Sin paliativos

El Alba se vino de vacío de Salamanca. Con tres tantos en las alforjas, que pudieron ser media docena más, y lo que es peor, habiendo ofrecido una pobrísima imagen en El Helmántico. Mal dirigidos por JIM, para regocijo de la parroquia local, y mostrando carencias impropias de la categoría, el Alba fue incapaz ni tan siquiera de oponer resistencia a un Salamanca netamente superior. Ceballos Silva ignoró una mano fuera del área de Roberto cuando el marcador estaba 1 - 0 aunque, tristemente, dudamos que ésto hubiese decantado el encuentro de nuestro lado.

salamanca-alba-08-09-01.jpg
Destacado. Cabrero, pese a encajar tres, fue el mejor del Alba en Salamanca (Imagen: Gente).

JIM volvía a Salamanca, recordemos cómo salió del equipo de la ciudad y los pleitos que todavía tiene pendientes con ellos, y lo hacía después de haber truncado la racha negativa en el Belmonte y con cuarenta puntos contemplándonos en el casillero. Con cierta tranquilidad, vamos. Pero el retorno no fue plácido ni fructífero. Y no lo fue, fundamentalmente, por errores propios, por decisiones técnicas equivocadas e incomprensibles máxime cuando se viene de ganar, aunque no sin apuros, la jornada anterior. JIM planteó un cambio de sistema que resultó fatídico y facilitó muchísimo las cosas a los locales. Porque puede que, hoy por hoy, el Salamanca sea mejor equipo que el Alba pero no podemos comportarnos como unos peleles ñoños en la mitad de los campos donde nos desplazamos. Y el espectáculo de ayer fue de los peores. Además,lo que raya la incongruencia es que, según algunos comentarios, las modificaciones se decidan practicamente sobre la marcha y con poco o nulo trabajo específico durante la semana, dando sensación de improvisación, o lo que es peor, de parto. Y lo que es para pillarse ya el mosqueo es que no es la primera vez que esto ocurre: me refiero a las declaraciones de jugadores, los propios implicados, mostrando la sorpresa al respecto.

salamanca-alba-08-09-02.jpgEn fín, centrémonos: la tozudez de JIM volvía a disponer a Mainz, Trotta, Begoña y Peña en defensa, sin lateral derecho específico y con un centro de la zaga con una lentitud exasperante y una descolocación impropia. Por delante de la línea de cuatro, un triangulo, o trivote o que se yo con Ritchie, Ibón y Verza. Desconozco cual era la ubicación y la misión de cada uno de ellos, pero el desastre fue mayúsculo. Y otra línea de tres por delante con Marco Navas en la derecha, Costa en la izquierda y Jonathan Soriano como referente arriba (Imagen: Gente).

salamanca-alba-08-09-03.jpgIntuyo que los cambios tenían por objeto poblar el centro del campo: hemos adolecido de control de esa parcela en muchas más ocasiones que lo hemos ostentado. Sin embargo fracasamos, porque ayer tampoco lo tuvimos ni por un instante. Quique Martín se movía a placer entre líneas ante el desbarajuste del Alba, Dañobeitia empezaba a campar a sus anchas desbordando a un voluntarioso, pero desplazado, Mainz y Salva Sevilla y Bustos eran los amos absolutos del balón y del centro del campo. la consecuencia: Miku era el hombre más feliz sobre el rectángulo dejando en evidencia al centro de nustra zaga cada vez que recibía la pelota. Para cuando Quique Martín inauguró el marcador de golpe franco en el que Cabrero pecó, quizá, de exceso de vista, el venezolano ya había desaprovechado un par claras (Imagen: Gente).

El desaguisado era tal que el mister movió ficha: Ibón Gutierrez pagó el pato cediendo su sitio a Toché y el equipo se dispuso con el doble pivote habitual antes del descanso siendo la dirección del equipo a cargo de un Verza tan indolente como incapaz. Y, claro, nada de nada. El Salamanca jugaba a placer y daba la impresión de estar un nivel por encima del Alba. Los charros marraron un número increible de ocasiones, o Cabrero acertó a detenerlas  (Imagen: Gente). Miku certificaría la superiopridad local con dos tantos más, propiciados por otros tantos ridículos defensivos de nuestra pareja de centrales, y Merino hacía el 3-1 merced a un penalti que el mismo señaló ante la condescendencia del pésimo Ceballos Silva que había concedido saque de esquina.

salamanca-alba-08-09-04.jpg

Dicho sea de paso, y nada más lejos de mi ánimo que buscar justificaciones porque creo que ayer habríamos perdido el encuentro de cualquier modo, el nefasto árbitro extremeño se hizo el sueco (y lo digo porque tengo la absoluta certeza de que vio la jugada) en el lance que pudo ser clave en el partido: ignoró una mano de Roberto fuera de su area que además evitó que entrase una vaselina de Costa, cuando el marcador señalaba 1 - 0 para los locales. Ceballos Silva, primogénito de Ceballos Borrego: no sabría yo decir cual de los dos es más torpe. De casta le viene al galgo.

salamanca-alba-08-09-05.jpg

Bien: Cabrero. Quiza se merendarse uno, pero sacó quince. Se va asentando el aragonés.

Mal: Defensa de sainete, dirección deficiente. Aunque el margen es amplio, el hartazgo se incrementa y puede subir de tono a poco que los de atrás achuchen.

El del pito: Ceballos Silva. Es muy torpe: sin personalidad, criterio ni capacidad para dirigir encuentros de fútbol proferional con un mínimo de garantías. Tuvo que ser Merino quien señalase penalti cuando un defensor del Salamanca despejó a saque de esquina con la mano en alto al saque de una falta y que concedió habida cuenta de su intrascendencia. Previamente, se acojonó e ignoró una mano de Roberto fuera del área que vio perfectamente y que, aparte de evitar que entrase el remate de Costa, habría supuesto su expulsión.