Viernes 13: película de terror del Albacete en el Tartiere
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- Escrito por Nacho Díaz-ADG/Fotos: LaLiga
El Albacete recibió un castigo excesivo y engañoso a manos de un Real Oviedo que confirmó todos los halagos recibidos en la previa del partido. Y es que el Alba se presentó en la capital del Principado con el doble objetivo de poner a prueba el buen momento del resucitado conjunto ovetense desde que Luís Carrión se hizo cargo del equipo y, sobre todo, con la intención de ganar en regularidad dentro de una temporada con más méritos que puntos. Lo consiguió en parte. En concreto hasta que Álvaro Rodríguez decidió anticipar su salida del terreno de juego dejando en inferioridad y a merced a sus compañeros. Una expulsión psicológica al borde del descanso que deshilachó a un equipo que le jugó de poder a poder en el primer acto a un gran adversario.
Prueba de ello, es lo poco que tardó el ataque del conjunto carbayón en dejar su tarjeta de presentación en forma de disparo al travesaño de Luismi en el tercer minuto de juego en un saque de esquina. Un despertador con tono amaderado que elevó las pulsaciones del Alba con el fin de redoblar su intensidad defensiva sin encontrar tampoco respiro en el momento de sacar el balón jugado con claridad.
El bloque alto del cuadro azulón dificultó las maniobras y obligó a Manu Fuster a moverse muy cerca de sus compañeros de retaguardia. Y es que las dos propuestas se caracterizaron por el atrevimiento y el dinamismo como señas de identidad inequívocas.
Fue ya rebasado el ecuador de la primera mitad cuando ganó poso y presencia el once formado por Rubén Albés con la profundidad concedida por Higinio como herramienta. Con todo, las opciones de la escuadra albaceteña de inaugurar el marcador antes del descanso quedaron reducidas a un golpeo de zurda de libre directo desde la frontal del área a cargo de Quiles que se escapó a escasos centímetros de la meta defendida por Leo Román.
Unos instantes previos al intermedio en los que llegó la peor noticia posible para el Albacete con la dura e innecesaria entrada por parte de Álvaro Rodríguez a Sebas Moyano en el centro del campo. No dudó el colegiado en mostrar la segunda tarjeta amarilla al lateral diestro dejando así al técnico vigués con un efectivo menos sobre el césped.
Y como las malas noticias nunca vienen solas, en el segundo acto, en poco menos de cinco minutos el Real Oviedo se encargó de derribar a cabezazos la muralla de Altube. Primero fue Paulino, que entró al campo tras el intermedio, quien direccionó con la testa un envío con música de Colombatto en su primera acción sobre el terreno de juego. Acto seguido, Costas cabeceó al larguero y el rebote lo remachó Borja Bastón con idéntico modus operandi.
Reaccionó Rubén Albés retirando a sus dos piezas más adelantadas en beneficio de Escriche y Juanma. Sin embargo, este viernes la suerte y la puntería vestían de azulón. Como muestra el centro desde la banda derecha que se paseó por el área local sin rematador y que encontró respuesta con carácter inmediato, pero con diferente resultado, en la meta contraria. Fue Bretones quien castigó a una defensa muy desdibujada a través de una internada en la que habilitó a Seoane, que regaló un pase tenso empujado a la red casi en boca de gol por Paulino. El atacante cántabro volvió a la carga con un latigazo desde la frontal que saludó la cepa del poste de un Alba zarandeado como no se recordaba.
Desde ahí hasta el final se firmó un armisticio sólo interrumpido por alguna escaramuza de Santi Cazorla con el objetivo de hacer estallar el júbilo en el Nuevo Carlos Tartiere.
Bien diferentes fueron las sensaciones en las huestes capitaneadas por Rubén Albés, incapaces de encontrar explicación a lo sufrido en una noche para olvidar que se suma al traspiés ante el Levante para dar un pobre bagaje de cinco goles encajados y ninguno anotado en sus dos últimos enfrentamientos, en los que ha enlazado dos derrotas, situación inédita esta campaña.
A continuación la galería con las fotos del encuentro servidas por LaLiga: