Área Pequeña

Compuestos y sin novia nos quedamos el domingo. Cuando parecía que el Alba estaba en progresión, iniciada con el año, ofreciendo buenas sensaciones en los últimos encuentros, viene el frío y nos cubre de nieve. El viernes por la tarde cayeron los primeros copos, y la ciudad se vistió de blanco durante la noche. El sábado por la mañana, Albacete era una estampa nórdica. Demasiado ocupados andábamos los habitantes de la capital, echando peleas de bolas y fundiendo las cámaras, para preocuparnos del partido del domingo. Ya quitarán la nieve, decíamos. Desde Foroalba.com se encendía la voz de alarma. Que el Carlos Belmonte está "tó blanco", que ya veremos si mañana se juega. Algo harán, se derretirá la nieve. Pues no, no se derritió, estuvimos muy bajo cero esa noche. Y no hubo más remedio que quedarnos sin ver fútbol. Y, lo peor, sin poder confirmar el buen momento de la plantilla.

Habrá que esperar hasta el primero de marzo para asistir al partido aplazado el domingo. Buena faena para el Sporting, que se tuvo que cruzar España nevada, y volverse con las mismas. Qué le vamos a hacer, contra los elementos no se puede luchar, tendremos que ver la clasificación suponiendo que es factible contar con tres puntos más.

El fin de semana de la nieve nos trajo sorpresas. Empezaremos por Pacheco. Tras pasar parte de la temporada con más pena que gloria, el uruguayo llevaba dos partidos viendo el fútbol desde el banquillo. En sus declaraciones, Toni se mostraba tranquilo; no había nada que objetar, el míster es el que decide y todo eso, uno aguanta la suplencia y espera su oportunidad. Todos sabíamos que [....]

[....]  Pacheco podría resurgir en cualquier momento: el recuerdo de dos buenas temporadas no podía contradecir tal pensamiento. Tarde o temprano tendría que llegar su momento. Pues no va a llegar, salió Piterman de su cueva vitoriana y se lo llevó a luchar, primero por entrar en las alineaciones de Oliva, o del propio Dimitri, según se mire, y después por la permanencia en Primera, un sueño complicado tal como bajan las aguas por Mendizorroza. Puntos suspensivos o fin de la historia de Pacheco en la Mancha. Ahí queda el dilema, con más posibilidades para el adiós definitivo, a lo que parece.

Pacheco se ha ido. A Carlos Aranda se le rescindió el contrato, según nota oficial del club, el lunes por la noche. El detonante de la decisión no fue otro que una monumental "rajada" en el diario El Pueblo; a Carlitos le metieron la "alcachofa" y se despachó a gusto; como un vulgar famoso buscaexclusivas, se le fue la lengua y le tiró a todo bicho viviente. Al Consejo, por obligarle a mentir, según dijo. Al entrenador, porque el del Palo veía fantasmas detrás de su suplencia. Al mundo en general, al afirmar que estaba perdiendo el tiempo en Albacete. A estas horas debería estar lejos de la ciudad. Pero no le han encontrado acomodo en ningún sitio, aunque el Sevilla y el Alba se pusieron manos a la obra para colocarlo donde fuera. Nada, no hay manera. Está apartado del equipo, solo, derrotado, a la deriva. Le queda la esperanza tenue de que causas de fuerza mayor traigan el perdón, y la enésima oportunidad de redimirse. Nadie cree ya en Aranda. Una pena, tanto talento desperdiciado, y un futuro que fue brillante no pasa de pesadilla, sobre todo para el propio jugador, quien, joven aún, debería reflexionar sobre los peligros de caminar siempre al borde del precipicio.

El mercado de invierno nos ha traído sorpresas de última hora. Como casi siempre, este club, abonado a la incertidumbre, nos obsequia con la posibilidad de que dos elementos, sin minutos en sus equipos, exploten y saquen la calidad que se les supone. Supongo, y no es más que una opinión, que Ferrando habría optado por otra cosa, pero las penurias del club han obligado a bucear entre descartes no demasiado apetecibles. Se barajó un carrusel de nombres. Ahí estuvo Juan Sánchez, se hablaba de Perera, de Mena, de Paunovic. Al final, Corona, sin opciones en Zaragoza, toma el relevo de Pacheco. Para reforzar la delantera, Raúl Molina, suplente en 2ª B, es lo único que nos podemos llevar a la boca. En definitiva, incógnitas que se despejarán en cuanto veamos la actitud y el compromiso de los nuevos sobre el campo. De la lista inicial de posibles bajas, sólo se ha ido Rubén Reyes, y se fue porque se comportó con una honestidad envidiable, perdonando dinero. Luismi, Catalá, Pirri, Basti y Mikel siguen en la nómina. Para qué, no se sabe.

El sábado, a Pucela. Si, después de la mini-concentración en Paterna, el equipo se ha descongelado, podremos asistir al disparo de uno de los últimos cartuchos que quedan para aferrarse al carro de la esperanza, aunque sea en el furgón de cola de los aspirantes al ascenso. Parece claro que sólo hay un puesto de ascenso en juego, y por cogerlo va a haber puñetazos; tal como están las cosas, con 69 o 70 puntos se podría especular con regresar a Primera. Y tal resultado final pasa necesariamente por no perder partidos. O eso, o volver a mirar hacia abajo.