Seguro que alguna vez habrán oído decir a algún entrenador aquello de “vamos a ver dónde estamos cuando queden 10 jornadas y entonces veremos cuál es nuestro objetivo”. Llegar bien colocado a esa recta final del campeonato es clave para optar a cosas importantes y no cabe duda de que el Albacete ha conseguido llevar a ese momento clave casi de la mejor forma posible, con opciones de luchar por el ascenso directo.
Quedan 30 puntos, que pueden parecer un mundo, pero como bien dice Ramis, estamos “encantados” de poder disputar estas “10 finales” y luchar por lo más “bonito” del fútbol, el ascenso a Primera. El Alba sólo lo ha hecho dos veces en toda su historia y, la verdad, es que no hay nada que lo supere. Eso de saber que va a estar con los más grandes, que por el Belmonte van a pasar los mejores, que el Alba va a pelear en una de las mejores ligas europeas, conlleva un subidón de calibre 38. Para los jugadores, tres cuartos de lo mismo, pues tener en tu currículum un ascenso a Primera es una buena tarjeta de visita. Pues el Alba puede pelear por todo ello porque ha sido uno de los mejores equipos en las primeras 32 jornadas del campeonato y se presenta en la recta final con opciones a todo.
De todas formas, aquí todo pasa por ganar, ganar y ganar. No hacerlo a estas alturas suele tener consecuencias, porque pierdes el sitio y das alas a tus rivales. Ganar significa, como mínimo, mantener tu puesto en la tabla, optar a superar al de delante si pincha y mandar mensajes a tus rivales de que de ahí no te baja nadie. Por ello el Albacete sólo tiene en su mente ganar el domingo a las 12 horas al Alcorcón en su visita al Municipal de Santo Domingo, un campo que no se le ha dado muy bien pero que, como bien dice Luis Miguel Ramis, la estadística no vale para nada en los 90 minutos que dura el encuentro.
El Albacete estará además bien arropado en Alcorcón. Habrá los que han dejado que vayan, porque si hubieran vendido las poco más de 5.000 butacas que tiene Santo Domingo igual el campo se llenaría sólo con la afición visitante. Pero sólo vendieron 500, que se agotaron en un abrir y cerrar de ojos y hasta mandaron el mensaje desde el club alfarero a la ciudad de Albacete de que por favor no viaje nadie sin entrada porque ya no hay. Ahora mismo jugar en el Alba supone tener la autoestima por las nubes. Ver como se mueve la afición, como llena el Belmonte, como anima en los momentos delicados, como está siempre con el equipo, es la mejor motivación para un jugador que está, además, en un equipo ganador. Porque el Alba es un equipo ganador, al 100%, y así lo tratará de volver a demostrar en Alcorcón.
El partido será complicado por diferentes motivos. El Alcorcón no vive su mejor momento. El equipo alfarero hace tiempo que marcha cuesta abajo, después de haber empezado la temporada como un tiro. En la primera vuelta se presentó en el Carlos Belmonte como líder y el Alba empezó a mostrar su carácter de equipo llamado a hacer historia. El varapalo tuvo que ser tal que desde entonces el equipo de Cristóbal Parralo sólo ha sido capaz de ganar dos partidos, y hablamos de que ha pasado una vuelta entera desde entonces. En las últimas cinco jornadas sólo ha sido capaz de sumar dos de los 15 puntos en juego, así que, aunque en Alcorcón todavía hablan de llegar a enganchar con la zona de playoff, con la pequeña están más bien suspirando por conseguir los puntos necesarios para no pasar apuros para conseguir la permanencia, que por otro lado es el principal objetivo.
El técnico del Alcorcón podría repetir el equipo que empezó con el Lugo, con Juan Muñoz en el ataque, junto a Jonathan Pereira o Gavilán. Con los que no puede contar Cristóbal Parralo es con Nono y Toribio, ambos por lesión, mientras que Bellvis es duda.
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En el Albacete, Luis Miguel Ramis tiene una baja importante, la el mediocentro colombiano Dani Torres, que por tarjetas se perderá el equipo. Las opciones que tiene el técnico tarraconense para cubrir un puesto tan específico son limitadas, toda vez que un hombre que podría hacer un papel similar es Álvaro Peña, pero como fue traspasado en el mercado invernal desde el Alcorcón le colocaron la famosa cláusula del miedo y también se perderá el partido en el Santo Domingo. Así las cosas, Ramis tiene a Malsa, Muntari y Barri y, por eliminación, el francés debe ser el elegido, pues así ha ocurrido en otras ocasiones y, aunque es un jugador joven con demasiada inexperiencia y muy irregular en su juego, sobre todo cuando ha salido como titular, lo demás no hay por donde cogerlo. Barri hace meses que ni aparece por la convocatoria a no ser que haya demasiadas bajas. Es un jugador que se firmó con la intención de cederlo para seguir su progresión, pero Ramis decidió quedárselo y desde luego pasarse la temporada sin jugar no es la mejor manera para crecer, porque es evidente que la Segunda se le queda algo grande. Lo de Muntari, pues todavía está por entenderse lo que llevó al Albacete a firmar un jugador retirado. Nadie duda de su currículum, nadie duda de su calidad, que se puede ver en los entrenamientos, pero también se puede ver que el ghanés está a años luz a nivel físico del resto de sus compañeros. Con todos los respetos para el jugador, Muntari está más para jugar partidos homenaje o de veteranos que para competir en una categoría tan exigente como es la Segunda División e insisto en que no por falta de calidad, que la tiene, sino porque al ritmo que juega los partidos el Albacete apenas podría aguantar 15 o 20 minutos.
Además de Malsa, lo normal es que, en el once, entre Eugeni, por el referido Álvaro Peña, mientras que el resto serán los mismos que jugaron frente al Tenerife. Hay que recordar que Gorosito y Caro están lesionados, por lo que el canterano Ángel Moreno siguen en la convocatoria. Fuera se quedó Boselli, jugador fichado simplemente para rellenar en los entrenamientos y Ballou Tabla, que por extraño que resulte Ramis se lo deja una semana sí y otra también cuando fue el único extremo nato fichado en el mercado invernal cuando era la posición que desde el minuto uno se quería reforzar.
El partido será una lucha constante, pues así suelen ser los encuentros en el Santo Domingo. El único que tratará de transitar por el centro del campo será el Albacete, porque el Alcorcón buscará constantemente meter en balón en el área del conjunto manchego para ver si caza algún rebote, alguna segunda jugada, en la que hacer daño a los manchegos. El choque, sin duda, se parecerá más a lo que se vivió ante el Nástic que lo visto el pasado fin de semana frente al Tenerife, veremos si Ramis aprendió la lección de Tarragona y el Alba sabe jugar a un rival que precisamente no querrá jugar.
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Y llegamos al final, al colegiado del encuentro. Uno llega a pensar si hay alguno bueno, porque cada vez que toca hablar de uno salen a relucir siempre cosas negativas. En este caso ha tocado Milla Alvéndiz, que por tercera vez se lo encontrará el Alba tras sus apariciones en el Elche-Albacete y el Albacete-Sporting, en el primero estuvo el polémico gol de Acuña en el que el paraguayo metió la mano tras un centro de Susaeta que acabó dentro de la portería, ante las protestas de los ilicitanos, que mucho se quejaron, aunque no dijeran nada de penalti cometido sobre Zozulia en la misma jugada y otro penalti clamoroso que le hicieron a Mathías Olivera en la segunda parte. Por cierto, Zozulia fue expulsado por una dura entrada. En el segundo, el Alba empató casi al final con un gol de Zozulia a centro de Tejero en la que el ucraniano estaba en posición de fuera de juego que no señalada por el colegiado. Veremos como se porta Milla Alvéndiz en el Municipal de Santo Domingo, en uno de esos partidos que se prevé complicado porque se jugará mucho en las áreas.
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