El entrenador del Atlético Sanluqueño, Pedro Buenaventura, elogió el trabajo de sus pupilos para sumar un punto ante un Albacete “de un nivel muy alto”. “Necesito dar un gran aplauso a nuestro equipo y a nuestra afición. Fue un encuentro digno de la emoción que se vive en esta categoría. Hay que reconocer lo que hicieron los jugadores”.

En opinión del técnico sevillano, el conjunto de Rubén de la Barrera “se vio superado en muchos momentos; en otros, demostró la calidad que tienen sus futbolistas”.

“Nos queda el regusto de que pudimos ganar el partido, no solo en los instantes finales. Antes del 1-0 tuvimos un par de situaciones muy claras, como un remate al palo de Canillas. En algún que otro contragolpe incomodamos a la defensa del Albacete”, afirmó el preparador local.

Buenaventura lamentaba que su escuadra no pudiese frenar al rival en el arranque del segundo acto: “reaccionaron en los primeros minutos de la segunda mitad, por el nivel de sus jugadores y por la apuesta ofensiva que tuvieron que hacer al verse por detrás. Nos castigaron demasiado por pequeños errores. En otros partidos resolvimos mejor esas situaciones. Este equipo tiene una sangre tremenda. Estaba convencido de que íbamos a empatar y a estar cerca de ganar. Nos vamos con la cabeza muy alta”.

Cuestionado por si habían intentado aprovechar las lagunas defensivas que muestra en ocasiones este Albacete, el andaluz decía: “no soy nadie para enjuiciar lo que no hace bien el Alba. Sería irrespetuoso. Evidentemente, nosotros tratamos de minimizar sus virtudes y dañar sus carencias. En este caso, sabíamos que si estábamos bien como bloque, les cerrábamos espacios por dentro y robábamos, en dos o tres pases podíamos crear peligro”, continuó

Buenaventura, que no quiso pronunciarse sobre los momentos de tensión vividos entre banquillos tras el pitido final: “es un tema particular que queda zanjado”.