Si según Valdano el fútbol es un estado de ánimo, lo de la defensa del Alba ya es depresión mayor: una ventaja de dos tantos desperdiciamos en Montilivi frente al titular del terreno tras gozar de un marcador de 1-3, dilapidando un notable esfuerzo, un aceptable encuentro y la posibilidad de incrementar nuestra autoestima. La sangría de puntos, de garantías de tranquilidad y de posibilidades que nos supone nuestra zaga empieza a ser más que alarmante.

Trotta y Xavi Jiménez se quedaban fuera de la convocatoria por sanción y JIM reajustó, por obligación, la defensa dada la ausencia del argentino dando entrada a Begoña como central. También hubo reajuste, éste por decisión técnica, en bandas con la entrada de Navas en la derecha pasando Merino a la izquierda donde al vasco se le vio, al menos, más participativo al aprovechar los espacios que deja Costa al caer a esa banda. La última modificación del once, también algo sorpresiva, fue la entrada de Pablo Gil en el lateral derecho en detrimento de Alegre.

El partido discurría sin muchos sobresaltos cuando el del pito, el torpe de Pérez Lima, decidió ser el primero en entrar en escena anulando un gol a Diego Costa el estimar falta sobre Ponzo que solo él pareció apreciar. Luego volveremos sobre el tema árbitro. De momento, aviso para navegantes: sólo en lo que a anular goles se refiere, los errores arbitrales ya compensan las dosis de fortuna que disfrutamos en determinados encuentros de la primera vuelta: hasta tres goles legales le han sido anulados al Alba esta temporada lo que contradice la Teoría de la Probabilidad y nos priva de, al menos, cuatro puntos en nuestro casillero.

El gol no-gol de Costa pareció espolear a los locales que avisaron primero tras un error defensivo de Peña y se adelantaron después tras otro fallo defensivo colectivo: en cinco minutos la tortilla se había volteado. Y como. Con más intención que acierto, el Alba se fue estirando y disponiendo de alguna ocasión, como un disparo ajustado desde la frontal de Toché que se marchó fuera por poco, mientras que el Gerona también tuvo sus opciones a la contra, especialmente en un corner ensayado ejecutado como el culo por los nuestros. Pero fue Pablo Gil quien acertó a meter la cabeza, a la salida de otro corner, para poner el empate en el marcador que se mantendría hasta el tiempo de descanso.

En la reanudación el partido empezó a ponerse de cara para el Alba: Diego Costa aprovecha un buen servicio de Toché para marcharse por la derecha y batir la meta local apenas transcurridos dos minutos de los segundos cuarenta y cinco. El tanto del brasileño posibilitó nuestros mejores momentos esperando a al Gerona atrás, que con el marcador en contra hacía gala de todas sus limitaciones, y aprovechando para salir a la contra. Y aun más favorable se iba a poner el encuentro tras anotar Toché un soberano golazo desde fuera del área en una da las contras lanzadas tras una recuperación. Faltaban quince minutos y el Alba vencía por 1-3.

Y si el Gerona había mostrado carencias ni os cuento lo que mostró nuestra defensa en los diez minutos finales. A falta de nueve, Xumetra se aprovecha de un agujero negro defensivo de mayor calibre que los espaciales para acortar distancias de fuerte disparo desde dentro del área. Y, claro está, cuando un equipo no cimienta lo más mínimo atrás, a poco que le aprieten tiemblan las piernas, aparecen las dudas y la estructura defensiva se desmorona: en el ochenta y nueve Jito remata sobre la misma línea un centro desde la izquierda ante la pasividad de nuestra muy mal colocada zaga. Un punto que tiene su valor pero que sabe a muy poco dada la manera en que desperdiciamos una inmejorable opción de vencer a domicilio.

No quiero acabar sin remarcar lo muy mal árbitro que es Pérez Lima. Dejando ya aparte el gol anulado a Costa, que más bien es penalti de Ponzo que falta al portero, si hay algo que me saca de quicio es la interpretación que del reglamento hace este inepto: es malo hasta para conceder la realización de los cambios, el muy cenutrio. Y en especial, nunca podré entender como para un arbitrete de pacotilla merece la misma sanción, tarjeta amarilla, una patada al tobillo por detrás y sin jugar balón Made in Cañas de las que duelen de verdad (y ojo que no recrimino al sevillano) que una tibia protesta de Iker Begoña que no hace a su inflado ego de papasfritas ni el más mínimo rasguño. Desde aquí insto al Comité Técnico de Árbitros a que inviten a David y a Iker a las próximas sesiones técnicas de los colegiados a que uno les patee el tobillo y otro les proteste así como llorando para ver si aprenden a diferenciar de una puñetera vez lo que duele y merece amonestación y lo que no al sufrirlo en carnes propias. Pandilla de inútiles.

Bien: Toché. Marcó un golazo, asistió a Costa y defendió cuando tuvo que hacerlo. Sobresaliente para el murciano

Mal: la defensa. ya no es que la defensa esté mal, es que el rendimiento defensivo del equipo es penoso. Si me bajo al césped yo y tres cinturitas de oliva más para formar la retaguardia, seguro que no desentonamos.

El del pito: Pérez Lima. No sabe y ya está, pa que más explicaciones.