Pese a las arengas y consignas de Máximo Hérnandez la víspera del encuentro, que hablaban de no depender de terceros y solucionar por sí mismos la papeleta, el Alba (exhibiendo maneras realmente calamitosas) certificó la permanencia gracias a la victoria del Celta de Vigo sobre el Alavés. Otro tanto, por lo que se refiere a mantenerse matemáticamente, es aplicable al Murcia que, sin embargo, fue ampliamente superior incluso la media hora que estuvo con un efectivo menos. Finiquitada la temporada futbolística, a pesar de que restan dos jornadas, aun queda un gran aliciente: asistir a la marcha de Bandera Blanca y, con ellos, a lo de todo aquello con que han impregnado al Albacete Balompié.

A lo largo de la semana se había especulado con la posibilidad de que Máximo variase de sistema para enfrentarse al Murcia y utilizase un 4-4-2 clásico con Toché y Costa como jugadores más adelantados. Dicho y hecho. Además, la vuelta de Ritchie de la concentración con su selección también propició la entrada del canterano en el centro del campo y la consiguiente cascada de cambios de posiciones en el once: Begoña al centro de la defensa, Tarantino al lateral y Peña al banco. A últma hora, una gripe dejó K.O. a Jaime. La solución ideada por el mister fue jugar con dos extremos derechos, Navas y Xavi Jiménez, cada uno de los cuales ocuparía la demarcación izquierda durante 45 minutos. Mira que hemos argumentado veces que Merino no anda bien por banda pero, viendo soluciones como la vista ayer, hay que desdecirse. Y mira que le dimos estopa a JIM, y no sólamente nosotros, con el dichoso lateral derecho. Pues nada, parece que al profesor no le importa trasladar la jugada a la demarcación de volante.

El Alba debía de ganar para garantizar su futuro en Segunda sin esperar lo que hiciesen otros. El rival era el Murcia, lo que siempre da un aliciente extra. Era de esperar, cuanto menos, un choque atractivo. En su defecto, nos encontramos con el peor Alba de toda la temporada. Ni dos toques seguidos, ni una ráfaga de fútbol, ni un chut entre los tres palos de Elía. Como he leído por ahí: "Dos diestros por la banda izquierda. Un stopper distribuyendo. El peor central de la categoría, quitando si acaso algún otro también nuestro. Dos revulsivos, el uno arrastrándose y el otro pasando. Y Diego Costa en el banco. Todo ello con una plantilla por Ud. confeccionada y dirigida, D. Máximo". Como agravante, el Murcia se quedó con 10 cuando, en un exceso de vista, el línea de preferencia le dijo a su amigo el de la cresta que De Coz había pateado a Costa en el centro del campo mientras los visitantes se aprestaban a ejecutar un saque de esquina. (Imagen: Gente).

Los del pimentón, tenían bastante con presionar la salida del balón. Movilla hacía y deshacía a placer y la dupla Capdevila - De Lucas traían fritos a Begoña y Mainz. Kike, un chaval del Murcia que parece un ropero abierto pero que se movía bien y con criterio, también incordiaba lo indecible. No hubo peligro real para Cabrero hasta la segunda mitad, que salvó el punto y el empate, pero la sensación de impotencia, descordinación, improvisación, de baño y hasta de dejadez fue constante durante los noventa miutos. (Imagen: Gente).

Curiosamente, la cosa se equilibró algo cuando Iker Begoña, en un alarde de posicionamiento y rapidez, vió dos amarillas en un minuto por tumbar sedas veces a Capdevila, quien lo había desbordado con una facilidad sonrojante. Alberto ocupó plaza de central, menos bajo palos el cordobés ha actuado esta campaña en todas las posiciones, y un desganadísimo Merino (que había entrado por Costa tras la pausa) retrasó su posición al doble pivote quedando Toché en punta. (Imagen: Gente).

La ovación de la tarde se la llevó el 1-0 del Celta al Alavés. La aparición del tanto en el electrónico propició una salva de aplausos y desató gritos de "Consejo, dimisión" y de "Fuera, fuera" en la grada. Los 20 sobre el campo debieron percatarse del resultado que se daba en Vigo porque, creo que afortunadamente para nosotros, se dedicaron a contemporizar y dejar pasar el tiempo de manera flagrante durante el último cuarto de hora.

Enormemente felices nos hayamos por poder disfrutar otro año de fútbol profesional. Y eternamente agradecidos al Sr. Hernández y a toda la directiva en pleno. Gracias mil y besos y abarazos para todos. No por ninguna de las martingalas que nos contais, ni por las historietas que pretendeis vendernos, sino por el descanso que nos va a quedar a todos, al Club que pseudodirigis el primero, cuando el Albacete Balompié consiga librarse de vosotros.

Quedan dos amistosos, uno frente a un Hércules con mínimas opciones de ascenso y otro frente al Alavés con casi nulas de permanencia. A priori, carentes de todo interés que no sea ver, una vez salvados por la puerta grande, con qué nos deleita nuestro técnico. (Imagen: Gente).

Bien: Cabrero. El aragonés volvió a salvar, sin duda, el empate. Mainz fue el que mejor trabajó de los jugadores de campo.

Mal: la actitud de los jugadores y de quien se la inculca o se la permite. Un cero patatero.

El del pito: Gardeazábal Gómez. Si no llega a ser porque le vi la cresta de cerca (concrétamente a ras de campo donde bajé para saludarlo), habría creido que no era él porque, increiblemente, no llevó mal el partido. ¿Estará aprendiendo? No, mejor seamos cautos y no exageremos.