Nadie duda que El Sadar es un templo, ni que Osasuna y Albacete son los mejores equipos de Segunda División. Así lo dice la clasificación, así lo dicen sus números y así lo dicen las sensaciones que desprenden en el terreno de juego. Así las cosas, los dioses de Segunda se enfrentan en el Olimpo con el ascenso a Primera en el punto de mira.

El Osasuna tiene una suculenta ventaja. Ganar al Albacete sería dar prácticamente el golpe definitivo. Tiene que sumar los tres puntos el Reus, así que tendría 76, cifra con la que la estadística dice que estarán en Primera. Y eso con otras seis jornadas por delante, que se dice pronto. El Alba lo tiene más complicado, porque los rivales le pisan los talones. ¿Su ventaja? Que tiene que recibir en el Carlos Belmonte a Granada y Málaga. Sumar para el equipo de Ramis sería acercarse un poco más a Primera, ganar sería dar un paso de gigante y la derrota, complicarse un poco más la situación, pero el equipo manchego seguiría dependiendo de sí mismo.

Ninguno ha cedido una derrota en su estadio, pero toca jugar en el Olimpo de El Sadar, uno de esos campos típicos del norte de España, donde el fútbol se vive con mucha pasión y donde el Alba ha sumado muy pocas veces. “Estamos rompiendo muchas estadísticas, ¿Por qué no podemos romper también está?”, decía un optimista Ramis en la previa del encuentro. Los números de Osasuna en su casa son para asustarse. Llevan 13 victorias consecutivas y, además de no perder, sólo han cedido dos empates en los 17 encuentros disputados. Además, sólo han encajado siete goles. Pero enfrente estará un Albacete que es de los mejores visitantes. Ya lo avisó Arrasate en la previa, que el conjunto manchego “es el rival más difícil de batir”.

Sin lugar a dudas es el partido más atractivo que se puede disputar en estos momentos. Uno y otro llevan una racha impresionante, miran de frente la Primera División y ambos irán a por los tres puntos. El espectáculo está servido y seguro que no dejará indiferente a nadie.

Jagoba Arrasate no puede contar con su capitán, Oier Sanjurjo, con una lesión muscular en el muslo. Su sitio será ocupado seguramente por Luis Perea, mientras que el técnico recupera a Rober Ibáñez, ausente en el último partido por lesión y que posiblemente regrese al equipo titular. Los pamplonicas están acariciando con la mano la Primera División y por muchas complicaciones que se les presenten al final acaban dando la vuelta a la tortilla y llevándose los puntos, aunque el sábado tendrán un hueso muy difícil de roer.

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Ramis tenía la duda de Tejero, con una sobrecarga por la que se ha perdido varios entrenamientos, pero el míster era optimista de cara al concurso del lateral cedido por el Real Madrid, lo que se ratificó en el entrenamiento realizado el viernes en Tajonar, donde Tejero estuvo sin problemas con el resto de compañeros.

Por si acaso, Ramis viajó con 19, siendo la gran novedad la presencia del central Nico Gorosito. Sin lugar una buena noticia que el argentino haya llegado, aunque sea al final, para ayudar al equipo. Por fin completó una semana entera de entrenamientos sin molestias y entró en una convocatoria cuatro meses después de su último partido.

No hay muchas dudas pues en la alineación que presentará Ramis en El Sadar el sábado a las 18 horas, que será la misma que jugó el pasado sábado frente a la UD Las Palmas. Eugeni está en estado de gracia, lo mismo que Febas. Susaeta y Bela siempre aportan, Dani Torres es el eje que proporciona equilibrio, mientras que Zozulia siembra el terror en las defensas contrarias. Atrás el equipo tiene una gran seguridad, la que atesoran Gentiletti y Arroyo, con el gran Tomeu Nadal demostrando ser el mejor portero de la categoría y en los laterales, Tejero es un estilete mientras que Fran García cumple con buena nota. Un equipazo con mayúsculas que intentará lo que nadie ha conseguido esta temporada, derrotar al líder en el Olimpo de El Sadar.

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El colegiado encargado de dirigir el encuentro es el canario Pulido Santana, uno de esos árbitros capaces de cualquier cosa. Este año dirigió el Albacete-Alcorcón, que acabó 2-1. De sus apariciones la pasada campaña, mejor no hablar.

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