Un rayo de sol entre las nubes

Tras cuatro jornadas consecutivas sin ganar, tres de ellas perdiendo, (la última de forma estrepitosa ante el filial madrididista); el Alba se reencontró con la victoria ante un Almería sin nervio que pocas muestras ha dado en el Carlos Belmonte de su posición privilegiada en la tabla.

Asistíamos al decimoquinto acto de esta temporada 2005-2006 con negros nubarrones en el horizonte de la entidad tanto en lo deportivo como en lo económico-social. No presagiaba nada bueno la tarde (igual que hace un par de semanas ante el Recre) y sin embargo, al igual que en aquél día hemos asistido al resurgir de nuestro equipo y a un juego que sin ser brillante si que nos ha mostrado lo que todos los aficionados esperamos del Alba: LUCHA!!!.

 
Comenzaba el encuentro con poco más de seis mil espectadores en la grada, y los de Ferrando salieron desde el principio metidos en el partido, luchando por cada balón con unas ganas a las que ya no estabamos acostumbrados. Apostaba el técnico de Tavernes por alinear de inicio y en banda derecha a Manuel Gato, que, con su movilidad mantuvo en jaque durante todo el partido a la zaga rojiblanca, de esta forma cuando aún no se había cumplido el minuto 7 de partido, el canterano protagonizaba una internada que obligaba a nuestro viejo conocido Valerio a salir a despejar un balón a la desesperada, con tan mala suerte (para los andaluces claro) que el mismo caía a los pies de Pacheco, que, emulando a su paisano Zalazar, lanzaba una potente volea desde 35 metros que se colaba en la puerta almeriense. Un golazo que animaba a una alicaida afición.

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Ocho minutos más tarde, Gato conseguía de nuevo desmarcarse por su banda, centraba desde la derecha para que Bermejo rematara de un fuerte cabezazo al que Valerio respondió de forma expléndida, sin embargo allí estaba David Bauzá para, también de cabeza, aprovechar el rechace y batir por segunda vez la meta andaluza. 2-0 al cuarto de hora, la afición blanca estaba perpleja por el resultado y por la disposición del equipo.

A pesar del marcador, el Alba no bajó la guardia y siguió luchando y peleando por cada balón, dominando el centro del campo con un trabajo oscuro pero efectivo de un renacido Álvaro y con David Sánchez voluntarioso y mandando en la dirección del equipo. La zaga blanca estuvo segura con Ferrón y Peña muy bien por las bandas y con Santi cumpliendo y sin complicarse por el centro, mención aparte merece Buades, que, aunque estuvo bastante bien, muestra una imagen muy poco profesional debido a un exceso de peso bastante considerable del que deberían de tomar buena cuenta los técnicos albacetenses para intentar ponerle solución rápidamente.

En la segunda parte el Almería, intentó timidamente llegar a la meta defendida por un Rubén Martín espectador de excepción, sin embargo los andaluces no inquietaron en exceso y no aprovecharon el control del balón que el Alba les había cedido de forma inteligente, con vistas a rematar al contrataque.

A los 20 minutos de la reanudación Ferrando daba entrada en el terreno de juego al primero de sus cambios: Santamaría por David Sánchez. Una sustitución que muchos aficionados no entendemos ya que quizás lo inteligente hubiera sido mandar a la caseta a un David Bauzá que, salvo el gol, poco había hecho y que acusaba un cansancio físico más que notable. ¿Por qué se empeña nuestro entrenador en complicarse la vida con cambios incomprensibles?

En el minuto 81, una muy elaborada jugada del conjunto blanco, suponía la sentencia definitiva al encuentro y la recompensa en forma de gol al canterano Gato que con un colocado disparo marcaba el tercer gol por la escuadra izquierda de la portería almeriense. Ya en las postrimerías del encuentro Galca conseguía el gol del honor para los andaluces y, Basti (que había entrado minutos antes por Pacheco) fallaba una clarísima oportunidad. En definitiva, justa victoria que hace que veamos un hilo de luz al final del largo tunel, y que esperemos sea refrendada la próxima semana ante el colista Castellón.