Que a estas alturas el peor equipo de Segunda no haya oficializado todavía su descenso resulta milagroso. La pobreza de la categoría queda de manifiesto cuando después de hacer las cosas tan rematadamente mal, todavía hay opciones de salvación, aunque sean mínimas. Por mucho que desde LaLiga se quiera vender otra cosa, la Segunda es una categoría aburrida y sus partidos suelen ser, habitualmente, un horror insufrible. Solo el interés propio del aficionado de camiseta, el que le da lo mismo que su equipo juegue en Primera que en Tercera Regional, el que guarda como oro en paño los carnets de socio de su padre y de su abuelo, es lo que mantiene viva una competición que con el paso de los años se ha distanciado más, si cabe, que de la Primera, de ahí que los que descienden cada año sean los principales candidatos al ascenso al siguiente y acaben llevándose el gato al agua.

El Albacete no está muerto, aunque algunos ya estén pensando en la próxima temporada en la nueva Primera RFEF, que anda la originalidad que tienen para nombrar las categorías. Noguerol se hizo cargo del entuerto tras el fracaso de Alejandro Menéndez, un agitador al que se le fue la mano metiendo presión, vendiendo humo en sus comparecencias y que se ha ido dando un portazo. Su paso por el Alba, como el de Toni Cruz, no pasará a la historia.

Lo que sí que reflejará esa historia blanca es lo rematadamente mal que se han hecho las cosas. Veremos el nuevo proyecto que se anuncia si no es un más de lo mismo de los dueños de la entidad, a los que han faltado tablas para dar un giro a una situación que se veía venir tras la pasada campaña. De ahí que el Alba necesite ganar si quiere tener alguna opción en casa del tercer clasificado, que todavía aspira a alcanzar el segundo puesto, ahora en manos del Mallorca.

Para la UD Almería derrotar al Albacete sería meter presión al Mallorca y para ello dieron una vuelta más de tuerca con la destitución hace unas semanas de Gomes y la llegada de Rubi. Otro millonario jugando al PC Fútbol que se está dando cuenta que no sólo es llegar, poner millones de euros y ascender a Primera.

En este partido de necesidades Noguerol recupera a Carlos Isaac y Fran García, los habituales en los laterales que han cumplido sanción, pero no parece que los dos vayan a ser titulares. Todo indica que el orensano mantendrá el bloque de Ponferrada, quizás con la entrada de Carlos Isaac por Alberto Benito y la de Diamanka por Jean Jules, por lo que se ha visto en los entrenamientos, a los que ya se puede acceder en una normalidad del fútbol que se había perdido, como tantas otras que se han ido cayendo por el camino. Manu Fuster por sanción y Eddy Silvestre lesionado siguen siendo bajas.

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Solo vale ganar y enfrente estará un equipo que le lleva 30 puntos de ventaja al Albacete, que se dice pronto. En condiciones normales el pescado estaría vendido, pero en esto del fútbol nunca se sabe. Lo cierto es que el Alba apenas hizo nada en Ponferrada y se llevó los tres puntos, porque lo cierto es que la Ponferradina mereció irse por delante al descanso y si hubiera sido valiente con uno menos le podría haber dado la vuelta a un Albacete que no hizo mucho más de lo visto al equipo entrenado por Menéndez.

Rubi anunció cambios ante lo apretado del calendario en esta recta final y su intención de dormir a tres a tres puntos del Mallorca. La entrada de Balliu en la lateral es más que probable. Noguerol sabe que la clave será no encajar pronto, algo que ha venido ocurriendo con demasiada frecuencia y veremos de lo que es capaz su equipo en esta nueva final que podría ser la definitiva para decir adiós a la categoría profesional, aunque los rivales se empeñen en darle vida al muerto.

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El colegiado encargado de dirigir el encuentro será el madrileño Miguel Ángel Ortiz Arias que, con esta, cumple su tercera campaña en la categoría tras haber pasado la friolera de 10 años “fogueándose” en Segunda División B.

Ortiz Arias ha dirigido al Albacete en un total de cinco ocasiones, dos en la categoría de bronce y tres más en la Liga Smartbank, de estas últimas un par lo fueron la campaña pasada: Numancia- Albacete (1-0) y Albacete-Almería (0-1); y una más en la competición en curso cuando impartió justicia en el Albacete – Tenerife (0-2) de la Jornada 15 allá por el mes de Noviembre. El balance total no es positivo ya que el Albacete tan solo ha ganado en uno de los cinco partidos en los que arbitró a los blancos, habiendo empatado en otra ocasión y perdido en los tres encuentros restantes.

Al Almería por su parte, el madrileño le dirigió en siete oportunidades y siempre como visitante: seis en la división de plata del fútbol español y una más en Copa del Rey. El balance es casi parecido al del Albacete con cinco derrotas de los andaluces y dos victorias, una de ellas precisamente la del Albacete – Almería (0-1) de la campaña pasada.

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