Las vergüenzas del Carlos Belmonte y del Ayuntamiento de Albacete

Lamentable estado del Estadio Municipal Carlos Belmonte de Albacete

Este pasado domingo el Estadio Municipal Carlos Belmonte vivió uno de los episodios más graves y vergonzantes acaecidos en sus 62 años de historia, y no, no hablamos de desgracias deportivas de los nuestros, sino de temas mucho más serios como son la seguridad de los espectadores y también de los profesionales que realizan sus quehaceres en las, se supone, instalaciones deportivas más relevantes de la ciudad.

Ríos de agua que caen por las escalinatas de los graderíos como si los Chorros de Riópar se hubieran trasladado a la capital; lagunas, con más profundidad que las de Ruidera en periodo estival, cercando varias zonas de Gol Norte y Gol Sur; cascadas sobre cuadros eléctricos que además inundaban las cabinas de prensa y, por si fuera poco, una fila entera de asientos de Tribuna Marcador que se desmorona por completo y que evidencian una fatiga de materiales y unos problemas estructurales que no pueden taparse más ni con dos manos de pintura ni con cuatro promesas electoralistas del político de turno.

No tendemos a ser ni alarmistas ni sensacionalistas en esta publicación, pero hay que llamar a las cosas por su nombre: el domingo se puso en riesgo a personas, y seguirá siendo así cada jornada que pase y en la que no se haga algo al respecto; y eso son palabras mayores que requieren de acciones inmediatas. Aquí no estamos hablando ya de un marcador electrónico o unas luces por las que te multa LaLiga de Javier Tebas sino de negligencias graves en temas de seguridad.

Es evidente que los problemas que acumula el Carlos Belmonte, tras años de desidia en su mantenimiento por parte del ayuntamiento, son de tal magnitud que los mismos necesitan de tiempo y sobre todo de dinero y voluntad para solucionarlos y que, probablemente requerirán de actuaciones en distintas fases y también de flexibilidad por partes de unos y otros; pero lo que está claro es que o se comienza a trabajar desde ya de manera activa o los “sustos” que hemos tenido hasta ahora se podrían convertir en lamentos.

Aparte de las habituales caídas de vallas por el ímpetu de los aficionados en la celebración de algún gol que vemos temporada tras temporada, y que podríamos disculpar si las citadas vallas no se repararan una y otra vez con soldaduras provisionales o un par de bridas; más recientemente, este pasado verano sin ir más lejos, hemos presenciado como un incendio en los arcaicos almacenes municipales, otrora aseos, que se sitúan en el recinto del estadio, estuvieron cerca de alcanzar los depósitos de combustible situados justo al lado; o como, al final de la campaña 2017-2018, cedieron estructuralmente dos filas de asientos de la grada de Marcador, con un arreglo que supuso más de medio millón de Euros y que se sumaron a los cerca de 40000€ que costó la reparación de otras grietas detectadas tanto en 2007 como en 2011.

Con motivo precisamente de aquel incidente de la temporada 2017-2018, los expertos elaboraron un informe en el que avisaban de “problemas de corrosión” en las estructuras, así como en la “impermeabilización” de las instalaciones y urgían a su subsanación. Casi un lustro después seguimos en las mismas.

 

Lamentable estado del Estadio Municipal Carlos Belmonte de Albacete

Después de lo sucedido este pasado fin de semana, el Ayuntamiento de Albacete y el propio Albacete Balompié se han citado a una reunión este próximo viernes en la que “se analizaran las necesidades que presenta el Estadio y de que forma se pueden abordar las mismas garantizando la seguridad y teniendo en cuenta el desarrollo de la competición”. A dicha reunión están convocados el propio alcalde, Emilio Sáez, el concejal de deportes, Modesto Belinchón, la concejala de Economía y Hacienda, María Jose López, además de distintos técnicos de los servicios municipales y por parte del Albacete Balompié acudirán su vicepresidente Víctor Varela, el director general Jorge Buergo, así como personal del área de infraestructuras, instalaciones y seguridad de la entidad blanca.

El tiempo de las buenas voluntades hace ya mucho que pasó, y de la reunión del próximo viernes no pueden salir solo buenas palabras e intenciones, ni palabrería vacía en una rueda de prensa o comunicado; sino acciones, con responsables, compromisos y fechas. Todo lo que no sea eso será nuevamente un brindis al sol y un engaño y “atentado” contra los albaceteños que cada quince días se citan en el Carlos Belmonte.  Y ojo, aquí solo hemos hablado del Estadio Municipal, reformado en un par de ocasiones a finales del siglo pasado, si nos pusiéramos a comentar lo del Pabellón Polideportivo del Parque en cuya placa de inauguración aparece el nombre del Rey emérito cuando era Príncipe tendríamos también para un buen rato…