El Alba cosechó un punto en Balaidos en un encuentro en el que comenzó cediendo la pelota y la iniciativa, reaccionó cuando estuvo por detrás en el marcador (tanto ilegal de Aspas en posición antirreglamentaria), erró un penalti, igualó a quince minutos del final merced a un gol de Merino y terminó medrando de nuevo pera conservar el punto. Una polémica rueda de prensa de Pepe Murcia, que tiene cuentas pendientes con algún plumilla vigués, y un intercambio de golpes y amenazas protagonizados por Notario, Trashorras y el segundo del Celta Carlos Hugo Bayón (que parece que también se tienen ganas por desencuentros pasados) y reflejado en el acta por el del pito fueron el desagradable colofón a un partido sin apenas historia.

Los sistemas de Pepe

Volvía Sousa al once tras cumplir su partido de sanción y Pepe Murcia se decidió por volver a utilizar la dupla Alberto - Sousa en el doble pivote. Donde no introdujo ningún cambio fue en la zona defensiva y alineó a los mismos que se enfrentaron la semana pasada al Cádiz en el Carlos Belmonte: Kike, Uglessich, López Rámos y Tarantino. Otro que se caia del once era Callejón volviendo a ser Antonio López quien ocupase la banda izquierda. Sales, Hidalgo y Stuani completaban el equipo.

El Alba no quiso la pelota desde el principio. Y eso no tiene por qué ser malo especialmente si  a quien se le otroga, el Celta, no sabe que hacer con ella. El no poder local y el no querer del Alba se salpicaba con un sin fín de pérdidas, pases errados y amonestaciones abundantes fruto del bajísimo rasero que puso Piñeiro: hasta 5 amarillas había enseñado ya tras la primera media hora de juego. Y si bien es cierto que un encuentro así no es atractivo en absoluto para el espectador, no es menos cierto que quien debe desatascar la situación es el que actúa como local. ¿No estamos hartos de ver lo mismo en el Carlos Belmonte? Pues eso, que no comulgo demasiado con las ideas de Pepe pero que no veo desacertada la opción que escogió.

Llegadas sin querer.. y queriendo

Enlazando con el comentario de arriba, el bagage atacante del Alba en la primera mitad se tradujo en un remate al palo de Hidalgo, un buen golpe franco de Antonio López que lo roza, una chilena que se va alta de Stuani y un remate de Alberto que saca Falcón. El Celta llegó al área dos veces (curiosamente las dos a la contra) sin conseguir tan siquiera rematar en ninguna de ellas. Quiero con esto decir que tampoco estaría tan mal para nuestros intereses la tan cacareada penosa primera mitad visitante.

Otro tanto ocurrió tras la consecución del tanto local en la única ocasión en la que remataban entre los tres palos (y en claro fuera de juego!!). Al menos otras tres opciones claras de gol para el bando visitante, incluyendo un penalti fallado por Salva, por ninguna para el bando local.

No es menos cierto que, una vez visto el desarrollo del encuentro, uno se pregunta por qué motivo el Alba no la quiso y la tocó desde el principio, ni jugó para mandar en lugar de para ir a remolque, para ganar el partido en lugar de contentarse en todo momento con un punto. Pero la lectura del encuentro no se puede basar en lo que pudo haber sido y no fue, sino en lo que se desarrolló sobre el cesped y cómo transcurrió el partido. Y llegados a este punto enlazamos con lo que sí mediaizó el resultado del encuentro: la consecución del tanto del Celta en fuera de juego.

La segunda mitad empieza con el tanto vigués. De los ríos de tinta que se han vertido sobre el encuentro (especialmente por temas extrafutbolísticos) ni una sola letra hace mención de que Iago Aspas anota el tanto en fuera de juego y que el linea, perfectamente situado eso sí, no se entera. Por supuesto, el agujero en el centro de la defensa blanca es grande en un clamoroso fallo de marcaje a Joselu, pero más grande es la ignorancia que demuestra el asistente al dar validez al gol. No vamos a emplear ni una sola línea en comentar el comportamiento de Pepe Murcia ante los medios en su vuelta a Vigo. Ni en enjuiciar el comportamiento de Notario, Trashorras, Bayón y otros elementos de la prensa viguesa porque todo ello cae fuera del ámbito estrictamente futbolístico. Que sean los Comités los que se encarguen de sanciones y los Clubes de tomar las medidas que estimen oportunas.

Pero lo que no se puede dejar pasar por alto es que el resultado del encuentro es el que es porque un horrendo colegiado, Piñeiro, y un más horrendo aún asistente son incapaces de entender la regla del fuera de juego. Volvemos a denunciar, pues, que  no se ha escrito ni una sola línea al respecto del garrafal error del asistente pese a las reseñas y reseñas que se han hecho (y que se harán) por otros hechos que rodearon al encuentro. Que cada uno saque sus conclusiones.

El Alba, uno a uno.

Notario: 5. Apenas trabajó.
Kike: 5. El peligro vigés llegó siempre por su banda.
Uglessich: 6. El balón del tanto del Celta es de los centrales.
López Rámos: 6 El balón del tanto del Celta es de los centrales.
Tarantino: 5. Mejor que la semana pasada.
Alberto: 6. Su labor se facilita si el equipo junta líneas y defiende
Sousa: 6. El doble pivote funciona mejor con él
Sales: 5. No se vió ni si velocidad ni su calidad.
Antonio López: 6. Se aplicó algo más en defensa.
Hidalgo: 6 estuvo descentrado, por debajo de sus posibilidades.
Stuani: 6. Apenas tuvo opciones pero se movió bien

Salva: 6. Falló un penalti, pero prolongó el balón del empate.
Merino: 7. El punto es suyo.
Altobelli: 5. Casi no participó

El del pito y sus amigos.

Piñeiro Crespo, ya lo advertíamos desde esta misma tribuna hace unos días, es muy malo. Ayer Mostró la friolera de 11 tarjetas. Concedió el gol del Celta en fuera de juego y, parece ser, que no se enteró de quienes eran los implicados en la trifulca del tunel de vestuarios y se equivocó al redactar el acta. ¿Alguien da más? Menudo incompetente.

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