EFE.- El Albacete sumó una nueva derrota, encadenó su undécima jornada sin vencer, seguirá en descenso y fue despedido con pitos por su afición, que incluso llegó a corear "olés" irónicos ante las reiteradas combinaciones del Celta en el centro del campo. Los vigueses fueron mucho mejores que el equipo de Julián Rubio, aunque bien es cierto que cualquier equipo que hubiese saltado al campo albaceteño, posiblemente, lo hubiera sido.

El equipo de Eusebio Sacristán saltó al estadio Carlos Belmonte con la idea de poseer el esférico ante un Albacete reservón que vio como Antonio Hidalgo, a los catorce minutos, se tenía que retirar lesionado.

El centro del campo local no tenía presencia y dejaba hilvanar a los organizadores vigueses, que abrían el campo una y otra vez, aunque sin profundidad. Los locales no llegaban ni a dar tres pases seguidos y desesperaron a la afición albaceteña, que de todas maneras estuvo más animosa que en otras jornadas, haciendo caso al llamamiento del club y de las peñas oficiales.

En los primeros cuarenta y cinco minutos sólo se registró un tiro a puerta, efectuado por Callejón, en una falta lejana en el último segundo de uno de las primeras partes más paupérrimas de los últimos años.

La 'roja' a Alberto pesó mucho
La expulsión de Alberto por doble cartulina amarilla a los seis minutos de la reanudación puso contra las cuerdas a un equipo local que encima encajó el primer gol tres minutos después. Una pérdida de balón de Merino propició un mano a mano de Iago Aspas con Cabrero que ganó el vigués ante el meta local.

El cuadro de Julián Rubio se vino abajo y seis minutos más tarde Cellerino falló un gol cantado tras una jugada por banda en la que la defensa manchega volvió a quedar en entredicho. El mismo jugador dispuso de otra oportunidad en el cincuenta y nueve, en medio de una sonora pitada del público del Carlos Belmonte.

Tanto iba el cántaro a la fuente que al final se acabó rompiendo. En una contra llevada a cabo por Trashorras, el centrocampista abría para Dani Ábalo y el extremo derecho celtiña le devolvía el servicio. Trashorras remataba por alto superando a Cabrero y la grada estallaba contra su equipo, con gritos de "fuera, fuera".

Un centro de Fernando Sales con remate de cabeza de Belencoso, a falta de un cuarto de hora, fue la única noticia positiva del cuadro blanco en los primeros veinticinco minutos del segundo periodo. El enésimo contragolpe vigués estuvo a punto de fabricar el tercer tanto, pero Danilo mandó el esférico a las nubes en un nuevo error de la defensa local. Después Cellerino y Bustos, también a la contra, volvieron a disfrutar de claras ocasiones para redondear la goleada.

El público estaba tan enfadado con su equipo que hasta coreaba con "olés" las combinaciones del Celta ante la pasividad de un equipo que tiene un pie en Segunda B tras lo visto este domingo en el Carlos Belmonte.