El Huesca se llevó la victoria del Carlos Belmonte imponiendose con claridad y facilidad a un Alba que completó su peor partido de la campaña en casa. Concesiones defensivas que llegaron cuando la retaguardia parecía asentada e inoperancia de cara a puerta coincidiendo con la ausencia de Costa suponen una muy mala combinación que dos ex, Rubén Castro y José Végar, aprovecharon para dar los puntos a su equipo.

JIM tenía trabajo esta semana. O, al menos y dadas las circunstancias, debía solucionar varias disyuntivas. La primera se planteaba con la vuelta a la convocatoria de Mainz y Begoña, venían siendo la pareja titular en el centro de la defensa, una vez cumplida su sanción porque el partido de Trotta y Tarantino como centrales en Tenerife fue correcto. El mister optó por formar con Mainz y Trotta. Y la segunda, algo más preocupante, venía motivada por la sanción de tres encuentros a Diego Costa. Las alternativas eran formar con un delantero y mover a Merino a la media punta o alinear dos delanteros dando entrada a Soriano en el once repitiendo esquema de juego. JIM decidió no variar de sistema táctico y se inclinó por la segunda posibilidad.

El Huesca, un equipo lleno de ex del Alba, lo hace fácil. Nada del otro mundo, pero sencillo y efectivo: presión arriba, salida de atrás jugando la pelota, toque rápido en el centro del campo y balónes entre líneas a sus dos puntas. Nada extraordinario, como digo, pero más que suficiente para poner en evidencia a un Alba que fracasó con estrépito en todas sus líneas. Y eso que en los primeros compases los visitantes anduvieron viendolas venir y hubo dos llegadas al área aragonesa que Soriano y Merino culminaron con dos remates fallidos. Pero poco más. Los zapatazos de Trotta y Mainz, sin pudor alguno, desde la defensa buscando arriba y los problemas que pasaban Ritchie e Ibón, ampliamente superados en la contención e inéditos en la creación, no invitaban al optimismo y el atasco era evidente. Arriba, Toché y Soriano más que facilitarse la labor se estorbaban y a duras penas recibían un balón en condiciones (Imagen: Gente).

La manera de poner en aprietos a un equipo bien posicionado y defendiendo agrupado cerca de su frontal es fácil: mover el balón hasta la linea de cal de la bandas, bascular el juego de un lado a otro buscando los espacios y tratar de ganar la línea de fondo desde los extemos. Nada. Ibón pasó prácticamente desapercibido, Navas (aunque voluntarioso) apenas encaró en la primera mitad y Merino..... ya sabemos lo que aporta Carlos en la posición de volante. Los pocos que acudimos ayer al campo, aparte de costearnos algún invitado por cinco pavos, estábamos empezando ya con los bostezos cuando el Huesca fue consciente de su dominio y de que, a poco que apretara, podría llevarselo crudo del Carlos Belmonte.

El partido se rompió con un tremendo error defensivo que permite a Rubén Castro cabecear totalmente solo y sin oposición desde el punto de penalti, batir a Cabrero y disculparse con la grada. La zaga del Alba, si bien había estado algo más entonada desde hacía varias jornadas, quedaba en evidencia permitiendo un remate comodísimo de un delantero que no destaca en especial por su envergadura. Y exactamente igual pasaba minutos más tarde cuando Jóse recibia de espaldas en la frontal, se giraba y elevaba sobre la media salida de Cabrero y la complacencia, una vez más, del centro de la defensa. Una rémora demasiado grande, y más dada la ausencia de nuestra mejor arma ofensiva: Diego Costa.

Si JIM tomó una decisión entendible en cuanto al equipo de inicio, más difícil resulta comprender sus intenciones con los cambios que introdujo tras la pausa: Verza y Jaime entraban por Ibón y Merino, ésto es, cambio de cromos sobre el terreno de juego pero mismo esquema. No comparto la lectura del partido del alicantino. En los diez minutos que duró el arreón de salida, Toché dispuso de una clara opción desde la frontal que no supo definir y Jaime soltó un voleón impresionante a servicio de Navas que el portero aragonés, no sin apuros, neutralizó. A partir de ahí, el Huesca se sacuduó el dominio y volvió a salir con peligro a la contra teniendo varias opciones a aumentar su cuenta (Imagen: Gente).

Y por si eramos pocos, JIM puso en escena a Belencoso, dandole entrada por Pablo Gil (en la magen de Gente), para acompañar a Jonathan Soriano y a Toché. No entiendo y no comparto la máxima de que con más delanteros se ataca más, aunque la salida de Belencoso nos aportó la capacidad de ganar algunos de los balones largos colgados en ataque. Sin querer quitar mérito al Huesca ni  buscar justificación a una merecida derrota, no sería justo obviar que ayer tampoco fue nuestro día en ataque: todavía faltaba que Toché fallase un penalti a falta de diez minutos y que Verza estrellase en el palo un golpe franco cuando se cumplía el tiempo.

La próxima semana el Alba visita Vigo para medirse a un Celta que está atravesando por un momento delicado. Y si Alberto se recupera de sus molestias, lo hará con todos sus efectivos disponibles a excepción de Diego Costa, claro está. Visto lo visto, a JIM se le presentarán de nuevo los mismos interrogantes de ayer, pero aderezados con el mal partido frente al Huesca: las dudas para el centro de la defensa y la alternativa de uno o dos puntas en el once inicial.

Bien: Ritchie (Imagen: Gente). Se multiplicó y trabajó hasta decir basta. Perdí la cuenta de la cantidad de balones que recuperó.

Mal: Todo el equipo estuvo mal, JIM incluido, pero la defensa se lleva el premio porque estuvo horrible.

El del pito: Lesma López. No me gusta, pero el partido no tuvo nada. Muy malo el asistente de Marcador que lo equivocó en faltas, fueras de juego y saques de banda. Me gustaría comprobar la posición de Jóse en el pase del 0 -2, que en directo me pareció ajustadísima.