Y van dieciocho...

En los últimos años el Alba-Levante se ha convertido en un partido de la máxima con todos sus alicientes: plagado de vicisitudes; rivalidad; pique entre aficiones,... y, sobre todo de adversidades para el equipo valenciano.

Con el encuentro disputado en el día de ayer, ya son dieciocho las visitas de los granotas a nuestro estadioAlba-Levante con un bagaje más que negativo. Sólo han conseguido la victoria en una ocasión, siendo derrotados en once y cosechando un total de seis empates. Los números relativos al golaverage son más que elocuentes; 43 tantos a favor del Albacete y únicamente 19 para el conjunto dirigido actualmente por Mané. Todos recordamos la campaña 2002-03 cuando los dos equipos pugnaban por el ascenso y un errol garrafal del guardameta Rafa permitió a José Vicente Simeón empatar en tiempo de descuento, gol que supuso casi certificar el ascenso del Alba y decir adiós a todas las opciones de subir que por aquél entonces manejaba el titular del Ciudad de Valencia. Un año después no se vieron las caras -el Alba militaba en Primera y el Levante en Segunda- y en la pasada campaña, con ambos conjuntos en la élite del fútbol español, un Alba ya deshauciado derrotó con claridad al Levante (3-1) condenando a los valencianos al descenso a segunda.

Es por tanto el Alba la particular "bestia negra" del Levante y de no ser por el único fallo de Rubén Martín en todo el encuentro podríamos estar hablando nuevamente de las "meigas" que para los levantinistas parece tener el Carlos Belmonte.

Con todos estos antecendentes, el partido comenzó [.....]
 
[.....] sin chispa, sin dominio por parte de ninguno de los contendientes aunque con más intenciones por parte del Albacete en construir juego que la mostrada por el Levante que esperaba agazapado atrás. El equipo de Mané planteó de inicio una sistema de presión en el centro del campo que impedía a los de Ferrando sacar el balón con facilidad, el de Tavernes reaccionó rapidamente mandando a Juanlu a la derecha y, fruto de este cambio posicional, nació la jugada del primer gol. El malagueño lanzó un fenomenal pase adelantado a Parri que el valenciano aprovechó construyéndose una jugada excepcional, con túnel a Alexis incluído, y disparo cruzado y raso ante el que nada pudo hacer Aizpurúa.

Fue marcar el Alba y llegar la relajación que tanto hemos criticado otras veces. El Levante comenzó a mostrar tímidamente sus recursos para crear juego, y, tras un centro de Juanma desde la derecha llegaba el error en el rechace del meta Rubén Martín que Manchev aprovechaba para neutralizar la ventaja obtenida tres minutos atrás por los albaceteños. Gol que, según afirmaba Ferrando en rueda de prensa, "vino precedido de una clara falta al portero manchego y que daba moral a un rival que en ese momento estaba grogui".

El gol no sólo equilibró el resultado, sino la autoestima de ambos equipos. El Levante cogió la pelota con la clara intención de llevar la iniciativa; no consiguió llegar con mucho peligro al área blanca, pero sí que daba la sensación de que podía llevarse los tres puntos. El Alba se recuperó del mazazo y pudo adelantarse nuevamente, merced a una gran jugada llevada entre Juanlu y Bermejo, en la que el cántabro devolvía de tacón el balón al centrocampista cuando este ya no lo esperaba. Un error del ariete albaceteño que en el día de ayer tuvo el punto de mira muy desviado de la portería rival.

Tras la reaunudación el Levante salió con mayores intenciones y comenzó a dominar con continuos saques de esquina y jugadas de estrategia que nos hicieron pasar los peores momentos. Sin embargo, los valencianos fueron incapaces de generar peligro claro y, tras la salida del campo de un desdibujado Gato y del trabajador Bauzá, Santamaría cogió el mando en el centro del campo y con la ayuda de Juanlu lanzaron al equipo a la búsqueda de la victoria. Los granotas pasaron el resto del encuentro encerrados en su campo con tímidos contraataques sin llegada; por su parte el Alba creaba una y otra vez claras ocasiones de gol que solo por el desacierto final no llegaban a materializarse en gol. Los últimos cinco minutos fueron de dominio total con ocasiones para Santamaría, que estrelló en balón en el lateral de la red y Bermejo que disparaba alto. Por último nuevamente el nueve albaceteño gozó de una clara ocasión en la que el cántabro fue claramente derribado en un penalty ante el que Perdigones Pacheco hizo vista gorda.

En definitiva ayer el equipo Levantinista se escapó vivo de Albacete.