El técnico guipuzcoano expresó su malestar tras la derrota del Leganés y confesó que su equipo fue superado en “espíritu y juego” por el Albacete.
“Sorprendentemente nos ha podido el partido desde el inicio, a pesar de haber hecho el gol. Veníamos de hacer un buen partido en Huesca y no hemos sido capaces de mantenernos en pie en algunos momentos”, subrayó Imanol Idiákez.
Sobre su futuro, el míster del conjunto pepinero decia que “no había podido hablar con nadie del club ya que acababa de terminar el partido” pero que sabía que “el primer responsable de lo que hagamos en el campo soy yo. Es verdad que, quitando el partido del Oviedo, el resto de partidos seguramente habíamos hecho más méritos que el resto de rivales para puntuar. Estamos últimos. No nos escondemos. Es momento de hablar poco y trabajar mucho”, sentenció.
Reconoció que las dificultades clasificatorias han provocado que en las filas de su equipo “hubiese gente nerviosa en el campo”. “El segundo gol que nos meten es impropio de un equipo profesional”, señaló, “hay que cambiar cosas. Que asumir cosas. Es un punto de inflexión para mí. He visto cosas que no había visto antes”.
“El Albacete nos ha superado en juego y espíritu”, apuntó un Imanol Idiakez, que aseguró no tener la culpa de la situación. “Los tiros empezarán a apuntar en mi dirección, creo que el problema no soy yo, va más allá. Hay un problema más de fondo. El Leganés lleva tres años cuesta abajo. Ahora estamos lo más abajo. Tenemos que mirarnos a los ojos todos, y tomar decisiones para empezar a saber cuál es nuestro camino. Si empezamos a pensar, nos damos un susto y esta categoría sabe mucho de sustos. Hay que poner pies en el suelo. Saber lo que tenemos y a qué podemos aspirar”, mencionó.
Por último, dejó claro que se ve con fuerzas para seguir en el cargo: “Ahora es cuando más ganas tengo de entrenar al Leganés, toca revertir la situación, remangarse, y empezar a hablar poco y hacer mucho en el campo. Entrenar aquí siempre será un honor. Quiero trabajar como una bestia”.