Cañas y .... tapas

Gol de CañasEl bajo nivel de la Segunda División española es cada vez más evidente y, se aprecia de forma si cabe más clara con los continuos pinchazos de los "a priori" favoritos. Nadie es capaz de abrir los encuentros, de mandarlos y hacerse con la manija de los mismos sin recurrir a los clásicos pelotazos que no conducen a nada. Ayer ante el Valladolid vimos como un equipo que tiene en su plantilla a jugadores de la talla de Tote, Sousa, Victor, Álvaro, Capdevilla, Llorente o el "chino" Losada fue incapaz de inquietar lo más mínimo a nuestro Alba. Eso sí, lo pasamos muy mal sobre todo en los últimos quince minutos, pero eso es otra historia...

Sin lugar a dudas el gran protagonista del partido fue el colegiado vasco Gardeazabal Gómez quién, desde el principio, y ya en la elección del amarillo de su camiseta, parecía querernos hacer llegar una señal de por dónde iría el encuentro. Está claro que el trencilla no tiene miedo al color que hace temblar a cualquier artista antes de subirse a las tablas de los escenarios. Durante los interminables noventa y tantos minutos que duró este acto, repartió cartulinas a diestro y siniestro y, cuajó rachas de despropósitos que enviaron al olvido el ritmo que necesita cualquier encuentro para ofrecer un mínimo de calidad.

Catorce cartulinas del color de su elástica y una tarjeta roja pueden ayudar a hacernos una idea [....]

[....] del número de interrupciones, protestas y malos modos que ayer pudimos ver en el Nuevo José Zorrilla. Sin embargo, y tal y como reconocen hoy varios jugadores vallisoletanos en la prensa local de la capital castellana el árbitro no influyó para nada en el resultado pues, esa incapacidad de tomar las riendas de un partido de la que hablabamos antes, fue la que atenazó a los pucelanos.

El Alba fue mejor que el Real Valladolid, el equipo estuvo ordenado y supo hacerse valer cuando el juego fue tosco y embarullado. Los de Ferrando supieron jugar como un equipo tal y como les venímos reclamando desde hace tiempo, ayer vimos incluso intentos de aprovechar las jugadas de estrategia que tanto daño nos hacen cuando se emplean en nuestra contra.

Por lo que respecta a los castellanos, únicamente tiraron una vez entre los tres palos albacetenses en todo el partido, fue en el minuto catorce cuando el local Álvaro disparó timidamente a las manos de Rubén Martín. Tras esta oportunidad llegaron los mejores momentos de juego del equipo pucelano pero nada de nada ya que el Alba se dió cuenta de que el Valladolid no mordía y se desperezó. Las jugadas a balón parado (con Parri como protagonista) sembraban de miedo la grada blaquivioleta. En esas estabamos cuando, rondando el minuto cuarenta y cuatro, Bizzarri rechaza un disparo del cántabro Bermejo que Cañas recoge y fusila sin piedad y a bocajarro al meta argentino.

Tras la reaunudación el Alba jugo al "catenaccio" italiano defendiendo su ventaja e intentando rematar a la contra. El colegiado tomó entonces el mando de las operaciones y acabó por desesperar a todos. Apenas hubo juego real en esos cuarenta y cinco minutos. Destacar una oportunidad de Bermejo en el minuto sesenta y cinco que el ariete albaceteño desperdició incomprensiblemente y otra del malagueño Basti cercano el final del encuentro en la que evidenció su falta de ritmo y forma física para una categoría como la segunda división.

No quisiera finalizar esta crónica sin destacar la labor realizada ayer por un jugador al que quizás, entre todos, estamos tratando de forma injusta en las últimas fechas: estoy hablando de nuestro mediocampista Álvaro Rubio. El riojano está demostrando una y otra vez que es un trabajador nato, que resuelve muy bien ayudando en defensa y que es el jugador oscuro, el "Makelele" del Alba del que nadie se acuerda... Para mí un DIEZ para Álvaro.. me recuerda al José María Sala Boix de los mejores tiempos.... Lo dicho ÁLVARO EL MEJOR DEL PARTIDO!!!