Felices nos las prometíamos. O si no felices al menos la apuesta inicial de JIM por el cambio de sistema y situación de las piezas en su sitio nos confortaba algo. Incluso el Alba no lo hizo mal en la primera mitad, excepción hecha de la concesión de turno que, como viene siendo habitual, supuso el 0-1. Enfrente, un Hércules con enormes dosis de calidad que aprovechó perfectamente las facilidades locales, mató el partido apenas reanudado en otro fallo defensivo y nos sacó los colores en una segunda parte para olvidar.

Según había dejado entrever a lo largo de la semana, JIM varió su habitual esquema y formó con dos delanteros, Toché y Costa. Alberto y Merino se caían del once inicial donde volvía, contra todo pronóstico, el capitán Diego Alegre. Diego, que había desaparecido del equipo ya ni me acuerdo, volvía al lateral en el que se esperaba a Kike. Y acabó acusando su falta de ritmo y actividad con el paso de los minutos. Sin embargo, al principio la cosa parecía no funcionar mal. La presencia de Toché fijaba algo a la defensa herculana lo que permitía más libertad a Costa para desenvolverse con y sin balón y hasta puede que abusar de él más de lo habitual.

Pero, claro está, es casi imposible que durante un encuentro no te lancen un solo corner, ni te cuelguen al area una sola falta. Y en el primer saque de esquina, al borde del minuto 20, nuestra defensa que parece tener como preparadora a la madre Teresa de Calcuta ya había colocado en nuestras espaldas la primera losa en forma de cabezazo inapelable de Abel Aguilar (Imagen: Gente). Que sí, que sí, que Abel conectó el cabezazo de su puñetera vida, pero es que decir que estaba de marca y que le dejan hacer a placer es poco.

Aun tuvo ganas el equipo para seguir intentándolo (lo cierto es que el Hércules no se aproximó ni una sola vez con peligro) pero la profundidad brilló por su ausencia. Solo un remate de Begoña puso en aprietos a Calataytud y el resto fueron fuegos de artificio. El Hércules estaba cómodo y tampoco mostraba excesivo interés en ir más allá: cedía la pelota para que la manejase el centro del campo local y se límitaba a alguna salida a la contra es especial por mediación de Tuni y Tote hasta que se acabó la primera mitad.

En el arranque de la segunda vimos tal vez al Alba más ambicioso del encuentro, empujando arriba y forzando varios lanzamientos de esquina. Más de uno pensamos en que volverísmos a repetir el guión de encuentros como el de la Real, o el Rayo. O como el del Zaragoza, al menos. Nada más lejos de la realidad: una segunda pifia, en esta ocasión de Trotta y Begoña que completaron un partido penoso, permitieron a Tote fusilar el 0-2 y acabar com el encuentro (Imagen: Gente).

De aquí en adelante, el Alba se descompuso, los abuelos Farinós y Morán tomaron los mandos (si estos dos están mayores que venga dios y lo vea) y el Hércules nos acabó de dar la tarde. JIM se sumó al festival sacando a un desfondado Alegre y metiendo a Kitoko de lateral primero, y mandando al belga arriba y dejando una defensa de tres al más puro estilo Guardiola después. Impresionante. Claro que habría que ver al catalán alineando a Trotta y a Begoña en su Barça. Que no nos cayó la del pulpo porque dios es misericordioso, vamos. Eso sí, aun tuvo tiempo Trotta de tumbar a Delibasic en el area posibilitando el 0-3 de Farinós.

Obviamente la cosa pinta mal, y quien no lo vea que se lo haga mirar. Jugadores que desaparecen cuando vienen mal dadas (y eso que es la primera vez de la temporada!!), un técnico a quien las circunstancias pueden superar a poco que la marejada vaya en aumento y, lo peor de todo, una dirección deportiva cuya gestión pasa ya de la incompetencia para rayar en el ridículo. Y luego resulta que se recrimina al aficionado de a pié cuando, ante el espectáculo, alza su voz en contra del despropósito.

Bien poco me gusta hablar de cosas que no sean fútbol, es muy mala señal. La tempoprada pasada llegamos al extremo de ni siquiera abrir el pico durante muchas semanas, porque no había más que apretar el culo. Ahora no se que va a pasar, pero me da que las vamos a pasar canutas. Igual dentro de quince días hemos sumado seis puntos, se ven las cosas con otra perspectiva y tengo que callarme la boca. Ojala tengamos que ver otra vez como algún directivo practica sus ejercicios de estiramiento cervical. Ojala tengamos que oir de nuevo como algún otro nos restriega por los morros su sapiencia balompédica y/o su mesiánica intervención en el devenir del equipo para otrorgarnos la redención. Ojala acabemos de nuevo en decimosegundo lugar y tengamos que oir las sandeces de turno otra vez porque eso significará el porvenir de lo que de verdad nos importa, que no es otra cosa que nuestro Alba, es algo más claro.

Bien: Perea. No cabe destacar otro aspecto positivo del partido que el debut del chaval (Imagen: Gente).

Mal: Defensa endeble. Especialmente mal Trotta y Begoña en el centro, un auténtico coladero ante el ataque alicantino, lentos, torpes, blandos y mal colocados. Cualquier falta cercana o corner en contra es suficiente para hacer nos perder el partido.

El del pito: Hernández Hernández. No me gusta este señor. Ayer hubo para todos. Perdonó alguna tarjeta a Sergio Fernández, Trotta y a Ibón. Permitió, con la connivencia de su linierde preferencia, que Calatayud jugase el balón con la mano fuera del área. No aplicó ni una sola vez la ventaja como dice el reglamento y cuando lo hizo, tras derribo por detrás de Abel Aguilar a Costa en línea de tres cuartos, tampoco amonestó al jugador del Hércules al acabar la jugada.