiva que ha venido exhibiendo en los últimos encuentros.

Por cierto, toque de atención de Ferrando al uruguayo Pacheco al dejarlo en el banquillo de inicio tal y como reclamabamos la pasada semana. Este hombre no está centrado y aporta muy poco, poquísimo al juego del equipo. Acierto del entrenador en este caso que contrasta, a nuestro modo de ver, con la equivocación que ha tenido el de Tavernes al hacer jugar a Bermejo de enlace y a Aranda en punta en lugar de invertir las posiciones de Cántabro y  Malagueño.

Como hemos dicho el Alba era quién lo intentaba y, la primera oportunidad llegaba a los catorce minutos tras una muy buena jugada del equipo, eran los mejores momentos y casi enlazados llegaron varios disparos que se estrellaron en la defensa ilerdense. Justo antes del gol, Santamaría probó fortuna con un potente tiro que se marchó desviado de la puerta defendida por el meta Rangel.

El Lleida, tras cinco jornadas consecutivas perdiendo, fue una caricatura de equipo y, prueba de ello la tuvimos en el minuto 38 cuando Aranda se aprovechaba de una indecisión entre defensa y guardameta visitantes para anotar el primer y, a la postre, único gol del partido que en nuestra opinión fue completamente legal pese a las protestas catalanas.

La segunda parte fue para olvidar, mal juego y tal y como reza el titular de este artículo, miedo, mucho miedo. Únicamente vale la pena reseñar la tarjeta a Aranda por fingir un penalti y la oportunidad que tuvo el Lleida para empatar a pies de Santos en el minuto 83 en un tiro que salió desviado a la izquierda de Sanzól. 

En definitiva a pensar en el Nástic, partido que se disputará el próximo sábado y para el que perdemos nuevamente a Peña que vió su quinta tarjeta amarilla de la temporada.