El Alba volvió de Las Palmas con un severo correctivo, un entrenador en la cuerda floja y sus dos porteros de la primera plantilla K.O. para recibir al Murcia, dado el encuentro de sanción que recibirá Cabrero por parte del Comité. Se repitieron los errores y las carencias que el equipo ha venido mostrando desde el inicio del campeonato, acentuandose una cuesta abajo que empieza a preocupar. En el avión de vuelta, los servicios médicos del equipo estabilizaron a un turista que sufrió un infarto en pleno vuelo.

Los sistemas de Pepe.

Como a perro flaco todo son pulgas, a las bajas de Notario y Alberto por sanción se sumaban las de Sales, Stuani y Altobelli por lesión. El mister alineaba a Kike, Uglessich, López Ramos y a Tarantino en la cobertura. Sousa y Castellano formaban el doble pivote mientras que Callejón y Antonio López ocupaban las bandas. Por delante, Merino y Salva Ballesta completaban el once.

Si bien es cierto que el Alba juega más cómodo lejos del Carlos Belmonte (o mejor dicho, que el juego del equipo se adapta mejor al papel de visitante) no es menos cierto que plantear un encuentro a la contra y cediendo el balón al contrario intentando apoyarse en una linea defensiva que concede facilidades hasta extremos insospechados es sinónimo de suicidio. Yo lo siento, pero no me vale que me justifiquen el enésimo festival del humor defensivo porque expulsan al portero en un rebote que posibilita un uno contra uno de Marcos Márquez con Cabrero. ¿Por qué? Pues porque dos minutos antes, un central amarillo anota a placer el 1-0 cabeceando una falta. Y dos minutos después, el mismo central vuelve a cabecear a placer el 2-0 a la salida de un corner. No voy más alla porque el equipo queda deshecho con un hombre menos y con la salida de Callejón para que entre el portero suplente, Arenas (que por cierto, detuvo el lanzamiento de la pena máxima a Marcos Márquez). Imagen: Gente.

El crédito de Pepe

Está claro que tras nueve semanas de ver como se densenvuelve el equipo, el crédito de Pepe Murcia es mínimo a estas alturas. Los jugdores se declaran al lado de su técnico, que van a hacer con los microfonos delante, pero que el engranaje chirria por varios puntos es evidente. El mister ha sido, hasta la fecha, incapaz de parar la sangría defensiva que ha situado al Alba como el más goleado de la categoría. Hace ya bastantes fechas que el cordobés viene siendo muy contestado en este sentido. El aluvión de críticas se va incrementando por otros temas. Algunos atañen directamente al Club, como la salida de tono en Vigo, y otros son banales o de índole no profesional. Sea como fuere, ambos acaban por hacer estéril el debate en torno a la dirección del equipo, que es lo preocupante. La comisión deportiva (que se reune esta tarde y es la responsable de la confección del equipo y de la contratación de su técnico), y el consejo (que quieren hablar en frío con técnico y jugadores) tienen sin duda la patata caliente entre las manos. Sea como fuere, parece ser que Pepe Murcia estará en el banquillo para recibir al idem el sábado.

El problema de....¿Pepe?

Antes de seguir voy a posicionarme, para que no haya lugar a equivocos: no comulgo con el fútbol que Pepe Murcia a mostrado desde que dirige al equipo. Por ejemplo, lo de Callejón en banda derecha es para verlo. Pero volviendo a lo que nos oupa, todos sabemos lo que pasa. Quien más quien menos, hemos visto cual es el problema: una candidez defensiva alarmante. Es un hecho que la calidad, el toque, esa pizca de algo que hace distinto a un jugador que desequilibra no se entrena, es imposible de adquirir: se tiene o no se tiene. Pero el trabajo en la retaguardia, el orden defensivo y la compenetración es algo que está en el extremo opuesto: se consigue y se afianza a base de trabajo, se ajusta y se mejora a base de ensayo y preparación. Lógicamente, para ello son necesarias un mínimo de condiciones en los obreros. Llegados a este punto... ¿qué fue primero, la gallina o el huevo? ¿Es Pepe quien no trabaja bien o son los mimbres los que fallan? Desde la dirección deportiva se asegura que se trabaja en la senda correcta pero los frutos no llegan y lejos de vislumbrarse una solución a la sangría, la pelagra se acrecienta hasta lo de Las Palmas, de donde el Alba pudo salir con una goleada de escandalo. Y si los cimientos tiemblan y se deshacen, el desastre es inevitable aunque algún que otro ingeniero ponga un parche que retarde el desplome.

Minicrónica del partido:  lo de siempre.

La incognita de saber cuanto aguantaría virgen la meta de Cabrero se resolvió a los veinticinco minutos cuando Lamas, que no se lo creía, cabeceó a placer un servicio de falta. En los cinco minutos siguientes, Cabrero se fue a la ducha por derribar a Marcos Márquez dentro del área, Arenas salió por Callejón y lo detuvo (en la imagen de Gente) y el mismo Lamas, que ya alucinaba, anotó el segundo a la salida de un corner. A los canarios solo les qudó nadar, guardar la ropa y aprovechar dos contras para poner un 4 - 0 frente a un Alba roto.

El Alba, uno a uno.

Esta semana lo vamos a hacer fácil: un rosco para todo el mundo y en paz.



El del pito y sus amigos.

Vistas las imágenes a las que hemos tenido acceso, parece que Jaime Latre tuvo una actuación correcta en Las Palmas. Acertó en el penalti de Cabrero a Marcos Márquez y acertó al desautorizar el fuera de juego que le marco su asistente porque apreció que el balón llega, en esa misma jugada, al atacante canario procedente de un jugador del alba deshaciendo, por tanto, la posición antirreglamentaria. Una pena que nos toquen árbitros que ven esas cosas cuando juegan en nuestra contra, pero la jugada es correcta y la apreciación de la misma dice bastante en favor del tío del pito.

Nuestra valoración: no tiene mala pinta Santiago Jaime Latre. Le otorgamos un 5 a falta de verle una actuación completa y formarnos un mejor juicio.