El tiempo se acaba. El final está cerca. Apenas quedan cuatro estaciones para alcanzar la meta y el Albacete sigue dependiendo de sí mismo para conseguir la segunda plaza de ascenso directo a Primera División. Pero del resultado del choque del lunes dependerá que el equipo de Luis Miguel Ramis mantenga ese privilegio de seguir siendo dueño de su destino, ya que sólo le vale la victoria. La derrota dejaría al Granada con un pie y medio en Primera. Lograría seis puntos de ventaja con los manchegos, más el golaverage, con nueve por disputarse. El empate mantendría la distancia, por lo que el Granada tendría que pinchar y el Alba puntuar para poder adelantarlos.
Subir es muy difícil. El Alba marchaba por el buen camino, pero resbaló en El Sadar y no fue capaz de ganar al Numancia. A estas alturas los puntos valen su peso en oro y ese desliz le ha dado vida a un Granada que está lanzado. Así, el partido que el lunes a las 21 horas se disputa en el Carlos Belmonte es el encuentro más interesante de la jornada y se juega el último, en un horario francamente horrible para los aficionados, pero eso parece no importar mientras las televisiones sigan pagando lo que no está en los escritos para que los privilegiados jueguen a las mejores horas y el resto se coman el marrón de jugar a horas intempestivas, ya sea un viernes, un lunes o a la hora de comer.
A pesar de los pesares, el Carlos Belmonte rozará el lleno y, si no lo está, será porque un buen número de abonados no podrá acudir a la cita por eso de jugarse un lunes. De todas formas, el campo presentará su mejor imagen, toda vez que el jueves se agotaron las entradas a la venta. También habrá una buena representación de la afición del Granada, en torno al medio millar, toda una hazaña teniendo en cuenta la distancia y el día. Y es que en Granada ven a su equipo en Primera y saben que este es el partido clave para lograr el ascenso directo.
El partido, pues, no se jugará sólo en el césped, también se jugará en la grada y esto también lo tiene claro el equipo y la afición, que en ambos casos llevan arropando al equipo desde los últimos entrenamientos.
Luis Miguel Ramis no tiene ya a ningún jugador lesionado. El central Caro trabajó bien durante la semana con el grupo y entró finalmente en la convocatoria, en la que también están algunos jugadores que han estado con molestias, caso de Febas, Manaj o Bela, y el eibarrés Susaeta, que esta semana perdió a su padre y se ausentó lógicamente en un entrenamiento.
Lo que sí tiene el técnico tarraconense son dos bajas por sanción, las de Fran García y Eugeni. La de su paisano es importante, pero cuenta con recambio, pero no así la de Fran García. La marcha del uruguayo Olivera en el mercado invernal hizo mucho daño al equipo, que rápidamente movió ficha e incorporó al lateral zurdo de desaparecido Reus, Borja Herrera. Pero el canario no ha mostrado el nivel esperado, así que Fran García, un jugador de perfil bajo pero trabajador, honrado y cumplidor, se hizo con el puesto de titular. Esta ausencia si que plantea más dudas, toda vez que Borja Herrera presenta carencias defensivas que pueden ser claves en un partido frente a un rival de altísimo potencial. Ramis tiene otra solución que la típica de hombre por hombre, pero tiene que mover a tanta gente que se antoja complicado que opte por el plan B. Tejero podría jugar perfectamente por la banda izquierda. Ya lo hizo al inicio de temporada y ya lo hizo con el Castilla.
Así, Arroyo regresaría a su posición habitual antes de esta temporada, el lateral derecho y el recuperado Gorosito sería titular junto a su compatriota Gentiletti. Mucho movimiento ante un partido trascendental; eso de desvestir un santo para vestir otro, pues Tejero está haciendo mucho daño por esa banda derecha y seguro que sería un alivio para el Granada verlo cambiado de banda, donde, obviamente, jugaría a pierna cambiada y eso siempre resta rendimiento.
Sin Eugeni, lo más normal es que vuelva Susaeta, que se quedó fuera en Majadahonda. La otra opción es Álvaro Peña, mientras que arriba lo normal es que Ramis repitiera lo que tan bien le salió en el Cerro del Espino, al menos en la primera mitad, jugar con dos puntas. Es algo que el técnico del Alba ha hecho más fuera de casa que en el Belmonte, pero el lunes hay que ganar y para ello hay que meter goles y, en esto, Zozulia y Manaj se manejan a la perfección, bien acompañados por un Bela que ha bajado su rendimiento en las últimas semanas pero que sigue siendo un futbolista brillante, capaz de sorprender y golpear al rival con su talento natural en el juego ofensivo. Estar rodeado de ofertas de otros clubes puede descentrar a cualquiera, aunque siempre digan eso de que ellos están centrados en el presente. El que sí lo tiene claro es Tomeu Nadal. Su nombre aparece en la agenda de muchos clubes de Primera, pero no quiere saber nada en estos momentos en los que tanto está en juego y así se lo ha dejado claro a su representante.
El duelo en las porterías será clave en este encuentro. El que más paradas realiza se enfrenta al que menos goles encaja. El buen trabajo defensivo de unos y otros se pondrá en la balanza y sin duda que la resolución del partido dependerá de lo que uno y otro haya hecho sufrir al rival en su parte de atrás.
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El Granada mira arriba con la solvencia que otorga haber sumado 10 de los últimos 12 puntos posibles. Diego Martínez mantiene su discurso de toda la temporada y no quiere mirar más allá de lo que ocurra en el Belmonte, donde hay que recordar que nadie se ha llevado los tres puntos esta temporada.
El técnico tiene las bajas ya conocidas de los centrocampistas Fran Rico y el argentino Nico Aguirre, pudiendo contar con esos jugadores que han arrastrado molestias, caso de Montoro, o han logrado recuperarse para este partido, como el central José Antonio Martínez. Eso hace que el Diego Martínez pueda contar con su defensa de gala y que no presente muchas variaciones en el equipo titular, aunque todo hace indicar que Rodri Ríos será la principal referencia ofensiva en detrimento del colombiano Adrián Ramos, que se irá al banquillo.
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El colegiado del encuentro es el madrileño Pizarro Gómez. Muchos lo recordarán por ser el árbitro valiente que pitó el Albacete-Sestao en la vuelta de la promoción de ascenso a Segunda en 2014 (2-2) pero lo cierto es que la mayoría de sus apariciones ha significado la derrota para los manchegos. El año pasado se perdió en Córdoba (1-0) y en Valladolid (3-2). Esta temporada apareció por el Carlos Belmonte en la primera jornada del campeonato, aquel partido nocturno jugado contra el Deportivo de la Coruña en la que fallaron las torretas de luz y a punto estuvo de aplazarse el encuentro. El resultado fue de 1-1. Para el Granada será la cuarta vez que se lo encuentren esta temporada y hasta el momento hubo una de cada, es decir, victoria, derrota y empate.
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