MUNDO DEPORTIVO.- El Albacete sigue su racha de empates en su propio terreno de juego. Ya son seis consecutivos y su gran ventaja sobre los perseguidores ha quedado anulada.

Esta circunstancia hace que sobre los jugadores manchegos pese una presión que les ha hecho perder la confianza. Ya les quema la pelota en los pies.

Hoy, conforme pasaban los minutos confundían la velocidad con las prisas. Pecaron de imprecisión ante un equipo compuesto por once mozarrones con una impresionante talla física, pero que desarrollaban un fútbol primitivo de patadón.

El Sestao estuvo totalmente dominado, pero se defendió con orden y respaldado por un buen portero que salvó un par de ocasiones a tiros, de Corbalán. Manolo, Zalazar y otra vez Corbalán intentaron batirle en la segunda parte de mil maneras, pero una vez más se consumó el empate en él Carlos Belmonte.