Quince minutos duró el Alba en Alicante. El Hércules era el único que se jugaba sus mínimas opciones de ascenso y, a pesar de que en ningún momento le favorecían los resultados de otros campos, fueron los únicos que exhibieron algo de motivación. Con alguna que otra baja, Costa está ya de vacaciones, y varios cambios en el once, el Alba encajó cuatro tantos (Mainz anotó antes el 0 - 1) y no dio nunca la impresión de querer más.

Yo también he intentado irme de vacaciones. Como Diego Costa. No a colao, porque yo no estoy aquí cedido. Estamos salvados, estamos tranquilos y los alicientes son mínimos. Sumemos que los encuentros se siguen disputando a horas imposibles para un mes de junio y lo poco que hay que ver y que contar. Vamos, por lo menos, a reducir el horario a media jornada en lo que a lo deportivo se refiere. Porque la actualidad y el futuro del Alba está y se decidirá en los despachos y en la Junta de accionistas del 30 de este mes.

Begoña era baja y Trotta volvía al once en su lugar. Novedades en el once eran también la presencia de Álex Pérez en banda izquierda, de Pablo Gil en el lateral, de Verza en la media punta y de Belencoso en ataque. Quince minutos estuvo el Alba en el partido: serios en defensa, con Kitoko mandando en el centro del campo y buscando la portería de Calatayud. Quince minutos en los que Mainz, a la salida de un saque de esquina, adelantó al Alba (Imagen: Gente).

En Zaragoza el resultado tampoco acompañaba las pretensiones de los alicantinos y eso pesaba más en su ánimo que el gol de Mainz. El Hércules es mucho equipo. Y ayer, a pesar de los pesares, los Farinós, Morán, Aguilar y compañía quisieron que su parroquia, aunque cariacontecida, se marchase a casa tras ver una victoria de su equipo. El plan debió parecerle bien al Alba que comenzó a descomponerse y a dar la impresión de que ya se había cumplido con el expediente. Antes de la pausa, Rubén Navarro y Morán ya habían puesto el marcador de cara para el Hércules. (Imagen: Gente).

Y si poco había que contar de la primera, menos aun de la segunda, excepto que el Hércules gozó de opciones para lograr más tantos. En especial en las botas de Tuni y Morán. Farinós anotó el tercero al transformar un penalti cometido por Trotta, que se fue a la calle popr doble amonestación, y Fernando Sales puso el 4-1 definitivo al borde del tiempo reglamentario. (Imagen: Gente).

Y aun falta un partido. Será en casa, frente al descendido Alavés. Ni mencionaré la rocambolesca posibilidad que tienen los vascos de mantenerse porque, por improbable, me parece más una falta de respeto a la gente de Vitoria que otra cosa. La hora, 18:00, y todo el resto de ingredientes comentados puede hacer de la del sábado una de las entradas más pobres del Carlos Belmonte en muchos años.

Bien: mencionamos de nuevo a Mainz y a Cabrero, que están que están completando un buen final de campeonato.

Mal: el Alba duró solo quince minutos

El del pito: Estrada Fernández. Mira que tuvo poco trabajo y aun tuvo tiempo de señalar varios fueras de juego inexistentes y de no dar un gol a Xavi Jiménez cuyo remate raspasó la linea de portería. Igual fue el calor.(Imagen: Gente).