Importante victoria del Alba ante uno de los de nuestra liga, la Unión Deportiva Las Palmas, que deja la zona roja a diez puntos. El único gol del choque fue anotado por un ex de los canarios, Merino, de un gran disparo cruzado desde la fontal apenas iniciado el choque. Cabrero, que volvía al once, cumplió con un par de intervenciones de mérito anulando las opciones visitantes, aunque el Alba fue mejor en el conjunto del choque. Lesma anuló un tanto legal a Diego Costa a instancias de su asistente, que hizo el ridículo durante gran parte de los noventa minutos.

Recuperado Iker Begoña del golpe sufrido en San Sebastián y Carlos Merino de su lesión muscular, Máximo disponía de la totalidad de sus efectivos para recibir a Las Palmas. Y el once que dispuso ofrecía novedades con respecto al que formó en Anoeta en todas sus líneas. Cabrero estaba bajo palos. En la línea defensiva, Begoña ocupaba plaza en el centro junto con Mainz, desplazando a Tarantino al lateral izquierdo y a Peña al banco. Ibón Gutiérrez y Alberto formaban el doble pivote del que salía Kitoko, que estuvo durante la semana con su selección. Xavi Jimenez y Jaime, en banda derecha e izquierda, completaban la medular. Carlos Merino era el encargado de hacer de enganche con el único delantero, Diego Costa.

En una de las primeras faltas señaladas por Lesma López (menudo concierto de pito nos dio el colega), escorada a la banda izquierda, Merino acertó a conectar un soberbio disparo cruzado que entró por la misma escuadra de un perplejo Santamaría. Corría el minuto tres y el vasco acababa de tirar por tierra, esta vez para bien, todos los planteamientos y estrategias que unos y otros habían dispuesto para afrontar el choque. Los canarios, que acusaron el golpe casi durante toda la primera mitad, esgrimían como único recurso los balones largos buscando a su goleador, Marcos Marquez, que estuvo bien atado por Mainz y Begoña. Sin embargo, la calidad de Jorge Larena a punto estuvo de darnos un disgusto cuando el canario encontró una autopista de cuatro carriles con destino a la frontal del Alba y soltó un zapatazo desde treinta metros que aun debe estar haciendo temblar el larguero de Cabrero (imagen: Gente).

Pese a todo, el Alba las tuvo de todos los colores. Especialmente claras fueron dos: en la primera Jaime no llega por centímetros a un buen centro de Xavi desde la derecha. En la segunda, Costa controla de espaldas en el punto de penalti y remata espectacular a la media vuelta con paradón de Santamaría: una de esas jugadas por las que se dice merece la pena pagar la entrada. Los insulares apenas inquietaron la meta local más que en un despeje de puños de Jesús Cabrero y encadenando un par de saques de esquina que fueron servidos sin consecuencias.

Vidales debió leerles la cartilla a los suyos durante la pausa. Eso y la entrada de Suarez y Saúl dieron movilidad a los amarillos arriba. El Alba esperaba atrás buscando ya a falta de cuarenta y cinco minutos la contra que resolviera el choque y la Unión fue ganando presencia arriba y dispuso de dos claras opciones, ambas por medio de Pablo Sánchez. En la primera, Cabrero tapa perfectamente con el pecho el remate del canario tras una jugada por banda izquierda. En la segunda, ataja de manera espectacular un remate de cabeza totalmente franco del interior canario tras centro desde el lado derecho. La intervención, efectiva y espectacular, le valió al aragonés la ovación de la tarde y, probablemente, dos puntos a su equipo que estaba pasando los momentos más apurados en el aspecto defensivo (imagen: Gente).

Los insulares iban aflojando en su empuje a la vez que el Alba conseguía encontrar arriba a un Costa que, si bien es verdad que no estuvo afortunado, no es menos cierto que sacó de quicio a la defensa rival. El brasileño tuvo varias opciones de anotar bastante claras. De hecho, el del pito anuló un tanto legal a Diego por atender al pavo de la bandera, que no dio una en toda la tarde. Tambien pudieron mojar Xavi, Navas y Mainz, este último por partida doble. El encuentro se consumió con algún pelotazo arriba a la desesperada de Las Palmas y un par de sobresaltos para la grada más fruto de despejes defectuosos que de opciones claras visitantes.

Vamos con el del pito. Lesma López, no nos engañemos, es malo. Se hartó de pitar chorradas y de enseñar tarjetas, alguna de las que son especialmente molestas, en plan farfollas, porque no tolera que los jugadores le hablen. Y el partido no tuvo nada. Miedo me da cuando este señor tenga que dirigir un encuentro de esos donde saltan chispas, donde tienes que tomar decisiones determinantes. Y eso, aunque algún compañero de asiento vaticinaba que nos la acabaría liando, no fue ayer. Pues bien, a pesar de que Lesma es malo, lo ultrajante del tema es que su asistente de Marcador es peor. Incomprensible como un linea puede estar toda la tarde sin dar ni una y quedarse tan tranquilo. A instancias suyas se anuló un gol a Diego Costa por un fuera de juego que solo el vio. Amigo del banderín: a no ser que te tomases tres carajillos de postre, he de hacerte saber que lo de ser línea no es lo tuyo. En serio, aprovecha el tiempo cultivando otras facetas y otras habilidades porque por este camino me da a mí que no llegarás lejos. Y si ves que tal, habla con el asistente de Iglesias (sí, el pequeñito) por si le interesase también el cambio de aires. De nada, majo, a mandar.

La próxima jornada, la 39, el Alba visita La Romareda. El colchón de puntos con el Alavés, que marca la línea de descenso, es de diez puntos lo que nos otroga una buena dosis de tranquilidad a falta de doce por disputar. El Zaragoza, favorecido por los últimos pinchazos de Xerez y Hércules, se ha enganchado definitivamente al tren del ascenso y no puede dejar escapar ni un solo punto de su estadio si no quiere quedarse con la miel en los labios. Todo ello, junto con las tan traidas y llevadas primas, son alicientes más que suficientes para hacer al encuentro del sábado bastante atractivo.

Bien: Xavi Jiménez. El catalán se encuentra en un buen momento. Ayer jugó por ambas bandas, más y mejor por la derecha, debido a la luxación de hombro que sufrió Jaime. Cabrero también tuvo intervenciones decisivas.

Mal: el del banderín. Absolutamente patético el nivel exhibido por los asistentes de Lesma.

El del pito: Lesma López. Si ya es malo el sólo, imaginaos si los aisitentes lo confunden!!! Enseñó demasiadas tarjetas, alguna más por chuleta que por necesidad. Se hartó de pitar faltitas, anuló un gol legal a Diego Costa y falló más que acertó con los fueras de juego.