El gol de Robusté ha sido gol

Paupérrimo el espectáculo que vimos ayer en el Carlos Belmonte, especialmente por parte local. El Alba cedió la iniciativa al Levante que, sin grandes alardes, la aceptó de buen grado, estuvo cómodo, dominó el partido y siempre anduvo más cerca de aumentar su renta que de recibir algún gol. El único tanto del choque lo anotó Robusté, a la salida de un saque de esquina, haciendo (a nuestro entender) una clara falta sobre Jonathan que Hevia El Lince Obras no vió y que no fuimos ni tan siquiera capaces de protestarle.

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Lo más peligroso. Jaime pudo marcar al filo del descanso (Imagen: Gente).

alba-levante-08-09-02.jpgEstábamos ante el segundo partido bajo la dirección de Máximo Hernández, primero en el Carlos Belmonte, y el mister hizo algo que no era frecuente ver hasta la fecha: repetir un once, a excepción de la ausencia de Kike por sanción. Logicamente el valenciano, además de abandonar el once, se caía de la convocatoria, de la que llamaba poderosamente la atención la inclusión de tan solo cuatro defensas: dos laterales (Alegre y Peña) y dos centrales (Mainz y Tarantino). A mi entender, plantear un encuentro sin ningún defensa de recambio en el banco (pese a la polivalencia de Iker Begoña) es un error, porque estás vendido ante cualquier contingencia como desgraciadamente pasó. Si añades que una vez que sobrevino el imponderable, la solución propuesta desde el banco fue (cuanto menos) sorpresiva, estamos ante una de esas decisiones que tanto le hemos criticado a JIM durante el tiempo que dirigió al equipo (Imagen: Gente).

Que cada maestrillo tiene su librillo ya lo se. Y que cada entrenador tiene sus incomprensibles manías no es menos cierto. Las tenía JIM, es indudable, y le dimos su parte porque así lo entendíamos. Que Máximo las tiene, y del mismo corte sino peores, es igual de evidente. Si JIM se obcecaba en prescindir de laterales al uso y de incrustar un centrocampista como volante, el Sr. Hernández ha recuperado una de las medulares de más pobre presencia de toda la era Bandera Blanca y ha metido en la media punta un centrocampista de contención. Eso sí, con el beneplácito de nuestra ecléctica dirección deportiva en esta ocasión. ¿Esto que implica? Pues que se ve la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio. Y que queda totalmente desacreditado el quítate tú pa ponerme yo que hemos visto hace poco.

alba-levante-08-09-03.jpgAlegre se lesionó mediada la primera mitad (Imagen: Gente). No es que ésto condicionara el encuentro (de hecho el Alba pareció espabilar en las postrimerías de la primera mitad más porque el Levante bajó el ritmo que por méritos propios) pero si obligó a Máximo a mover ficha. Y, claro, se encontró con que no tenía ni un defensa que llevasre a la alineación en el banco. Así las cosas, hasta habría tenido su punto de lógica pasar a Mainz al lateral y dar entrada a un centrocampista o a un delantero mandando a Alberto al doble pivote y a Begoña al centro de la defensa. No me negaréis que habría sido una risa!!! Pero no: la opción elegida fue mandar al cordobés al lateral (después declaraba no haber jugado de lateral en su vida, pese a lo que cumplió) y Xavi Jiménez entró en la media punta, lo que parece mejor opción. Quizá fuese la entrada del catalán lo que dió algo más de profundidad a nuestro juego. Al borde del descanso, un centro suyo lo remata Jaime fuera en lo que pudo ser el 1 - 0.

Y de la posible ventaja al gol en contra: Robusté remata un corner en la misma línea de gol cargando y desequilibrando a Jonathan, a quien introduce junto con el balón en la portería. Parece falta clara, tanto en directo como en las imágenes, pero entre la desidia de nuestros jugadores (en especial el propio implicado), que no protestaron ni tímidamente, y lo manta que es Hevia, los visitantes de fueron al vestuario con un tanto en su casillero. (Imagen: Gente).

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Máximo dio entrada a Toché al inicio de la segunda mitad en sustitución de Marco Navas, pasando Xavi Jiménez a banda derecha (donde se le vio muchísimo menos) y plantando al equipo con un 4-4-2. Alguna opción hubo, como un remate del propio Toché a la media vuelta, o un buen centro de Xavi al que no llega Mainz por centímetros, pero al fin y al cabo, ni un solo remate entre los tres palos. En cualquier caso, la sensación de peligro era nula. La fluidez brillaba por su ausencia y los balones lanzados en pos de Toché y Costa eran fácilmente neutralizados por la zaga visitante. Un exasperantemente lento Begoña en el puesto de creador (a tal extremo que hace parecer veloz a Verza) y dos interiores inoperantes completaban el triste panorama que ofrecia el Alba. Y, claro, si no tiramos entre los tres palos y ellos tampoco se la meten, se acabó lo que se daba. El Levante lanzó alguna que otra contra, un par de ellas peligrosas, pero la falta de acierto de los rematadores y algun despeje de Jonathan, que jugaba prácticamente de libre, evitaron que el 0-2 subiera al marcador. Y aun hay personajes, en la imagen de Gente, a los que parece divertir el espectáculo: incomprensible.

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Aun faltaba la charlotada de la tarde. En un alarde de reflejos, quizá para intentar un último achuchón, Máximo decide su tercer cambio: Verza por Ritchie. El caterano realizó un más que completo partido, y así lo entendieron de modo unánime los parroquianos alli congregados que dirigieron una sonora pita al banquillo cuando Kitoko se encaminaba a la banda para salir del campo. De tal calibre fue la bronca del respetable al ver la tablilla del número a sustituir que Máximo tuvo que recular, decir digo donde dije diego y cambiar el 28 por el 22. Resultado:  Begoña al banco y la primera vez que veo al graderío decidir un cambio en un terreno de juego. Impresionante.

El próximo sabado, el Alba visita Anoeta. La Real apenas tiene ya opciones de ascenso y los esquemas de Máximo parecen adaptarse mejor a los encuentros a domicilio que a los disputados como local. Si bien es cierto que los de atrás tampoco aprietan demasiado, sí sería bueno pescar algo en tierras vascas para evitar apuros de última hora.

Bien: Tarantino. Está en buen momento y a cogido el sitio. Ritchie también completó un aceptable encuentro.

Mal: nos la siguen clavando a balón parado: otra laguna de JIM que se reproduce tras el cambio de inquilino en el banquillo.

El del pito: Hevia Obras. Diría que no estuvo mal, (hasta me pareció que dio correctamenbte la ley de la ventaja en alguna ocasión, lo cual me extrañó muchísimo)  pero considero que Robusté hace falta a Jonathan en el gol, independientemente de que se le proteste o no. Además, se ahorró alguna amarilla a los visitantes, en especial una a Iborra que debió irse a la calle.