El entrenador del Albacete, Rubén Albés, dio por bueno el empate de su equipo ante el Levante (0-0), aunque admitió cierta frustración por no haber podido jugar once contra once como consecuencia de la expulsión de Maikel Mesa.
“Nos quedamos con las ganas de saber qué habría pasado”, dijo el técnico, quien no encontró explicación a la acción que provocó la segunda amarilla de su jugador.
“La he visto repetida y no sé. Me cuesta explicarlo y entenderlo. Hay veces que puede ser una cuestión de interpretación, pero es que no le toca”, argumentó Albés, quien calificó como “brutal” el partido realizado por su equipo ante uno de los grandes aspirantes al ascenso.
“Siento que hemos sido mejores jugando once contra once y que hemos sido valientes y minimizado sus opciones”, explicó el técnico, quien también elogió y agradeció el apoyo de los 4.000 seguidores desplazados a Valencia. “Ha sido una afición de equipo grande, de equipo que empuja. El fútbol existe porque existen los aficionados. Si no, yo no tendría trabajo ni los jugadores”, reflexionó.
Albés valoró que el Albacete, pese a la inferioridad, nunca dejó de pensar en el ataque y que realizó los cambios pensando en cazar al Levante. “Hemos sido valientes, como prometimos. El equipo ha mostrado mucho corazón y esfuerzo. Para eso vinimos aquí, para ser valientes, y se demostró once contra once”, reiteró el entrenador vigués.
“Tengo un poco de frustración porque siento que podíamos haber ganado, porque estábamos preparados para ello y lo estábamos haciendo bien. La sensación es que el equipo sentía que podía ganar. Me quedo con todo lo bonito que ha pasado hoy, porque hay veces que defendiendo eres capaz de emocionar a tu gente”, concluyó el preparador del Albacete.