Nada de nada

Orden y presión bastaron al Cádiz para desarbolar Alba y llevarse el encuentro incluso con cierta facilidad. Los andaluzes acertaron en uno de sus pocos tiros entre los tres palos y controlaron después el tempo del partido prácticamente a placer. Nula capacidad creadora y de reacción, movimientos poco afortunados desde el banco y el paupérrimo arbitraje de Hernández Hernández fueron el resto de ingredientes de la segunda derrota consecutiva del Alba ante su parroquia.

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Golpe franco. Nano sorprendió a Notario por su palo (Imagen: Gente)

Los sistemas de Pepe. Los unos y el otro. Minicrónica del partido: Desastre. El Alba, uno a uno. El del pito y sus amigos.

Los sistemas de Pepe.

A estas alturas es evidente que ya nadie se cree eso del 4-4-2. Yo por lo menos no. Ayer Sousa era baja obligada tras su expulsión en Villareal y el mister formó con un doble pivote Alberto - Castellano que nunca funcionó ni tan siquiera en el aspecto de contención. Después supimos que el cordobés andaba griposo. ¿Qué hace un tío que no está al 100% en el campo? Y si está al 100% no hay que buscar más justificación. Uglessich repetía en el centro de la defensa y Tarantino suplía a Amantegui por una razón que no alcanzo a comprender una vez descartada la opción de que el alopécico vasco estuviese pluriempleado como línea de Tribuna. Pero bueno, estamos buscando equilibrio defensivo y lo de ayer fue otro intento que, desde luego, el propio Tarantino se encargó de defenestrar. Tampoco veo claro la insistencia de nuestros interiores a ir al centro, buscando quien sabe qué. Las famosas diagonales, supongo. Entiendo que la orden procede del banco, porque lo hacen los dos y continuamente. Problema doble: bandas inéditas (si el centro más peligroso desde la banda en 90 minutos lo pone Kike tenemos un problema) y acumulación de efectivos propios y rivales en una estrecha franja de terreno que no hace más que favorecer al que no tiene que crear. Es más, ni yendo por detrás en el marcador y tras hacer las sustituciones se abrieron las bandas ni un poquito.

Sea como fuere, no supimos sacar el balón ni una sola vez jugado, ni meter un pase arriba que no fuese una patada a seguir. No desbordamos por banda, ni ganamos línea de fondo, ni triangulamos una sola vez con sentido. La distancia entre los que defienden y los que atacan era impresionante y Erice aprovecho el hueco para, el solito, mandar a placer en la zona centro. Y Stuani.... bueno, intentando recibir alguna de las pedradas y siendo facilmente anulado por los centrales cadistas (Imagen: Gente).

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Pepe dice que buscó algo nuevo con las sustituciones, una alternativa distinta. Y si el equipo ya estaba descompensado y fracturado, lo que hizo fue agravar la situación con el baile de posiciones. Un apático Merino entra por Alberto en el 55 y se coloca en... banda derecha. Fernando Sáles se marcha a la izquierda, Hidalgo pasa al centro del campo (donde se va diluiyendo como un azucarillo) y Callejón a la media punta. Después de cinco minutos, Salva entra por Callejón y se sitúa como segundo punta. En el 70, Altobelli, que tuvo la más clara de toda la segunda mitad, sustituye a Sales para terminar jugando con Merino por la derecha, Altobelli por la izquierda e Hidalgo junto a Castellano. Practicamente ninguno en su sitio.


Los unos y el otro.

Un mal día lo tiene cualquiera y el Alba lo tuvo ayer pésimo. Incluyendo todas las líneas del equipo y todas las facetas del juego. Y no pasa nada.
Hemos venido analizando los problemas futbolisticos del equipo desde semanas atrás y no incidiremos más sobre lo mismo porque ya los tenemos conocidos y discutidos. Ahora bien, ayer hubo algo más, algo que chirría más de la cuenta, una sensación de desorden, descoordinación y desgana bastante tangible. Los unos porque al fútbol se juega corriendo, sacrificandose, sudando y desde un tiempo a esta parte achuchando y mordiendo si hace falta. Porque si oponiendote poco más que orden te ponen en evidencia, apaga y vámonos.
Y el otro porque, después de que te den un baño táctico de los que dan vergüenza y volver loco a todo el mundo con cambios y posicionamientos, no tiene mejor ocurrencia que cargar el mochuelo a sus jugadores como si el solo pasase por aquí....
Evidentemente la conexión  y el entendimiento entre el uno y los otros es fundamental para que el equipo funcione. Y si tras seis jornadas empiezan las interferencias mal vamos.Y ésto sí es más preocupante, porque puede acabar metiendonos abajo. (Imagen: Gente).

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Minicrónica del partido: Desastre

El partido que hizo ayer el Alba fue, en toda su extensión, horroroso. Incluso en el inicio, cuando Sales y Stuani tuvieron alguna ocasión, el desbarajuste era total y resultava evidente que a poco que el rival jugase lo pasaríamos mal. El Cádiz tampoco jugó a nada. Más bien hizo su partido amarrando, contragolpeando primero y racaneando después. Anotó su tanto en una falta en la frontal que se inventó Hernández. De ahí al final, una hora larga, nada más que un querer y no poder, y a veces ni siquiera querer. Debutó Salva en el Carlos Belmonte, Stuani y Altobelli pudieron empatar y Hernández se comió un derribo por detrás al uruguayo en el área visitante (en la imagen de Gente). Fin.

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El Alba, uno a uno.

Notario: 2. Era su palo.
Kike: 5. Hizo el centro más peligroso de todo el encuentro.
Uglessich: 6. Jugarla con el pié no es lo suyo y aun así parece Beckenbahuer al lado de los otros.
López Rámos: 4. Anda lento y mal situado todavía.
Tarantino: 1. Horroroso.
Alberto: 1. No dió ni una, el hombre.
Castellano: 4. Superado todo el encuentro.
Sales: 2.Este muchacho debe jugar en su banda.
Callejón: 3. Lánguido.
Hidalgo: 5. Empezó bien pero acabó diluyendose al pasar al centro del campo.
Stuani: 5. Tuvo el empate pero el remate era complicado.

Merino: 2. Apático, desmotivado y fuera de sitio.
Salva 5. Poco pudo aportar en su debut.
Altobelli: 5. Tuvo el empate pero se lo sacó Casilla.


El del pito y sus amigos.

Ya veis, para una vez que comento en la previa que un colegiado parece salirse de la tónica general y apuntar maneras, me dejan en evidencia. Alejandro Hernández ha evolucionado. Y lo ha hecho para mal. Ayer se marcó un partido en el Belmonte de los que se recuerdan. Ha adoptado los modos chulescos y gesticulantes de sus congéneres del colegio canario (debe ser asignatura optativa allí) y se hace acompañar por dos asistentes más propios de circo que de la Segunda División. Lo triste es que eso no sería más que lo que estamos habituados a ver. Pero hay que añadir una alarmante falta uniformidad en el criterio a la hora de señalar infracciones y amonestar. También tiene, esto ya lo sabíamos, una tan peculiar como incorrecta manera de entender la ley de la ventaja. Sumemos que influyó directamente en el resultado del encuentro silbando faltas de risa (la del gol de Nano incluida) e ignorando un derribo en el area a Stuani y la decisión es clara: lo siento, D. Alejandro, pero le hacemos la cruz. Por manta  por incompetente.

Valoración: un 0, el primero de la temporada.