La vuelta de Costa, que además anotó el tanto de la victoria, y ser capaces de perforar la portería rival y derrotar al Elche son dos realidades que van de la mano. El brasileño es un jugador desequilibrante en esta categoría y por si había alguna duda ayer, en su regreso tras cumplir tres encuentros de sanción, volvió a ser definitivo. Antes, el Elche se había adelantado y Jonathan Soriano había igualado anotando su primer tanto como jugador del Alba.

Se la jugaba JIM con su ya enésimo ultimatum tras las dos últimas derrotas en el Belmonte. Y se la jugó, como todo el año, tomando sus riesgos en el envite. Aunque disponía de la mejor carta de la baraja con la que no pudo contar en tres semanas, Diego Costa, la partida no era de las sencillas, ni mucho menos. El mister puede gustar más o menos, se puede compartir sus decisiones en mayor o menor medida. Pero de lo que no cabe duda es que utiliza siempre su criterio a la hora de decidir, marcando clarísimamente su terreno. Y considero que eso es bueno.

Al lío: particularmente, no comprendí la presencia de Mainz en el lateral derecho. Y sigo sin hacerlo después de que casi el 100% de las llegadas ilicitanas vinieran por esa zona. Como una cosa lleva la otra, otro tanto puedo decir de la dupla de centrales Trotta - Begoña, puede que la más lenta y más carente de colocación de toda la categoría, que hace temblar las piernas del más echao p'alante y obliga a Ritchie a incrustarse en el eje y hacer de apagafuegos más de lo que debiera. Toda una invitación al pase a la espalda como ya nos hemos hartado de ver esta temporada y una ventaja para el medio campo rival. Además, Marco Navas se quedó en el banco porque Merino, que si tanta prisa tiene por volver y hacer volver al vestuario a sus compañeros más valdría que sen quedase en él unas cuantas jornadas, se colocó en banda derecha donde se diluye como un azucarillo. Y la guinda fue que Jonathan Soriano, luego supimos que Toché arrastraba molestias, acompañaba en punta a Costa. Imagen: Gente.

Y mal empezó la cosa cuando, tras más de cinco minutos de sobada (de pelota) visitante y (de siesta) local, un balón a la espalda de los centrales (Trotta se quedó enganchado) era aprovechado por Santos para, tras un buen desmarque y control, batir a Cabrero en su media salida de una no menos buena vaselina. Se repetía el guión del encuentro frente al Huesca y el Alicante aunque en esta ocasión Diego Costa estaba en el reparto. Bueno, Costa y esa pizca de fortuna tan necesaria en esto del fútbol porque, casi sin tiempo para un par de jugadas, el brasileño juega desde el suelo un balón en la frontal para Jonathan Soriano que se reivindica con el gol del empate, también de vaselina, que en nada desmerece el de los ilicitanos. Imagen: Gente.

El partido fue malo, pero de los de verdad. Sin inquietud para las porterías aparte de un disparo muy desviado de Soriano y un remate, si es que se puede llamar así, forzadísimo de Merino a servicio del propio Soriano. Eso por parte del Alba porque por parte de los de Claudio.... solo mencionar un cabezazo de Santos que casi sale fuera del estadio. Sin aliciente para la grada aparte de las indecisiones y errores de ambos asistentes que no ayudaban en lo más minimo al del pito. Y es que el Elche parecía conforme con el punto y el Alba, equilibrada la desventaja con rapidez e incapaz de tener y jugar la pelota, tampoco aportaba más.

En el descanso Santos se quedó en el vestuario tocado, lo que supuso que la zaga del Alba pudiese respirar. Cuando Claudio retiró a Bolado, otro que tiene muchísimo peligro, los de JIM comenzaron a imponerse. Sin dar un paso adelante, ni dar velocidad, ni presionar la salida de los alicantinos: fue casi por inercia. Pero fue suficiente para que Jaime pusiese un centro raso, lo único que hizo en toda la tarde, y Costa rematase el 2 - 1 en plancha casi a ras de suelo "con la cabeza, el pecho y alguna parte más" según explicaba él mismo. Imagen: Gente.

El gol de Costa sí pareció picar al Elche que, aunque exclusivamente con balones largos, buscó ir arriba con más ahinco. La entrada de Rubén Pérez incrementó el atrincheramiento local en torno a Cabrero. El Alba, excepto algún que otro susto, parecía cómodo jugando a la contra. De hecho, por momentos pareció que podría llegar la sentencia ,pero no lo hizo. Como tampoco llegó el empate en la última jugada del encuentro cuando Cabrero, a una mano, saca un balón rematado de cabeza y que llebava camino de alojarse en su meta. Imagen: Gente.

Estamos en 40 y el colchón con la línea roja es de ocho puntos, perspectiva suficiente como para afrontar el tramo final del campeonato sin demasiadas angustias. Ahora bien, y a las pruebas me remito, más valdría resolver cuanto antes la permanencia deportiva. Primero, porque cualquier eventualidad puede complicarnos la vida sobremanera. Y segundo, porque hay mucha tela que cortar y cabos que amarrar en el aspecto extradeportivo. Si es que es todavía posible.

Bien: Costa. Marca la diferencia y punto.

Mal: Nos sigue faltando trabajo defensivo. Está claro que lo que hay es lo que hay pero, viendo los partidos, da la impresión de que en los entrenamientos falla algo en el trabajo de esa faceta

El del pito: Melero López. No me gusta como llevó el partido. Nos señaló 8 (contadas) faltas bordeando el área, de las cuales ni la mitad lo eran. Horrorosamente mal auxiliado por el asistente tirillas y por el otro.